Lo primero que hace Heidi Johanna Rojas al levantarse es sintonizar la radio. “Esto se lo debo a mis padres”, explica mientras prepara el primer tinto de la mañana. Al sonido de la música se le suman los cacareos de los pollos de la familia, que revolotean alrededor de la casa en búsqueda de las sobras de la cena de ayer. Las manos de Heidi presentan las durezas de quien ha trabajado mucho la tierra, pero aun así trazan movimientos gráciles mientras preparan el tinto y el caldo matutino, casi de manera inconsciente. Es temprano, huele a café y en…

