La revolución nace en las calles, en los barrios olvidados que claman por una voz. Esta es la historia que presenta El 47, el nuevo film dirigido por Marcel Barrena, que traslada al espectador a la Barcelona periférica de los años 70. En un tiempo en que los vecinos de Torre Baró se veían relegados a la sombra del progreso, una comunidad decide dar un paso adelante. Reivindican sus derechos a través de un gesto poderoso: el secuestro del bus de la línea 47, símbolo de su lucha por unos servicios dignos.

La quinta sesión de El ciclo de la educación: Cine y debates para crecer juntos ha tenido como protagonista esta película. Este ciclo, organizado por el Diari de l’Educació, que forma parte de la Fundación Periodismo Plural, impulsora del medio Catalunya Metropolitana, del cual Sant Boi Diari también forma parte, propone una serie de sesiones centradas en el potencial educativo y transformador del cine. El proyecto cuenta con la colaboración de los cines Girona de Barcelona y los cines de Can Castellet de Sant Boi.

La sesión, celebrada este miércoles, consiguió llenar la sala y contó con la participación de la directora del Diari de l’Educació, Ana Basanta; la docente y vecina de Torre Baró, Teresa Esperabé; el periodista Juanjo Caballero; el presidente de la asociación de vecinos El Poblet-Marianao, Rafael Gacía; y el cuarto Teniente de alcalde del Ayuntamiento, Javier López. En la misma dinámica que el resto de sesiones, en una primera parte se presentó la sesión y se proyectó el film y al finalizar se abrió un turno de intervenciones entre los ponentes donde se trataron temas alrededor de la importancia de la cooperación vecinal, la organización de la sociedad y la lucha por la mejora de las condiciones de los barrios que se encuentran en las periferias de las ciudades.

La fuerza de la comunidad y el movimiento vecinal

Después de la proyección de El 47, las ponencias giran alrededor de la convivencia vecinal y la fuerza de las comunidades en los barrios de la periferia. Javier López remarcó la importancia de tejer relaciones de buena vecindad y subrayó que “el pueblo no es propiedad del Ayuntamiento, es de los vecinos”, insistiendo en la necesidad de tener una cultura democrática que permita organizarse y construir colectivamente. Según él, una comunidad sólida es fundamental para hacer frente a los retos sociales y para convivir con respeto entre las personas que llegan de fuera y las que ya están.

Por su parte, Teresa Esperabé recordó vivencias personales, como el secuestro del bus 11 en 1974, un episodio que marcó una etapa de lucha vecinal al barrio de Roquetes, igual que lo fue el secuestro del 47 en Torre Baró. Desde esta experiencia, reflexionó sobre la construcción de identidades en barrios donde muchos de sus habitantes llegaron de regiones diversas de España. Habló del concepto “de un solo pueblo”, nacido de la mezcla entre los recién llegados y los vecinos de toda la vida, e insistió en la necesidad de continuar trabajando por una cohesión social llena y para garantizar la igualdad de oportunidades para las generaciones futuras.

De izquierda a derecha: Rafael García, Teresa Esperabé, Javier López y Juanjo Caballero | Pol Rius

El presidente de la asociación de vecinos El Poblet-Marianao, Rafael García, puso énfasis en la importancia del movimiento vecinal para transformar los barrios y mejorar las condiciones de vida, destacando que “los políticos tienen que escuchar las necesidades reales de los vecinos”. También resaltó como la película retrata fielmente las luchas diarias para conseguir servicios básicos como el transporte o los comercios, y criticó la falta de humanidad de las autoridades de la época. Por su parte, Juanjo Caballero recordó la implicación fundamental de estas asociaciones vecinales en la construcción de la Barcelona actual, afirmando que la ciudad no sería el que es hoy sin su lucha incansable.

Historia reciente de la región metropolitana

El 47 es un film que nos transporta a un pasado no tan lejano, un tiempo de luchas y resistencia que muchas de las generaciones más jóvenes desconocen. A través de esta obra, se hace un retrato intenso de las personas que llegaron a Catalunya, provenientes mayoritariamente de zonas rurales de Andalucía y Extremadura, con la esperanza de encontrar una vida mejor. Estas personas se establecieron en los barrios periféricos de Barcelona y otras ciudades del área metropolitana, muchas veces en zonas desprovistas de servicios básicos, donde el agua, la luz o la escuela eran un lujo inexistente. Estas comunidades, a pesar de su invisibilidad, fueron el corazón de una lucha obrera que no solo reclamaba derechos laborales, sino también la dignidad de vivir en barrios que fueran algo más que ciudades dormitorio.

La película también plantea una reflexión importante sobre la evolución de estos barrios, desde la miseria hasta su consolidación, gracias a la fuerza colectiva de sus vecinas y vecinos. En este sentido, todos los ponentes subrayaron la necesidad que las nuevas generaciones conozcan estos episodios de nuestra historia y afirmaron que este film se tendría que poner en las aulas de secundaria para que los alumnos puedan reflexionar en hacia la construcción de las periferias de las ciudades y el movimiento vecinal colectivo. Esto permitiría comprender que la región metropolitana tal como la conocemos hoy ha estado fruto de la lucha y la solidaridad de aquellos que se negaron a vivir en la precariedad. Las historias de estos barrios hablan de la Barcelona y las ciudades metropolitanas que no solo se levantaron con el cemento, sino también con la determinación y el compromiso de una gente que hizo frente a las desigualdades para construir un futuro mejor.

 

Artículo publicado originalmente en Sant Boi Diari

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