Desde el nacimiento de la formación política de Junts per Catalunya, el partido liderado por Carles Puigdemont ha insistido a diferenciarse de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) para no ser identificados con la corrupción que hundió el partido político más importante que ha habido en Catalunya desde la transición. El caso 3% y la trama del ex Pujol hicieron imprescindible la necesidad de un nuevo dispositivo político que, rompiendo con el pasado, les permitiera tejer una cierta continuidad con el legado convergente.
Hoy se puede afirmar que Junts per Catalunya no es CiU. Aunque ideológicamente ambos partidos deben ubicarse en el centro derecha del espectro político, el nuevo partido se ha constituido casi exclusivamente en torno a la apuesta independentista, alejándose del espíritu de transversalidad que llevó la formación de Jordi Pujol gobernar Catalunya durante veintitrés tres años consecutivos. Asimismo, la incorporación de nuevas caras en la cúpula de Junts per Catalunya, sin militancia previa a CDC como pueden ser Laura Borràs, Aurora Madaula o el mismo Quim Torra, han terminado de darle la forma necesaria a Junts para que ésta formación no sea interpretada como una copia no corrupta del espacio convergente. Esto no se cumple, sin embargo, en el Departamento de Acción Exterior de la Generalitat.
Bajo la retórica de difundir al mundo el futuro advenimiento de la república catalana se ha aprovechado para ir recolocando un conjunto de ex cargos de larga trayectoria convergente que, sin una formación o conocimiento específico en materia de exteriores, gozan de altos sueldos públicos que pasan desapercibidos para la inmensa parte de la población. Todo el mundo conoce más o menos en qué consisten las puertas giratorias: políticos que durante su carrera en el sector público han defendido unos determinados intereses privados y que, al dejar la política, entran a formar parte de los consejos de administración de alguna empresa de ese mismo sector que había sido favorecida por el político de turno.
Menos conocida es la práctica los partidos de “reciclar” políticos de larga trayectoria en diferentes cargos de la administración pública: altos funcionarios que son adjudicados a dedo, y que a menudo ocupan una posición de la que no consta ningún tipo de experiencia previa que la justifique. La adjudicación a dedo de cargos de libre elección (no deben hacer oposiciones como la mayoría de los funcionarios públicos) es, a menudo, la forma que tienen los partidos de agradecer el compromiso de aquellos políticos que se han mantenido fieles a las necesidades de su formación durante años. El caso del Departamento de Acción Exterior que lidera la consellera Victòria Alsina (persona de confianza de Jordi Sánchez) sirve para ilustrar cómo esta práctica política, tan legal como éticamente cuestionable, le ha servido a Convergència para mantener en nómina a un número importante de antiguos cargos políticos.
Àngels Ponsa: de Consejera de Cultura a asesora de la Consejera de Exteriores, 57.983, 57€

El pasado día 8 de octubre el Departamento de Acción Exterior hizo público el nombramiento de Àngels Ponsa como asesora especial en materia de acción exterior. Un hecho que llama la atención porque, durante el mandato de Quim Torra, Ponsa fue miembro del Consejo Ejecutivo como consejera de Cultura. La exconsellera, que inició su militancia en CDC en 2008, forma parte del extenso grupo de políticos convergentes provenientes de Sant Cugat del Vallès en el que se encuentran Lluís Recoder, (ex alcalde de Sant Cugat a quien Ponsa sustituyó en su escaño en el Parlament de Catalunya el año 2012), Mercè Conesa (que reemplazó Recoder en la alcaldía de Sant Cugat, fue presidenta del Puerto de Barcelona y actualmente es directora de INCASOL); Damià Calvet (ex-consejero de Territorio y actual presidente del Puerto de Barcelona, en sustitución de Mercè Conesa) o el actual vicepresidente del gobierno Jordi Puigneró.
Ponsa ha aterrizado en la Consejería de Acción Exterior cubriendo la baja temporal de Marina Borrell Halcón, con un salario de 57.983, 57 €. La carrera política de Ponsa ha estado vinculada al mundo de la cultura: licenciada en historia del arte por la Universidad de Barcelona, formó parte del mundo asociativo de su municipio -como fundadora de un Coro de Gospel, presidenta del AMPA de la Escuela Thau de Sant Cugat o secretaria de la delegación de Òmnium Cultural, entre otros-. Una trayectoria que culminó con su corto liderazgo – pues estuvo poco más de un año – al frente de la Consejería de Cultura. ¿Qué lleva a una ex consejera de un campo determinado a convertirse en la asesora de la consejera de otro sector en el que no consta experiencia teórica ni práctica previa? En común con el resto de cargos que vienen a continuación sólo hay una cosa: una larga trayectoria política en Convergència, que pervive dentro de Junts per Catalunya.
Lluís Baulenas, Secretario General de Acción Exterior y Gobierno Abierto, 92.063,88

La posición de secretario general de una Consejería es equiparable a la del CEO de una empresa privada: es la persona de mayor autoridad ejecutiva y la que lleva el día a día del Departamento. Este cargo lo ocupa desde el 22 de junio Lluís Baulenas. Su nombre tal vez sólo sonará ligeramente al lector, pero en el mundo de la política Baulenas es de aquellos históricos políticos que, antes a CiU y ahora a Junts per Catalunya, han pasado de Departamento en Departamento ejerciendo diferentes funciones de dirección.
Su carrera estuvo vinculada al mundo educativo, al menos en sus inicios; dirigió el Instituto Ramón Casas entre los años 1992 y 2004 y fue inspector de educación en 2011. Fue entonces cuando comienza a encadenar posiciones claves en los “sottogovernos” de CiU: de director de los servicios territoriales de enseñanza en Barcelona (2011-2016) pasó a la Dirección General de Centros Públicos (2016), y de allí a la Secretaría General del Departamento de Enseñanza (2017). Entonces, la coherencia profesional de su trayectoria en la administración pública venía justificada por el hecho de ocupar cargos en un campo donde se había estado desarrollando durante años. Tras ocupar la Secretaría General de Enseñanza saltó a la Secretaría General del Departamento de Cultura, que, en aquellos momentos, encabezaba la exconsellera -y actual asesora de la Consejera de Exteriores- Ángeles Ponsa. Ponsa y Baulenas se reencontrarían poco después, pues el 26 de mayo de 2021 sería nombrado Secretario General del Departamento de Acción Exterior, cargo que ocupa en la actualidad.
Gerard Martí Figueras, Secretario de Acción Exterior del Gobierno: 92.063,88 €

Gerard Martí Figueras es el secretario de Acción Exterior del Gobierno, la persona que se encuentra inmediatamente debajo jerárquicamente del secretario general Lluís Baulenas. Figueras comenzó a militar en las Juventudes Nacionalistas de Catalunya (JNC), de las que fue su presidente entre 2008 y 2012. Desde entonces ha ido encadenando diferentes cargos en la administración pública, primero amparado por CiU, ahora bajo Junts per Catalunya. Algunos de los cargos que ha ido ocupando son los de diputado en el Parlament de Catalunya (2010 – 2012), presidente del Consejo Comarcal de Garraf (2015-2016), director del Consejo Catalán del Deporte (2013-2016) y el de secretario general del deporte entre el 2016 y 2021. En su labor como secretario general del deporte que Figueras fue detenido por un presunto caso de malversación de fondos públicos. Su caso sigue abierto a la espera de resolución.
En junio de este año fue retirado de toda vinculación con el mundo del deporte al que había sido ligado desde hacía más de ocho años, y fue reubicado al frente de la Secretaría de Exteriores. Una vida entera de cargos vinculada a Convergencia, ahora extendida dentro de Junts por Catalunya donde, a priori, no se le conoce una experiencia previa que justifique su labor en la dirección del Departamento con un salario que sube hasta los 92.063,88 €.
Joan Maria Piqué, Director de Prospectiva y de Innovación en la Acción Exterior, 88.243,84 €

Joan Maria Piqué forma parte de ese grupo selecto de figuras longevas del mundo político de CDC (ahora en Junts per Catalunya) que hace más de una década que ha ido encadenando altos cargos y sueldos públicos. Piqué entró a trabajar para el gabinete de prensa de Artur Mas en 2008; con el paso del tiempo sus icónicas gafas de pasta blanca le otorgaron cierta notoriedad pública, hasta el punto de convertirse en una broma recurrente del programa de Polonia. De alguna manera Piqué ejemplificaba de manera satírica el asesor político – siempre dispuesto y silencioso -, que trabaja desde la sombra. A Piqué nunca le ha faltado el trabajo desde entonces. Con el relevo de Mas por Puigdemont, Piqué no continuó en su posición de jefe de comunicación, pero fue reciclado, con un sueldo anual de 75.123 €, al frente de la dirección del Programa “Eugeni Xammar”.
Luego pasó a trabajar de asesor del consejero de Empresa; después, jefe de la Oficina de comunicación del Departamento de interior, bajo las órdenes de Miquel Buch. A todos estos cargos accedió sin ningún tipo de concurso o competencia pública, con unos sueldos que bordeaban los 70.000 € anuales. Finalmente, como el resto de compañeros de partido, ha aterrizado en el Departamento de Acción Exterior. Desde junio de 2021 Piqué es el director de Prospectiva y de Innovación en la Acción Exterior y cobra un sueldo de 88.243,84 € anuales.
Laura Costa Olivé, Directora General de la Catalunya Exterior, 88.243,84€

El último ejemplo de cargos de larga trayectoria política a Convergencia que ha ido encadenado cargos públicos sine die es el de Laura Costa Olivé. Comienza militante en las juventudes del partido, de las que se encarga de su gerencia entre febrero de 2007 y en junio de 2008, donde coincide con Gerard Figueras. Fue concejala de CiU en el municipio de Sant Celoni (2008-2011) y posteriormente se entregó a la tarea de responsable nacional de política municipal de Convergencia Democrática de Catalunya (noviembre 2017 – marzo 2019). De larga carrera en el mundo convergente, posteriormente se convirtió en una figura de confianza de Carles Puigdemont acompañando el “gobierno en el exilio” en diferentes tareas de comunicación. Hoy, trabaja bajo las órdenes de la consellera Alsina en calidad de Directora General de la Catalunya Exterior, por el que cobra un sueldo de 88.244,84€.


