Alhora, el nuevo proyecto político de la derecha independentista posconvergente

De los escombros de Convergència i Unió se erige Alhora, el último proyecto político de carácter independentista. La lista de partidos, movimientos y proyectos diversos generada sólo en la última década en el campo de la derecha independentista impresiona: PDCAT, Convergents, Junts per Catalunya, Demòcratas, Crida Nacional per la República, PNC, y des de ayer, Alhora. Habría que sumarle, aunque de carácter local centrado en Barcelona, el partido Primarias Barcelona liderado por el propio Jordi Graupera y que se quedó lejos de conseguir el 5% mínimo requerido para obtener un concejal.

No es, pues, el primer intento de Jordi Graupera de conseguir un cargo político electo. Graupera dispone de una larga vinculación con el entorno convergente —partido donde militó— y, especialmente, a través de la Fundación Catalunya Europa, el lobby de Convergència que tenía como presidente nada menos que la mano derecha de Jordi Pujol , Lluís Prenafreta. Tras fracasar en su intento de aterrar en la política local, fue estrechando relaciones con la actual eurodiputada de Junts per Catalunya —y ahora también fundadora de Alhora—, Clara Ponsatí.

A Junts per Catalunya les molestará seguro la aparición de una nueva seta donde consideren su coto de caza privado. Junts ya teme que el crecimiento del partido de extrema derecha independentista, Aliança Catalana, les haga un agujero a su electorado, por lo que han adaptado su discurso enfatizando la “problemática” migratoria. Ahora, a la vez aspira a hacer un nuevo zoco en otra parte de su electorado, aquélla que, sin dejar de ser de derechas en las cuestiones económicas y sociales fundamentales, quiere reivindicarse también como “revolucionario” en su “lucha” contra España. En argot técnico, es común referirse a este círculo de votantes como cupconvergentes: de fachada y retórica antisistema, pero de sustancia conservadora. Como aquellos helados Magnum que crees que son de chocolate, pero cuando se acaba la primera capa te das cuenta de que en realidad son un 90% nata.

Éste es el único mensaje público que han divulgado en estos momentos y que se puede leer en su página web:

La política en Catalunya se ha puesto al servicio de la estabilidad española. La incompetencia y el cinismo son la norma entre la clase política. Pero la liberación nacional no es una quimera de soñadores. La independencia es posible. El buen gobierno es posible. Hay que limpiar y salir del callejón sin salida con ideas, coraje y solvencia. Tenemos un proyecto para Catalunya. Ven al Teatro Borràs a escuchar nuestra propuesta por la independencia y el buen gobierno con raíces y futuro a la vez.

Aunque Alhora no amenaza la hegemonía de Junts per Catalunya como primer actor del espacio postconvergente, todo voto perdido representa dar un paso atrás respecto de ERC y, por tanto, es susceptible de generar fuertes quebraderos de cabeza en un partido que vive en la tensión desde sus inicios. Ya pasó a las elecciones generales del año 2023 con el PDeCAT-CiU, que a pesar de no obtener ningún diputado, gozaron del apoyo de cerca de 60.000 votos que, de no estar, habrían venido mayoritariamente al saco de Junts per Catalunya. Pero quizá les moleste aún más que sean dos personas con sueldos públicos y vinculadas directamente con Junts per Catalunya quienes se hayan encargado de articular una oposición directa a su partido, y que se hayan dedicado a hacerlo en su tiempo como a eurodiputada (Ponsatí) y de asesor local de la eurodiputada (Graupera).

Habrá que esperar a conocer más detalles en las próximas semanas, pero algo es evidente: la lucha interna de la derecha independentista nunca descansa.