Hace pocos días nos ha dejado una mujer sabia, de memoria extraordinaria, y de una fragilidad corpórea, como de cristal. Nos deja casi un año después que su marido, su Vell Amant, en Josep Vaquer. Nuestros queridos matemáticos, una pareja de sabios ancianos, que cuando eran jóvenes se cantaban la canción Els Vell Amants, reconociéndose en ella para cuando fueran mayores. Canción que Joan, guitarra en mano, desde la casa de enfrente, le cantaba a ella, ahora hace un año… y Mercè tras la ventana, le lanzaba un beso.

Pero Mercè no es la única que nos ha dejado últimamente… en los meses de noviembre y diciembre, en Tremp, en el Pallars Jussà, dejaron de tocar las campanas, las defunciones eran diarias. En la residencia de gente mayor murieron 61 personas en menos de dos meses, las muertes se contaban en tantos por ciento, como quien calcula el trigo o la lluvia… los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia, pendientes si las defunciones aumentaba, como la bolsa. Para los medios, estos eran uno de tantos que iban muriendo… anónimos. Pero no para todo el mundo. Eran Paquita, Josep, Teresa… nuestras abuelas y abuelos, padres y madres, nuestros maestros, vecinas, nuestra gente mayor, con una vida, una familia, una historia, la historia del siglo XX.

¿Por qué somos conscientes que se nos va una generación irrepetible? Que la memoria del siglo XX se va desvaneciendo… testigos de la Guerra Civil, observadores de la Segunda Guerra Mundial, supervivientes de la posguerra, represaliados por el franquismo, aquellos y aquellas que supieron adaptarse, sin pausa alguna, al siglo que ha sufrido más cambios en menos tiempo de toda la historia de la humanidad. Y ahora les toca vivir esta otra guerra, “una guerra silenciosa”.

Cómo si se quisiera resarcir su pérdida, mientras nuestros mayores van desapareciendo, se publican libros en que ellos son protagonistas y algunos, donde ellos mismos, además son los autores. Con miradas y enfoques muy distintos, pero entre todos ellos dibujan un universo, qué podríamos denominar “la geografía humana de los mayores”. La casa dels avis, de Vicenç Villatoro. Un recorrido por la historia de sus abuelos maternos desde la casa familiar en Canet, donde la casa se presenta como símbolo de permanencia, de arraigo. A través de esta recorre la historia de Catalunya del siglo XX hasta nuestros días, mientras unos vienen y los otros van.

Y de una gesta que sirve de escenario para situar la historia de Catalunya del siglo XX, a un libro íntimo en forma de carta, Ara parla’m de tu, de Andrea Camilleri, que a sus casi noventa dos años escribe a su nieta Matilda de cuatro años, porque sabe que no la verá crecer. Narrada en primera persona, con humor y minuciosidad, Camilleri hace un repaso de su vida. Con su muerte reciente, este libro se ha convertido, como apunta la misma editorial: “en un legado espiritual… unas reflexiones póstumas sobre la vida, el mundo y el siglo XX”.

Otro libro muy diferente, Els vells, aquella nosa, de Cèlia Sànchez-Mústich. Una visión muy realista, sincera y cruda, a veces incómoda, de la gente mayor, “dels vells” como la autora los denomina, fruto de su experiencia vivida durante años junto a su madre y su abuela dependientes. En la sinopsis leemos que Sànchez- Mústich “hace un elogio de la cuarta edad,..” “…como un formidable anfiteatro o templo ruinoso…” y se pregunta: “¿Qué valor damos a la gente mayor?”.

…aquellos que están allí, sentados, tras la ventana, silenciosos, con la mirada fija, que les tenemos que dar la comida, y ayudarlos con la ducha, gritar más fuerte porque nos oigan, acariciarlos para que sepan que estamos a su lado. Están allí, en silencio, porque la memoria les ha traicionado, y no llegamos a saber qué piensan, ni si son felices, ni si saben que estamos,… y nos damos cuenta de que la vida es cíclica y en ellos vemos a unos niños, pero con una historia detrás, que muchas veces desconocemos, y nos referimos ellos en tercera persona, sin ser conscientes que hoy les toca a ellos y mañana a nosotros,… y olvidamos que son un tesoro de sabiduría, un manojo de historia.

… Aquella pareja de matemáticos, nuestros vecinos, “ejemplo de vida activa, comprometida y radical” como los define un amigo, que han hecho de su casa un templo de la conversación, la amistad y la solidaridad, donde se han gestado, a lo largo de los años, iniciativas sociales, políticas… y en su jardín se han organizado encuentros, fiestas, han acogido amigos y ha acampado incluso aquella familia numerosa venida de Croacia, cada verano.

…Y este domingo, en esta calle del barrio de Vallcarca de Barcelona, ha vuelto a sonar el Ave María de Haendel, un minuto de silencio, y aplausos, por Mercè, por els vells amants, y por Paquita, Josep, Teresa,…

…y cuando miro por la ventana, ya no la veo a ella como riega su jardín, el jardín más bonito y mejor cuidado del barrio de Vallcarca. Ella era frágil, pero yo la veía eterna.

Ara parla’m de tu se publicó en el 2019.

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