Vivió 17 años en Palestina. ¿Cómo los recuerda?
Muchos recuerdos, lógicamente. Políticamente hablando, altercados desde pequeño. Los palestinos estamos acostumbrados a revueltas, manifestaciones y toque de queda. En los últimos tres años, sobre todo, con la ocupación israelí a partir del 67, se acentuó eso. Tenía ya un coste más serio. Recuerdo que participaba en manifestaciones a los 8 años y a los 9 años. La primera vez que entré en prisión tenía 9 años. Calentándonos… Para nosotros era un juego. No teníamos actividades para muchachos, no teníamos piscinas, pues, ¡mira!, teníamos manifestaciones. Nosotros íbamos detrás de los mayores, gritando lo que gritaban ellos. Pero a partir de la ocupación israelí ya tenía 14 años, 15 años, y ya es una participación con conciencia. Vivir tres años con la ocupación militar te marca. Me fui y llegué aquí en octubre de 1969.
¿Por qué se fue?
Porque terminé el Bachillerato y tenía que estudiar una carrera. Nací en Nablus, en Cisjordania, y en toda Palestina no había universidades. Las universidades existentes eran israelíes. Las fuerzas de ocupación no te permitían estudiar. En los territorios ocupados no existían universidades y, entonces, tenías que buscarte la vida. En nuestro alrededor había las universidades de Damasco, Bagdad y El Cairo, para el mundo árabe. Había una imposibilidad de entrar. Siempre elegían a los mejores. Y yo no era de los mejores, era del montón. Nos informaron de que en Europa, sobre todo en España, te permitían estudiar en las universidades. A España en esa época no venía nadie. Era un país muy del Tercer Mundo. En las universidades españolas aceptaban a todos. Los avatares de la vida me trajeron aquí. Hice la primera carrera, Medicina, Dermatología, y después Historia y Geografía.

¿Vino con los padres?
No, solo, solo.
¿Sabía castellano?
Ni una palabra.
¿Y cómo se espabiló?
Pues mira, escuchando de aquí, de allá, leyendo los rótulos. Tenía un diccionario de inglés al árabe. No había diccionarios ni del castellano ni del catalán al árabe. Me compré uno del inglés al castellano, me pasaba las palabras del castellano al inglés y del inglés al árabe e iba tirando.
Esto era en pleno franquismo
Sí, sí, en 1969. Viví seis años de franquismo. Continuaba con mis actividades políticas. Inmediatamente me relacioné con la gente de aquí. Todo era por casualidad. Paseaba por Barcelona y pasé por la plaza Sant Jaume y estaban bailando sardanas. Me quedé allí mirando y cuando acababan alguien gritaba “visca Catalunya” o “visca Catalunya lliure” o algo así. La gente gritaba “visca” y se esfumaban. Esto me llamó la atención. Algo pasaba. Una de las cosas más importantes de mi vida fue parar en el Ateneu Barcelonès al cabo de uno o dos meses de mi presencia aquí. El Ateneu Barcelonès era, para mí, el centro cultural más importante de Cataluña en aquella época. Me mezclé con la gente del Ateneu, desde Vázquez Montalban hasta Josep Pla, Soler Barberà, Heribert Barrera, todo el mundo…
¿Se afilió a algún partido?
No, afiliarme no, pero se aprovecharon de mí, porque era extranjero y los ojos de la policía no se fijaban en los extranjeros. Hacía algunas cositas sencillas, ayudaba.
Por aquel entonces, la sociedad catalana admiraba bastante a Israel. Nacionalistas y gente de izquierdas lo veían como un modelo de país a copiar
Sí. Recuerdo que en el Ateneu me contaban que el estado de Israel era un país socialista, con los kibbutzim. Los catalanes también buscaban su sitio en la esfera internacional y el nacionalismo catalán abrazó el relato que Israel, después de dos mil años regresó a su país, a “la tierra prometida por Dios”. Y que creaban los kibbutzim, que eran unas explotaciones agrícolas que vendieron a todo el mundo como socialistas. Noam Chomsky ya dijo que los kibbutzim eran la avanzadilla del colonialismo y el sionismo. Sabía perfectamente lo que significaban. La gente me hablaba de Oriente Próximo y me contaba estas afinidades, que querían ser como el estado de Israel. Yo alucinado, claro, porque había huido de una ocupación militar humillante que practicaba el apartheid, el racismo y el colonialismo, y me encontraba aquí con la admiración de Israel por parte de gente culta. Con mi castellano totalmente roto empezé a contar la historia y abrí la mente de la gente abierta. Con la gente cerrada no había nada que hacer. A lo largo de años, conociendo a gente, haciendo charlas aquí y allá… el resultado ya lo estamos viendo, porque Cataluña es una de las zonas más solidarias con el pueblo palestino. Gracias a los estudiantes que nos hemos mezclado con la gente y hemos hablado y explicado la realidad, y también gracias al estado de Israel que, con sus barbaridades, ha perdido a la gran mayoría de sus partidarios. Queda esa gente que tiene la mente bloqueada por la xenofobia, el racismo, el supremacismo. El estado de Israel tiene unos aliados curiosos, que son los de la extrema derecha europea, los nazis. Quienes apoyan el estado de Israel actualmente van desde Trump hasta Abascal, Orriols, Meloni, Orban, la extrema derecha europea. Éstos son los partidarios más acérrimos del estado de Israel. Los nazis actuales.
Llegué aquí huyendo de la ocupación militar humillante y me encontré con la admiración de Israel por parte de gente culta
¿Cómo se explica que los políticos estadounidenses dependan tanto del lobby judío?
El lobby judío tiene hipotecado tanto a los congresistas del Partido Republicano como a los del Partido Demócrata, y les financian sus campañas electorales. Cualquiera de estos congresistas si sale de la línea del sionismo mundial o sobre todo del de Estados Unidos, tiene por seguro que en las siguientes elecciones no saldrá. Esto lo ha dicho hasta el expresidente Carter. Hay una entrevista, que puede encontrarse en internet, donde explica que tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata son dependientes del lobby judío sionista de Estados Unidos.
¿Da igual que gane Donald Trump o Kamala Harris desde la perspectiva de la causa palestina?
Nosotros, los palestinos, sabemos perfectamente que, tanto si gana Harris como Trump, toda la política exterior de Estados Unidos está hipotecada por el lobby y el judío sionista. O sea, no habrá ningún cambio. Tuvimos una experiencia muy dolorosa con Barack Obama, que cuando ganó las elecciones, en la primera visita como presidente de Estados Unidos que hizo a El Cairo, habló de los derechos del pueblo palestino y luego nos enteramos de que el presidente que más ayudaba al estado de Israel, sea con armamento, sea con economía, sea con cobertura política, era Barack Obama.
Los palestinos sabemos que tanto si gana Trump como Harris, Estados Unidos no cambiará su política en la zona
En una entrevista reciente decía que Estados Unidos hará lo que quiera el lobby judío y que Europa es un “calzonazos”. ¿Por qué son unos “calzonazos” los europeos? ¿Por el complejo de culpa por la memoria del holocausto?
El holocausto hipoteca a Alemania, pero Alemania se ha equivocado. Quiere pagar su factura, pero que la paguen los palestinos. Esto es lo que hace Alemania. Quiere saldar las cuentas, pero que la factura la paguen los palestinos. En Europa saben perfectamente la realidad de la cuestión palestina, pero no pueden actuar por la sencilla razón de que, primero, el lobby sionista es muy fuerte y puede hundirla, y, segundo, son seguidistas de Estados Unidos. Son seguidistas.

Algunos países han pedido un alto el fuego y embargo de la venta de armas. España lo ha hecho
Bocazas. Si no han hecho caso a su aliado más importante que es Estados Unidos, que dicen de palabra “alto el fuego, alto el fuego, alto el fuego”, y después pasan armamentos en Israel para dar y vender. ¿Cómo puede ser que pidas el alto el fuego y hagas envíos de armas a diario? Esto no cuadra. Y en Europa lo mismo. Todos venden y compran armamento al estado de Israel y dos o tres países piden el alto el fuego. Todo esto puede resumirse con que el estado de Israel es la avanzadilla, el grupo adelantado que tienen los colonialismos de toda la vida. Antes era el colonialismo anglosajón y ahora es el colonialismo de Estados Unidos. El estado de Israel es socio de estos colonialistas. Unos colonialistas que no pueden dejar el estado de Israel a su suerte. No, porque es su criatura. Es un estado funcional. Hace lo que quiere Estados Unidos. Y ahora son socios. Antes Estados Unidos buscaba la hegemonía pero ahora el estado de Israel necesita y quiere también su hegemonía en la zona de Oriente Próximo. Ahora actúa como un estado potente, potencia regional. Netanyahu ha dicho recientemente que está intentando una nueva configuración de Oriente Próximo. Imagínate, un país que considera que es víctima, que está amenazado, y al mismo tiempo quiere configurar Oriente Próximo. ¿Cómo cuadra esto?
Estados Unidos es el que manda y tiene la hegemonía mundial y su criatura, el estado de Israel, está encantada
¿Reconocer el estado de Palestina como ha hecho recientemente España es útil? Hay muchos países que ya lo habían reconocido antes
147. Sobre el terreno no sirve para nada. Hay 147 países, la gran mayoría de la ONU, que reconocen el estado de Palestina y no ha pasado nada sobre el terreno. Por el contrario, el estado de Israel fagocita y come cada vez terrenos y tierras de los palestinos en Cisjordania. Con el reconocimiento de España serán 148. Lo lamentable es que todo el mundo ponga las cartas en manos de Estados Unidos en vez de ponerlas en manos de la ONU, si realmente es la organización que representa a todo el mundo. Tendríamos de depender de la ONU, no de Estados Unidos. Pero el orden internacional es así. Estados Unidos es el que manda y tiene la hegemonía mundial y su criatura, el estado de Israel, está encantada.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ante el ataque de Hamás del 7 de octubre dijo que lo condenaba, pero que debía conocerse el contexto en el que se había producido. ¿Lo suscribe?
Es que no ha dicho nada nuevo, no ha dicho nada mágico. Las cosas no vienen del vacío. El 7 de octubre vino después del 6 de octubre, del 5 de octubre, del 4 de octubre, del 3 de octubre y echa para atrás, hasta 75 años de humillación y ocupación del estado de Israel, Estados Unidos y anglosajones sobre la tierra de Palestina. No es que Hamás dijese “hoy quiero atacar”, no. Gaza llevaba veinte años bajo asedio. No dejaban entrar y salir ni a personas, ni medicamentos, ni elementos sin el visto bueno y el permiso del estado de Israel que rodeaba Gaza. Llevaba desde 1967 ocupando Cisjordania, fagocitando las tierras, los campesinos palestinos, creando los check points, apropiándose de los recursos acuíferos, cerrando las fronteras, toques de queda cada dos por tres,… Los colonos entraban en los pueblos, hacían lo que querían. Eran cuatreros, tahúres del Mississippi, protegidos por el ejército israelí. El ejército oficial protegía a los colonos, que son descerebrados que entraban en poblados pequeños con sus metralletas, quemaban las casas mientras el ejército israelí, alrededor, observaba. Teóricamente, la responsabilidad de la seguridad es del ejército ocupación, tal y como explica la ONU. Implantando el sistema del apartheid. Esto lo dice la ONU, Amnistía Internacional, Human Rights Watch. En los informes que realizan cada tres o seis meses estas ONGs globales reconocidas, con crédito internacional y premios Nobel, dicen claramente que es un sistema de apartheid. Desmond Tutu, premio Nobel sudafricano, realizó una visita a los territorios ocupados y dijo que lo que vio en Palestina no lo habían hecho los afrikaners en Sudáfrica. ¡Y mira que han sufrido los sudafricanos! Hay una carretera para los colonos y otra para palestinos. La de los colonos es fantástica; la de los palestinos, una mierda. Los colonos tienen una matrícula y los palestinos tienen otra en el mismo territorio. Cuando hay una pelea entre un palestino y un judío, al judío lo llevan a los tribunales civiles y al palestino a los tribunales militares. Y todo así.
El 7 de octubre vino después de 75 años de ocupación y humillación de Palestina
Cuando se produjo el ataque del 7 de octubre, Israel estaba cerrando una negociación con Arabia Saudita y otros países árabes para que le reconocieran como estado. Una de las razones que se ha dado para la acción de Hamás es la voluntad de hacer fracasar esa negociación
La represión dura desde hace 75 años. Tenemos últimamente la profanación de la mezquita de Al-Aqsa. Los fanáticos, psicópatas, religiosos, mesiánicos, iban a la explanada de la mezquita y hacían su celebración allí. Tienen el muro de lamentación a 15 metros de distancia. O sea, podrían realizar la celebración en su muro de lamentación. No, no, no, tienen que hacerla en la explanada de las mezquitas, provocando continuamente… Trump veía la cuestión de Palestina como una cuestión inmobiliaria. Vendo y compro normalizaciones con los regímenes árabes, no países árabes. Israel empezaba a tener normalización con unos regímenes títeres impuestos por el imperio de turno, colaboradores, dijéramos. Quedaba un régimen también títere, que es el de Arabia Saudí, pero en Arabia Saudí está la Meca y la Medina. Parece que Arabia Saudí representa a unos cincuenta países musulmanes. Normalizar Israel con Arabia Saudí no es igual que normalizar Israel con Bahrein, tiene su importancia. Todo esto se va acumulando y ahogando la causa palestina. En los últimos dos o tres años nadie hablaba de la cuestión palestina. Estaba totalmente enterrada. Hamás lo que hizo es romper ese statu quo, en el que Israel hacía incursiones en Gaza cada dos por tres matando a 1.000 personas, 2.000, 3.000 personas a lo largo de tantos años. Hamás vio que era el momento de romper ese statu quo, volcar la mesa y poner la cuestión palestina en el escenario mundial.

¿La palabra genocidio es adecuada para calificar lo que está haciendo Israel?
¿Qué es lo que falta para reconocer que es un genocidio? ¿Qué significa bombardear escuelas, hospitales, matar? Tú eres periodista, ¿qué sientes cuando te dicen que el Estado de Israel ha matado a 150 periodistas? ¿Qué sientes tú? Yo a veces os acuso de silencio. Y el silencio es una complicidad. Yo, como médico, también llamo la atención a los colegios de médicos de aquí, de Barcelona, Cataluña, España, el mundo. ¿Qué sienten ustedes cuando les dicen que han matado a 800 médicos? Y todo lo hacen de forma deliberada. Ven a un periodista con su cámara y lo matan. Si recuerdas la historia de Nicaragua, Estados Unidos respaldó al régimen de Somoza hasta que mató a un periodista estadounidense. Entonces, le dieron la espalda y Somoza cayó. Por un periodista estadounidense. Israel ha matado a tres.
Y cooperantes también
Y cooperantes de la ONU. Y los cocineros de José Andrés. Pero, ¡cuidado!, hemos topado con la Iglesia, que dice el Quijote.
¿Qué piensa de la teoría ‘conspiranoica’ que asegura que los servicios de inteligencia de Israel estaban al corriente de los preparativos del ataque de Hamás pero que no hicieron nada para justificar la brutal respuesta posterior?
Una chorrada más. Desde su creación, el estado de Israel está fagocitando territorios, está destrozando al pueblo palestino. Hay 11.000 prisioneros palestinos. Ha matado a palestinos a más no poder. No le hace falta una excusa. Esto no tiene ni pies ni cabeza.
¿Quiere Netanyahu que la guerra no acabe nunca porque sabe que tiene juicios pendientes por corrupción a los que tendrá que hacer frente cuando se detenga?
Es importante esto porque es real, pero no olvidemos la ideología de Netanyahu. La ideología de Netanyahu es de extrema derecha, aliado con la derecha extrema, que es lo mismo. Tienen una ideología determinada, que es el dominio de Cisjordania y Gaza, anexionarlas. Cisjordania, sobre todo. Y ahora ya están casi anexionando Gaza, porque han desplazado a la gente del norte de Gaza hacia el centro. Esto es lo que busca, Netanyahu. No sólo quiere alargar la guerra porque se salvará de los juicios pendientes. Eso también, pero lo que interesa a su gobierno neo-nazi -y digo nazi sin tapujos porque lo dicen los propios israelíes que viven en Europa- es anexionar Cisjordania y un trozo de Líbano, de Siria y de Jordania. El ministro de Finanzas, Bezalel Somotrich, lo dijo claramente en una entrevista en la televisión israelí y enseñó incluso un dibujo, un mapa. Esa gente es la que sostiene el gobierno de Netanyahu. Y Netanyahu está de acuerdo con esa idea. No lo pronuncia, pero lo hace. En Cisjordania ahora el 18% del territorio está bajo la administración civil palestina y el resto bajo la administración militar israelí.
Lo que quiere Israel es anexionar Cisjordania y un trozo del Líbano, de Siria y de Jordania
También se acusa a Netanyahu de querer implicar a la comunidad internacional en este conflicto, de llevarnos hacia una tercera guerra mundial
Se ha demostrado que Netanyahu está vinculado a la continuación de la guerra. Además necesita una victoria clara. Hasta ese momento no ha tenido otra victoria más que matar a 42.000 personas. ¿Qué victoria? Ni ha terminado con Hamás, ni ha liberado a los rehenes, ni ha terminado con Hizbulá.
Ha matado a líderes de Hamás y Hizbulá
Ha matado a tanta gente. Si eso es una victoria, “apaga y vámonos”. Entonces ¿qué hace él? Continúa la guerra. Y hoy quiere vincular a Estados Unidos a la guerra con su provocación continúa contra Irán. Necesita una respuesta de los iraníes y así arrastrar Estados Unidos a la guerra y que se alargue más. Piensa que ganará esta guerra por su aliado más importante del mundo, que es Estados Unidos. Estados Unidos son los cuatreros del siglo XXI, viven de las guerras. Sus mayores empresas son las armamentísticas.

¿Cree posible la solución de los dos estados?
Lo dicen, pero nadie hace nada para ejecutarla. Lo dicen todos. ¿Pero cómo se puede hacer un estado palestino en Cisjordania y Gaza, con dos trocitos de territorio aislados? En Cisjordania, hay 750.000 colonos fanáticos, mesiánicos y psicópatas con armas en un territorio pequeño. ¿Cómo hacer un estado totalmente fragmentado en asentamientos, que han transformado este territorio en lo que llaman la piel del leopardo, trocitos, islas totalmente separadas? ¿Cómo hacer un estado realmente conectado? Es imposible. Mataron, asesinaron la idea de los dos estados. Es imposible echar a esta gente del territorio de Cisjordania. No son tres, son 750.000 colonos cuyas colonias son como ciudades. No hay que pensar en las colonias de las películas del Oeste, que eran caravanas. Tienen universidades, tienen campos de golf, tienen piscinas, es imposible sacarlos fuera.
¿No hay solución, pues?
La única solución que existe hoy en día es la que se grita en las manifestaciones. Cuando la gente grita “Desde el río hasta el mar, Palestina libertad”, no significa expulsar a los judíos del territorio. Significa tener un país libre, en igualdad de condiciones. La reconciliación, como ocurrió en Sudáfrica, pasa por crear un estado para todos de igualdad entre judíos, palestinos, musulmanes, cristianos, drusos,… ¿No ocurrió esto en Sudáfrica? Es la única solución que existe.
¿La veremos?
¿Qué son 75 años en la historia? El racismo en Sudáfrica duró mucho. El colonialismo francés en Argelia, 135 años. Vietnam ha tenido a todos los colonialistas del mundo. ¿Qué solución hay aparte de ésta que estoy diciendo? No hay más. No la veo. Es verdad que necesitamos, como en Sudáfrica, un Mandela y un De Klerk. Lo tuvimos. Tuvimos a Arafat y Rabin y ellos mismos asesinaron a Rabin.
La reconciliación pasa por crear un estado para todos de igualdad entre judíos, palestinos, musulmanes, cristianos, drusos,…
La opción actual de guerra total por parte de Netanyahu parece estar apoyada por la mayoría de la población. El movimiento pacifista en Israel es muy minoritario
Son predicadores en el desierto. ¡Es así!, pero la historia da vueltas.
¿Cuál es la noticia que le gustaría escuchar un día de éstos sobre la situación en Palestina?
Primero, el alto el fuego, una mesa, sentarse y hablar. Es la única noticia que a mí me interesa. No hay más. Sentarse, no imponer mi criterio.
¿Quién puede sentarse en esta mesa? Israel está cometiendo un genocidio y Hamás está maldito internacionalmente
Maldito por la élite, por las corporaciones, por las multinacionales. Hamás y Hizbulá son los dos cuchillos que quedan de Oriente Próximo en la garganta del imperialismo. El imperialismo quiere una hegemonía total y éstos dicen que “ni hablar”. Muchos ven a Hamás como la luz que te empuja a luchar por la dignidad. Yo veo que la gente aquí, y por lo general en el mundo, es un grupo de esclavos. Nosotros somos los esclavos rasos y vosotros sois esclavos con un poco de privilegio, con las migajas que os dan, pero sois esclavos como nosotros. Estáis en manos de las élites, de las corporaciones, de las grandes empresas de la informática. Pensáis que sois el Primer Mundo y, para mí, solo sois esclavos algo privilegiados.

¿Volverá algún día a Nablus como un ciudadano libre palestino que va a su casa?
He vuelto con permiso de turista a mi casa. Te dan una semana, dos semanas y te echan. Y veo que el que me echa fuera, que acaba de llegar de Moldavia, de Rusia o de Estados Unidos, me dice que “Dios nos prometió esta tierra”. Como si Dios fuera Don Piso o Núñez y Navarro realizando contratos inmobiliarios.
En su casa, en Nablus, ¿quién hay ahora?
No hay nadie, porque todos estamos fuera. Tenemos unos terrenos, pero existe una ley israelí que dice que las propiedades del ausente son del estado de Israel.


