Este sábado, 23 de noviembre, el ‘Sindicat de Llogaters’ ha convocado una manifestación en Barcelona para protestar contra el incremento del precio de los alquileres, bajo el lema “Se acabó. Bajemos los alquileres”. En solo 10 años, el alquiler en la capital catalana ha subido un 88%, una situación que los movimientos por la vivienda consideran insostenible para gran parte de la clase trabajadora. “La gente que vivimos de alquiler ya no aguantamos más y estamos dispuestas a ir a la huelga si los precios no se reducen a la mitad”, ha afirmado el ‘Sindicat de Llogaters’, que también denuncia que “en el Estado, el 60% de las compras de pisos se pagan al contado, sin necesidad de hipoteca”. Además, destacan que, en Barcelona, en los últimos 15 años, la mitad de las adquisiciones de vivienda han sido realizadas por inversores con ocho o más pisos.

La manifestación, que los organizadores prevén “multitudinaria”, comenzará a las 17:00 h en la Plaza Universidad. Desde allí, seis columnas recorrerán la Gran Vía de las Cortes Catalanas y los calles Calabria, Consejo de Ciento y Tarragona, hasta llegar a la estación de Sants. Durante la marcha, está previsto un discurso frente a la Casa Orsola, en la calle Calabria con Consejo de Ciento, un edificio símbolo de la resistencia contra la especulación inmobiliaria. La convocatoria, liderada por el ‘Sindicat de Llogaters’, pretende ser una movilización unitaria y transversal, y cuenta con el apoyo de 4.000 entidades y colectivos, entre ellos sindicatos de vivienda locales, organizaciones laborales como CCOO, UGT, CGT y USTEC-STEs; la ANC, Òmnium Cultural, la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona y entidades ecologistas como Greenpeace y Ecologistas en Acción.

Esta protesta llega un mes después de una manifestación multitudinaria en Madrid, en la que, según los organizadores, participaron 150.000 personas. Las entidades promotoras exigen una reducción de los alquileres del 50%, la obligación de establecer contratos de alquiler indefinidos y la prohibición de la compra de vivienda que no sea para residencia principal. También piden recuperar pisos para uso residencial, incluidos los vacíos, turísticos o de alquiler de temporada. El ‘Sindicat de Llogaters’ no descarta una huelga de alquileres como medida de presión, animando a los inquilinos a dejar de pagar hasta que los precios bajen. Medidas similares ya se han aplicado en ciudades como Toronto y Nueva York.

CCOO, que se ha sumado a la manifestación, reclama una limitación y un control efectivo del precio de los alquileres, incluyendo una regulación específica para los alquileres de vivienda de temporada. Este tipo de alquiler se ha convertido en la principal grieta que dificulta la aplicación de la regulación y el tope de precios previsto por la Ley de Vivienda. El pasado mes de septiembre, Junts se unió al PP y Vox para bloquear en el Congreso el debate de una iniciativa impulsada por el ‘Sindicat de Llogaters’ destinada a combatir el uso fraudulento de los contratos de temporada.

El principal sindicato de Cataluña también pide la creación de un organismo público que gestione y garantice los derechos tanto de los pequeños arrendadores como de los inquilinos; un parque de vivienda social en régimen de alquiler; y medidas para intervenir en viviendas vacías de grandes tenedores. También propone la creación de un fondo público de inversión para facilitar el acceso a viviendas asequibles.

Los principales afectados por la crisis de vivienda son los jóvenes, un colectivo con una tasa de desempleo del 27%, una temporalidad que triplica la media y sueldos un 35% inferiores a los de la restante población. “Nos jugamos la emancipación de la juventud; por eso es esencial fomentar contratos estables y salarios dignos que permitan la independencia económica. Necesitamos políticas efectivas que garanticen el acceso de los jóvenes a una vivienda digna y que regulen el alquiler de habitaciones y viviendas compartidas”, han afirmado desde CCOO de Cataluña.

Nuevo récord en el precio de la vivienda en Barcelona

El precio de la vivienda en Barcelona alcanzó este verano un nuevo récord histórico, llegando a los 1.193 euros de media. En la capital catalana, los únicos distritos con precios inferiores a los 1.000 euros son Horta-Guinardó, Nou Barris y Sant Andreu. En Cataluña, más de siete millones de personas –el 90% de la población– viven en uno de los 271 municipios donde se aplica el tope de precios previsto por la Ley estatal de vivienda.

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