Artículo original: Paios

La fundación de Radio 4 en el año 1976 responde a un fin instrumental. Es una operación de marketing del gobierno de Adolfo Suárez que contempla dos objetivos: contribuir a la creación de un clima favorable para el referéndum de la Ley para la Reforma Política y apuntalar su partido —la UCD— en Cataluña. A pesar de ello, contribuye de manera notable a la normalización de la lengua catalana y a la recuperación de las libertades democráticas, con profesionales comprometidos como Joan Albert Argerich, Xavier Foz, Pere Font, Montserrat Minobis o Enric Frigola.

Podía haber sido un activo importante para RNE, pero fue ignorada reiteradamente por las sucesivas direcciones de RTVE y los gobiernos del Estado. Hasta el punto de que, entre las iniciativas para su cierre, destaca, en el año 2006, la del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero; etapa que viví como director de RNE en Cataluña.

Su colectivo de trabajadores —destacando la labor del comité de empresa con Josep Maria Adell al frente— desplegó una intensa campaña por las mismas ondas de Radio 4 y diversas iniciativas sociales. Desde la dirección de RNE en Cataluña, realizamos gestiones con representantes de todas las instituciones para conseguir apoyo a la continuidad de Radio 4.

Mientras tanto, el director de RNE, Javier Arenas, asfixiaba económicamente la emisora en contra del criterio del jefe de programas, Luis Carlos Ramírez, preparando de hecho su cierre. Josep Cabayol —inolvidable y querido amigo, que nos dejó en 2022—, a quien yo había propuesto como subdirector, presentó un proyecto “revolucionario” para hacer, con pocos medios, un modelo de radio pública no desarrollado en España. Nos pusimos manos a la obra y, finalmente, conseguimos llenar la parrilla con espacios que abordaban el cambio climático, las desigualdades, los derechos identitarios… todo confluyendo con lo que definíamos como un nuevo modelo de desarrollo humano; además de diseñar un formato interactivo para la programación, que ya no pudimos llevar a cabo.

Dieciocho años después, el mismo que pedía el cierre de RNE en Cataluña, Miquel Calçada (Mikimoto) —en un debate en el Colegio de Periodistas de Cataluña en el año 2007—, es ahora el factótum de la nueva programación. En una flagrante incompatibilidad, Calçada, miembro del Consejo de Administración de la Corporación Radiotelevisión Española, actúa como director de facto de Radio 4 y del desdoblamiento de La 2 de TVE con programación en catalán. Y lo hace incorporando a sus incondicionales. Así, RTVE transita en Cataluña sin rumbo, de espaldas a sus trabajadores, inmersa en un bazar político.

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