Maria Assumpció Vilà recibió el pasado 26 de noviembre la Medalla de Honor de la ciudad de Barcelona “por su destacada trayectoria en el campo del voluntariado social, vinculada a la ciudad”. Fue Síndica de Greuges de Barcelona entre los años 2010 y 2021. Antes había sido presidenta de la Federación Catalana de Voluntariado Social entre 2002 y 2010 y esos mismos años fue una de las almas de la Fundación Oncolliga de ayuda a los enfermos de cáncer y sus familiares. Entre 2005 y 2010 fue miembro de la Junta Directiva de la Federación Catalana de Entidades contra el Cáncer (FECEC), de la que es presidenta desde enero de 2022. Hablamos con ella coincidiendo con el Día Internacional del Voluntariado, que se celebró el 5 de diciembre.

Le han dado la Medalla de Honor de la ciudad de Barcelona y dice que le hizo una ilusión especial que fuese a propuesta del Consejo de Asociaciones. ¿Por qué?

Porque había estado en este Consejo durante muchos años. Lo aprueba el plenario del ayuntamiento, pero es a petición de las diferentes entidades de la ciudad.

¿Cómo reaccionó al saber que recibiría esta Medalla? ¿Es el momento de mirar atrás y hacer balance del trabajo realizado durante muchos años?

Yo no me lo esperaba. Había ido muchas veces a la entrega de estos premios, cuando estaba en el Ayuntamiento Siempre los dan a personas que más o menos conoces y acostumbraba a ir pero nunca pensé que un día podría ser yo protagonista. Me pidieron que hablara en nombre de los premiados. Dudé pero al final dije que sí, con mucha ilusión.

¿Cuándo y por qué decidió implicarse en el mundo de voluntariado?

Desde muy joven sentí que podía ayudar a los demás y que podíamos compartir cosas. Era muy jovencita y con una amiga del barrio en el que vivía, el Eixample, conocimos a una chica de nuestra edad que estaba enferma, que iba en silla de ruedas, y dijimos “¿por qué no quedamos con ella un día y la vamos a ver a su casa?”. Total, que lo hicimos. Sin ninguna preparación, claro. Nos dio lástima porque nosotros salíamos y ella no podía hacerlo. Era como algo natural.

“DOS DÍAS DE HUELGA DEL VOLUNTARIADO PARARÍAN MÁS COSAS DE LAS QUE NOS PENSAMOS”| Pol Rius

Ha dedicado muchos años al voluntariado en el ámbito del cáncer. Es presidenta de Oncolliga y de la Federación Catalana de Entidades contra el Cáncer. ¿Por qué este ámbito precisamente?

Entré en la Asociación Española contra el Cáncer porque la presidenta conocía a una persona que yo también conocía, y me dijo que estaban buscando una secretaria de Presidencia. En ese momento, yo no estaba trabajando, porque me había ido una temporada a Inglaterra para aprender inglés. Lo probé y me quedé allí. Al cabo de poco tiempo me hicieron secretaria ejecutiva, que venía a ser como si fuese directora.

¿No tenía ninguna persona cercana afectada por esa enfermedad?

No, nada tenía que ver con ella. Después sí que he tenido, porque, claro, toca a casi todo el mundo, pero, en ese momento, no. Si me lo hubieran pedido de otra asociación… Yo tenía claro que quería trabajar en una entidad social, porque había estado en la empresa privada y prefería realizar otro trabajo. Fue casualidad.

Mucha gente se apunta como voluntaria a organizaciones de ayuda a personas afectadas por enfermedades porque les afectan o han afectado a ellos, a familiares o a conocidos suyos

Sí, pero mi caso no es éste. No recuerdo que cuando me incorporé al sector de los enfermos de cáncer conociera a ninguna persona que hubiera sufrido la enfermedad.

Lleva más de 40 años viviendo de cerca la evolución del cáncer y su tratamiento. Se ha avanzado mucho en la lucha contra esta enfermedad, ¿no?

Sí. Los años que fui Síndica de Greuges del Ayuntamiento estuve fuera del sector y cuando he vuelto he notado mucha diferencia, aunque durante este tiempo he continuado leyendo cosas e informándome sobre el cáncer. Hay mucha diferencia entre la calidad de vida de las personas que vienen a nosotros y que estamos ayudando y las que lo hacían antes. Sobre todo en el tramo final de la vida. Hay que hacer mucho aún, pero en la investigación se ha avanzado. Es una enfermedad que se está cronificando. Por tanto, ¿qué haremos con las personas que se cronifican en la enfermedad y que podrán volver a trabajar? Seguramente lo que no podrán es, después de haber estado un año o más de baja, ponerse a trabajar ocho horas diarias. Estamos hablando con el gobierno central para que estas personas puedan volver al trabajo en unas condiciones laborales y de horarios adecuadas.

“DESDE LA PANDEMIA A AQUÍ SE HA PERDIDO VOLUNTARIADO”| Pol Rius

¿Existe un perfil predominante de voluntario? Los últimos estudios que se han dado a conocer concluyen que hay mayoría de gente mayor

Sí, sí. No diría que haya una crisis de voluntariado, porque quizás no sería exacto, pero sí que es verdad que el voluntariado se ha envejecido y que desde la pandemia a aquí se ha perdido voluntariado. Cuando vino la pandemia había muchas personas que ya eran mayores y no han vuelto a incorporarse después. Hay un voluntariado de gente mayor en todas las entidades con algunas excepciones, como las deportivas por ejemplo. No es que lo vea sólo aquí donde estoy sino que en otras muchas entidades que conozco hay un voluntariado de personas mayores. Hay que hacer algo para que la gente joven se enganche. Dicen que todo el mundo tiene mucho trabajo ahora, pero antes también teníamos trabajo y nos apuntábamos al voluntariado. Precisamente desde la Federación Catalana de Voluntariado Social se está trabajando para ver qué hacer para captar a gente más joven. Lo que no puede ser es que a los 80 años se esté haciendo todavía un esfuerzo como voluntarios, porque hay gente que está bien de salud pero a otros les cuesta más. Debe renovarse.

¿A qué se debe esta baja participación de los jóvenes en el mundo del voluntariado? ¿Las redes sociales, el individualismo, la precariedad laboral?

Todo el mundo está atareado, sí. Las mujeres se han incorporado al trabajo hace ya muchos años. Las mujeres de mi edad, casi todas o todas, trabajaban también. Quizás no lo hemos sabido hacer bien. Hay voluntarios jóvenes, pero no suficientes para suplir a las personas que lo van dejando.

Los estudios publicados también constatan que existen más mujeres que hombres voluntarios

Esto es tradicional. Cuando empecé el voluntariado, éramos mujeres. Era muy curioso porque cuando nos reuníamos en la Federación Catalana de Voluntariado Social, donde éramos unas 200 entidades, los presidentes eran hombres -recuerdo que era la única mujer presidenta- y, en cambio, la inmensa mayoría del voluntariado eran mujeres. Entonces intentamos captar a los hombres, sobre todo cuando se jubilaran, y la verdad es que dio bastante buen resultado. Ahora hay más hombres. Nosotros mismos tenemos más mujeres que hombres voluntarios, sí, pero tenemos bastantes hombres que hacen voluntariado.

“LAS ENTIDADES SOCIALES EN BARCELONA Y CATALUÑA ESTÁN SOSTENIDO UNA PARTE IMPORTANTE DE LOS PROBLEMAS QUE HAY”| Pol Rius

Ahora, con la tragedia de la Dana en Valencia hemos visto a muchos jóvenes ofreciéndose como voluntarios y yendo a ayudar

Sí, sí. Y también jóvenes de los pueblos cercanos a los afectados. Yo tengo allí a familiares que no fueron afectados y que iban a ayudar a quienes lo necesitaban en los pueblos que tenían al lado. Fue gente de todas partes. La gente joven quizás quiere hacer algo concreto, y lo que debemos trabajar es el compromiso de cada semana. Tal día, a tal hora, tienes que ir a realizar una actividad de voluntariado. Si haces un voluntariado debes comprometerte con unos horarios y con un trabajo. Lo que no puedes hacer es “hoy voy pero mañana no”. El caso de Valencia ha sido espectacular, pero a los jóvenes se les tiene que vender la idea, con cariño pero se les tiene que vender la idea de que el voluntariado es otra cosa, que exige un compromiso. Tienes que comprometerte. Y quien pueda dos días a la semana, muy bien. Quien pueda dos días al mes, muy bien. Pero tienes que comprometerte.

En Valencia se ha escuchado mucho la expresión “solo el pueblo salva al pueblo”. Puede dar a entender que la administración no sirve para gran cosa

La administración debe actuar también. No sé en qué dirección se puede enfocar lo de “solo el pueblo salva al pueblo”. Lo que hace el voluntario es evidente que no pueden hacerlo las administraciones. Aunque digamos que no hay tantos voluntarios como debería, el voluntariado en Barcelona y en Cataluña está sosteniendo una parte importante de los problemas que hay. Es evidente que debe hacerse conjuntamente con las administraciones.

Hay gente que tiene un trabajo que no le gusta y que el tiempo que tiene libre prefiere dedicarlo a actividades que le satisfagan

Yo lo miraría al revés. Si tienes que trabajar en un trabajo que no te gusta y lo haces porque necesitas el dinero, pues haz algo que te guste y que te lo pases bien. Y el voluntariado puedes hacerlo, sean unas horas a la semana, al mes, o cuando sea.

¿Es imprescindible que haya voluntarios? ¿No hacen trabajos que deberían asumir las administraciones?

A la Administración ya le va bien, claro, que haya voluntarios. De hecho, las entidades sociales están para llenar los vacíos que la administración deja, en general. Pese a que la Administración colabora económicamente para que las asociaciones funcionen, es evidente que el mundo social existe para llegar a donde no llega la Administración. Y diría también que por un plus de calidad. ¿Qué pasaría si un día el voluntariado hiciece huelga? Se pararían muchas cosas. Dos días de huelga del voluntariado pararían más cosas de las que pensamos. La necesidad del voluntariado se ha visto recientemente en Valencia y también con la pandemia, por ejemplo. Durante la pandemia, el voluntariado ayudó muchísimo, pese a que no podías ir de un sitio a otro. Sé de gente que estaba colgada al teléfono apoyando, aparte de los profesionales. En Oncolliga, aunque no podían ir con los enfermos al hospital o a su domicilio, los voluntarios conectaban por teléfono con las personas que necesitaban apoyo.

“LAS ENTIDADES SOCIALES ESTÁN PARA CUMPLIMENTAR LOS VACÍOS QUE DEJA LA ADMINISTRACIÓN”| Pol Rius

¿Ser Síndica de Greuges de Barcelona hizo que entendiera mejor las limitaciones de la administración para hacer frente a los problemas sociales?

Conocí más la Administración. En la Sindicatura tienes conocimiento de lo que está más maltratado de la ciudad, lógicamente. Recoges todas las quejas. Algunas veces la persona que te trae la queja tiene razón y otras, no. Vienen personas que están pasando por un momento malo al nivel que sea. La Administración, en este caso la local, hace lo que puede y llega a donde llega. Por ejemplo el caso de las personas que viven en la calle, en el que habíamos trabajado mucho, es un problema muy grave, que le cuesta mucho resolver a la Administración. Ahora hay unas 1.300-1.400 personas que duermen en la calle. No es solo gente de Barcelona que se ha quedado en esta situación. Viene gente de otras poblaciones, algunos extranjeros. Son personas que han llegado a esta situación por una serie de motivos y algunos son reacios a ir a los albergues porque se sienten controlados, no tienen una estabilidad emocional. Para acabar en la calle les han pasado muchas cosas…

¿La Administración hace lo que puede o debería hacer más?

A nosotros siempre nos parece que tiene que hacer más. Desde el punto de vista económico, supongo que hace lo que puede. Sí que es verdad que de unos años a esta parte, las administraciones públicas se han dado cuenta del buen trabajo que hacen las entidades del mundo social. Tenemos su apoyo y sus palabras son todas de agradecimiento. ¿Podrían hacer más? No me atrevo a decirlo. Hay muchas administraciones. En las poblaciones pequeñas, los ayuntamientos están mucho más en contacto directo con las personas. En Barcelona, ​​en las ciudades grandes, es diferente, aunque las trabajadoras sociales ciertamente pisan la calle y conocen los problemas directamente.

La gente voluntaria ¿es más de izquierdas, más de derechas, o el color político no tiene un peso especial en este ámbito?

No hablamos nunca de esto. Nada. Puede haber sensibilidades distintas y la verdad que no hablamos nada de esto. Yo misma, que conozco muchísimo voluntariado, no sabría decirte el color político de cada uno. No tengo ni idea.

Voluntariado y activismo social coinciden a veces. A usted la hemos visto en manifestaciones a favor de los derechos de las mujeres o de los inmigrantes

Yo voy a manifestaciones. Colaboro un poco con la Plataforma contra la Violencia de Género de Catalunya. Intento colaborar, he hecho algo, pero no puedo llegar a demasiados sitios porque la presidencia de la Fundación Oncolliga y de la Federación Catalana de Entidades contra el Cáncer, me suponen mucho trabajo. Hay voluntarias que acompañan a las mujeres maltratadas si tienen que ir a un juicio o al médico si es necesario.

Los datos oficiales del gobierno de la Generalitat señalan que hay cerca de medio millón de personas que hacen voluntariado. Si es así, parecen muchas. Pese a todo ¿faltan más?

Depende de las entidades, porque las entidades de las enfermedades necesitan que se acompañe a las personas que las padecen. Después hay otras entidades sociales que quizás no necesitan tanto voluntariado. Lo que está claro es que un voluntario nunca tiene que ocupar el lugar de un profesional. Cuando empezó a ser un poco conocida la Federación Catalana de Voluntariado Social tuvimos que hablar con los sindicatos. Nos comprometimos a que un voluntario nunca ocupe el lugar de un profesional. El voluntario aporta y hace lo que un profesional no podría hacer y por ese trabajo nadie cobra. Si tienes una persona en casa que has contratado para atender a un enfermo, lo acompaña, le hace comida y todo eso, es diferente de lo que hacemos nosotros. Los voluntarios van al hospital a hacer una visita, se están una hora hablando con un enfermo y, claro, eso quizás sería difícil de encontrar pagando. Lo que sí que está muy claro es que nunca el voluntario ha de ocupar un puesto profesional.

“QUIZAR UNA TARDE IRÍAS AL CINE Y EN LUGAR DE HACERLO PUEDES IR A AYUDAR A ALGUIEN”| Pol Rius

Si tuviera 30 años, tiempo libre y energía, ¿en qué ámbito del voluntariado se implicaría hoy?

En todo el voluntariado que he hecho nunca he tenido demasiado contacto con enfermos. He colaborado más bien buscando recursos para la entidad. Tengo contacto con enfermos porque vienen aquí, los conoces, pero yo no les acompaño ni los visito. No creo que esté preparada para ello, ni emocionalmente, y menos ahora que soy mayor. Busco recursos para la entidad, que es algo también complicado, difícil y necesario.

Citaba el tema de las personas sin hogar

Todos los voluntarios deben estar preparados, pero hacer la calle es muy complicado. Conozco a gente de entidades que apoyan a las personas que duermen en la calle y no es fácil. Tienes que ir a verlos en horas que estén dispuestos a hablar, te han de coger confianza porque no les gusta contar su vida al primero que pasa. Los voluntarios deben formarse porque no siempre es fácil enfrentarse con los problemas que se encuentran.

Parece que el mundo últimamente va en dirección contraria al voluntariado, al altruismo. Las opciones de extrema derecha, egoístas, xenófobas, insolidarias se extienden por todas partes. ¿Le preocupa?

Aunque digamos que a los jóvenes les cuesta incorporarse al voluntariado, algunos lo hacen. No hablaría de una crisis del voluntariado, pero tenemos que trabajar y explicar lo que significa el compromiso. No se trata de dedicarle ocho horas diarias como en un trabajo normal. Quizás una tarde irías al cine y en vez de hacerlo puedes ir a ayudar a alguien. Esto debe explicarse a los jóvenes. También creo que se debe luchar contra la obsesión por la inmediatez de mucha gente, sobre todo jóvenes. Si pierdes un autobús, el siguiente pasará en cinco o seis minutos. Puedes esperar y no pasa nada. Y espero que estos cambios que existen en el mundo de la política no afecten al espíritu solidario del voluntariado.

¿La gente es buena?

La gente es buena, sí. Tiene prisa, quiere hacer las cosas rápido pero en el fondo es buena.

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