Cronicidad y comorbilidad, el gran reto de los trastornos de la conducta alimentaria

Aprovechando el encuentro mundial de expertos en trastornos de la conducta alimentaria (TCA) este pasado fin de semana en Sitges, el paraninfo de la Universitat de Barcelona acogió un simposio con destacadas ponencias de miembros de la Eating Disorders Research Society (EDRS), sobre la actualidad de los diagnósticos y tratamientos de estos trastornos.

La extrema complejidad de estos tipos de trastornos, como trastornos mentales que son y que pueden coincidir con otras alteraciones psíquicas, influye negativamente en el pronóstico. “Es el caso de pacientes que presentan algún TCA al mismo tiempo que algún trastorno del espectro autista (TEA), trastornos de la personalidad, abuso de sustancias o cuadros depresivos”, detalla el Dr.Fernando Fernández Aranda, jefe de la Unidad de TCA del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB). Fernández Aranda es también catedrático de la UB e investigador del IDIBELL, y ha sido el impulsor de este simposio internacional, junto con la Dra. Susana Jiménez Murcia, jefe del Servicio de Psicología Clínica de la HUB, profesora de la UB y también investigadora de la IDIBELL.

Sobre estos casos de máxima dificultad por la comorbilidad que comportan, actualmente, tal como expusieron algunos de los ponientes, la investigación avanza en la caracterización de los diferentes tipos diagnósticos de los TCA, así como en la definición de los aspectos genéticos y biológicos que hacen que estos trastornos confluyan con otros y con problemáticas metabólicas, como pueden ser la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón con la obesidad y otros trastornos metabólicos.

Uno de los ejemplos de la confluencia de trastornos situó la exposición de la Dra. e investigadora del King’s College de la Universitat de Londres,  Kate Tchanturia, en su ponencia: Cómo manejar la comorbilidad entre autismo y trastornos de la conducta alimentaria.

Unos trescientos especialistas de la psicología clínica y la salud mental siguieron las ponencias y una mesa como foro final centrado en la cronicidad de los TCA, una de las cuestiones que más preocupan a la comunidad sanitaria. Tal como explica el Dr. Fernández-Aranda, “la cronicidad y los TCA de larga duración, en los casos de los pacientes resistentes a un tratamiento habitual de forma repetida, generan preocupación global entre los diferentes profesionales de todo el mundo”. Para estos pacientes –añade– “las estrategias a seguir están poco descritas y generan debate e interés en la comunidad internacional”.

Unidad pionera a Europa

En Catalunya, sin embargo, desde el mes de enero, se cuenta con una unidad de atención a la cronicidad en TCA pionera en Europa. Es un proyecto público que quiere dar respuesta al reto de la cronicidad, que es especialmente grave en casos de anorexia, con situaciones de hasta veinte y treinta años de evolución. Ofrece hospitalización de mediana estancia y un tratamiento integral a personas adultas con TCA que han agotado otros recursos previos, a fin de ayudarlas a recuperar su proyecto de vida

La nueva unidad, impulsada por el Departament de Salut, y de la cual habló el Dr. Fernández Aranda a los asistentes al simposio, da servicio a toda Catalunya, y es gestionada conjuntamente por el Hospital del Sagrado Corazón de las Hermanas Hospitalarias de Martorell y el Hospital Universitario de Bellvitge, que es el responsable de su dirección asistencial y científica. Se diferencia de las unidades de TCA (UTCA) por el hecho de ofrecer a personas adultas con TCA una hospitalización de mediana estancia (de 3 a 4 meses) y facilita la continuidad asistencial con la red de las 9 unidades de TCA de Catalunya.

Este recurso asistencial está ubicado en el Hospital Sagrat Cor de Germanes Hospitalàries en Martorell y ofrece un modelo innovador de atención a la cronicidad que se enmarca en el plan de choque para mejorar la atención, la detección, el diagnóstico y la prevención de los trastornos de la conducta alimentaria, que se han visto agravados los últimos años y especialmente después de la pandemia. “Es muy relevante que ofrezcamos esperanza terapéutica a los pacientes de larga duración”, expone el Dr. Fernández Aranda.

Más afectación en mujeres

Los trastornos de la conducta alimentaria se consideran trastornos mentales graves y afectan principalmente a las mujeres. Acostumbran a empezar en la adolescencia o la primera etapa adulta y son multicausales. Implican el ámbito psicológico, biológico y factores sociales y culturales y su incidencia ha ido en aumento en los últimos años. El confinamiento durante la pandemia de Covid fue detonante de muchos casos. Aquellos casos en los cuales el acompañamiento terapéutico no tiene efecto en una primera aproximación médica por no responder a los tratamientos de los cuales se dispone, o por una presencia simultánea de otros trastornos que complica el seguimiento del paciente o su adherencia a las prescripciones de los especialistas, alientan a la investigación de los motivos que en el cerebro llevan a desencadenar los TCA, para poder incidir más en la prevención y detección precoz.

En cualquier caso, poner el foco de la atención sanitaria en la calidad de vida de estos pacientes, el 40% de los cuales solo obtendrán un resultado pobre o limitado del tratamiento, es una de las prioridades, según se expuso en el simposio.

“Somos conscientes de las limitaciones de los tratamientos actuales, por eso se están explorando estrategias innovadoras que tienen que ver con procedimientos de estimulación cerebral, combinación de tratamientos basados en nuevas tecnologías e intervenciones preventivas en fases iniciales del trastorno”, resume el Dr. Fernandez-Aranda.

El simposio fue organizado por el Hospital Universitari de Bellvitge (HUB); la Universitat de Barcelona (UB), el CIBEROBN; el Hospital del Sagrado  Corazón de las Heramanas  Hospitalarias de Martorell; el IDIBELL; la sección de Trastornos de la Conducta Alimentaria de la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA) y Sumament +, la iniciativa del Plan de Salud Territorial Metropolitana.