En Cataluña, 2 de cada 10 personas menores de 45 años y más de la mitad de las que tienen entre 45 y 64 años presentan algún factor de riesgo cardiovascular. Hay factores que no podemos controlar, como la edad o los antecedentes familiares. Pero la buena noticia es que podemos hacer mucho para cuidar nuestro corazón: dejar de fumar, cuidar el bienestar emocional, hacer ejercicio físico cada día, seguir una alimentación cardiosaludable y revisar el corazón de vez en cuando.
Las personas que han nacido con una cardiopatía conviven con un corazón diferente desde muy pequeñas: son expertas en escucharlo, entenderlo y adaptarse a él. Y es precisamente de ellas de quienes podemos aprender más, porque las enfermedades cardiovasculares nos pueden afectar a todos y pueden aparecer en cualquier momento, incluso cuando menos las esperamos.
Cuando nace, el niño o niña que tiene una cardiopatía y su familia se enfrentan a un camino lleno de retos: deberán aprender a convivir con un corazón que funciona de manera diferente, comprender su enfermedad y, además, desarrollar una resiliencia emocional que les ayude a gestionar las dificultades que puedan surgir en su día a día.
Cuando llega la adolescencia, este niño o niña que hasta entonces había estado protegido y muy bien controlado por la familia y el equipo médico, empieza a formar parte de la sociedad de manera más independiente. En esta etapa es cuando toma más conciencia de su cardiopatía y, de repente, debe enfrentarse a una sociedad que va muy rápido, que es cada vez más competitiva y que le hace darse cuenta de sus limitaciones. Aprender a gestionar el estrés, evitar situaciones de riesgo y mantener una actitud positiva son aspectos clave para convivir con su condición.
Es en esta época cuando, a menudo, muchos de los niños y niñas operados de pequeños necesitan una nueva intervención quirúrgica. Aunque hoy en día se tiene en cuenta el impacto a largo plazo y se intentan técnicas poco invasivas, las preocupaciones también incluyen cómo afectará su vida cotidiana, las actividades escolares y de ocio, las relaciones sociales y su imagen.
Actualmente, hay más adultos con cardiopatía congénita que niños. Aunque no tuvieron las mismas posibilidades de reparación de su cardiopatía que los niños actuales, disfrutan de una calidad de vida bastante buena, pero también pueden experimentar etapas en las que no se encuentren bien y momentos de cambio en su salud que vivan con ansiedad y miedo. Por eso, el seguimiento médico es esencial para adelantarse a posibles problemas.
La vida adulta implica el establecimiento de vínculos de pareja y la construcción de una familia, pero para las personas con cardiopatía, estas relaciones pueden estar marcadas por la vivencia de la enfermedad: decisiones como tener hijos o no, la sobreprotección del cónyuge sano, que la persona con cardiopatía se sienta incomprendida o no escuchada, o que las limitaciones del día a día, como la falta de energía, pasen desapercibidas o se les reste importancia.
Es muy importante conocer las necesidades, limitaciones, recursos y potencialidades de cada persona para integrarse en el mundo laboral. Hay personas que han podido trabajar con normalidad, pero cuando hay un cambio en su estado de salud, pueden tener dificultades para continuar con sus funciones laborales y verse obligadas a cambiar de trabajo, reducir horas o dejar de lado expectativas profesionales, lo que puede condicionar su situación económica y personal. Todos estos cambios pueden provocar desánimo, miedo al futuro, incertidumbre, rabia e impotencia.
La práctica regular de ejercicio físico es clave para mantener un buen estado de salud y prevenir las repercusiones de la cardiopatía. No solo es beneficiosa para el corazón, sino también para la mente y el bienestar emocional. Es importante, sin embargo, saber qué ejercicios son los más adecuados, seguros y con garantías de éxito para la salud cardiovascular de cada persona.
En la Fundación CorAvant ofrecemos apoyo y orientación ante el diagnóstico de cardiopatía o posibles cambios en tu estado de salud; ayudamos en los momentos de ansiedad y angustia que pueda generar el impacto de la enfermedad; explicamos cómo prepararse para una intervención quirúrgica e informamos sobre los derechos, permisos y recursos disponibles; orientamos en temas laborales y académicos; y ponemos en contacto con personas que también tienen una cardiopatía a través de actividades para compartir experiencias.
Luces rojas para visibilizar las enfermedades cardiovasculares
En línea con la campaña de la <em>World Heart Federation</em> – Don’t miss a beat – y de <em>Cardioalianza</em> – Muévete por tu corazón –, la Fundación CorAvant quiere hacer más visible la importancia del cambio de hábitos para minimizar el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular: cuidar el corazón es esencial para vivir mejor y más tiempo, y ha impulsado la campaña #MOUTEPELCOR.
Se trata de iluminar de color rojo espacios emblemáticos de los municipios catalanes (fachadas, campanarios, puentes, fuentes, monumentos…) coincidiendo con el Día Mundial del Corazón. De momento, más de ochenta pueblos y ciudades han confirmado su participación en esta iniciativa.


Catalunya Plural, 2024 