Se da por hecho un pacto entre Colau y Maragall, pero de no llegar a los 21 concejales, se abriría la puerta a pactos con otros partidos. Así, una alcaldía de Maragall no tendría tantos problemas en girar hacia el centro-derecha y buscar el apoyo de los postconvergents y Colau se podría reencontrar con el socialismo pre-155, y mirar la CUP para afrontar algunos retos más difíciles como el turismo o la vivienda

