Desde el decreto del estado de alarma, las calles están prácticamente vacías. Patrullas policiales vigilan que se cumpla la orden de confinamiento en las casas. En cambio, en las puertas de establecimientos de comida rápida, decenas de personas, la mayoría jóvenes, esperan un pedido. También es común verlos haciendo cola en las farmacias, con sus mochilas llamativas a la espalda. Son los riders. Su trabajo no ha quedado restringido en los días de pandemia y estado de alarma. Según fuentes sindicales consultadas, el nombre de pedidos que recibe cada repartidor se ha mantenido bastante estable, porque las empresas de comida rápida están ofreciendo envíos gratis…

