La aritmética de los resultados de las elecciones generales del 10 de noviembre ha dado la clave del desbloqueo de la gobernabilidad en España a Esquerra Republicana de Catalunya. Los números son los que son, y ERC puede tener en su haber de la historia permitir que salga adelante el primer gobierno de coalición en España, o bien haberlo frustrado. Porque la investidura sólo se podrá conseguir si se consigue un número superior de ‘Sí’s frente a los ‘No’s, cosa que puede pasar si ERC cambia el voto negativo que mantiene por la abstención.

Otras combinaciones posibles más inverosímiles para que el bloque del ‘Sí’ fuese superior al del ‘No’ sólo podrían darse con la impensable abstención del PP o con otra cosa también impensable por ahora, un voto afirmativo de Ciudadanos. Todo ello, en el supuesto de que la multinegociació del PSOE y Unidas Podemos con el PNV y los pequeños partidos consiga sumarlos al bloque del ‘Sí’.

El partido republicano tiene encima una enorme presión y un decisivo debate interno. Si se mantienen en el ‘No’ a la investidura de Pedro Sánchez pueden reforzar su perfil independentista cara a las próximas elecciones catalanas, que varios indicios apuntan a que pueden ser más pronto que tarde. Mientras las conversaciones del vicepresidente económico del gobierno, Pere Aragonés, con En Comú Podem de cara a la aprobación de los presupuestos de la Generalitat avanzan y podría cerrarse un acuerdo que diera luz verde a las cuentas del Gobierno, y por lo tanto, un balón de oxígeno, al menos hasta el otoño de 2020.

El dilema de Esquerra Republicana de Catalunya es muy grande. Si facilita la investidura de Pedro Sánchez, aunque se encarrile una mesa de diálogo sobre el conflicto político, que es la condición que ponen los republicanos para pasar del ‘No’ a la abstención, y ante el ‘No’ rotundo de Junts per Catalunya a la investidura, ERC puede debilitarse con su pugna por el liderazgo del independentismo y alejar el ansiado sorpasso que aún no han conseguido para desbancar los herederos de Convergencia como primera fuerza política en unas elecciones al Parlamento.

Consultas a la militancia

Por ello, ERC también se ha añadido a hacer una consulta a la militancia. El objetivo declarado es escuchar la voz de las bases del partido y hacer participar a la militancia en la toma de decisiones colectivas. Aquello no declarado es que en realidad la dirección de ERC busca un apoyo masivo de los militantes para negociar con el PSOE con más fuerza y ​​dejar claro y con contundencia que sólo el compromiso de crear una mesa de negociación les hará cambiar la negativa a la investidura.

Pero en ERC, además, conscientes de la valía capital que tienen sus votos, también expresan claramente que su objetivo en la mesa de negociación es poner sobre la mesa una propuesta basada en la autodeterminación, la amnistía, los derechos y las libertades. Una posición que inquieta al PSOE, que defiende el diálogo dentro de la Constitución y el Estatuto de Autonomía, pero abierto a explorar vías en el ámbito de la plurinacionalidad del Estado. De hecho los republicanos aumentan el precio, conforme pasan los días. Ahora ya sitúan que la mesa de negociación debe ser entre gobiernos, y que debe haber el compromiso de un calendario y unas garantías de cumplimiento de los acuerdos.

Como parte de la estrategia, la pregunta que ha hecho la dirección de ERC a los militantes es ésta: “¿Estás de acuerdo en rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el estado a través de una mesa de negociación?”. Denota rotundamente que la dirección busca un apoyo unánime de las bases, para tener más fuerza en la negociación. En realidad, la enrevesada pregunta busca un ‘Sí’ masivo, que es un ‘No’ a Sánchez y a su investidura.

Y si algún militante considerara que investir Sánchez es el menor de los males, debería votar un ‘No’ para en realidad decir ‘Sí’ a la investidura de Sánchez. De hecho, es tan confusa la pregunta que a llamadas telefónicas de una emisora ​​de radio en la sede central de ERC, las dos personas que se pusieron al teléfono para responder las preguntas del locutor dudaron y tuvieron dificultades para argumentar significado de votar ‘Sí’ o votar ‘No’.

La consulta de ERC es, pues, un plebiscito para la dirección, en vez de un avance en la democracia participativa o una medida de radicalidad democrática. Porque entonces, la pregunta debería ser abierta y hacer reflexionar a la militancia sobre los pros y contras de la decisión. Pero ya se sabe, los referéndums y las consultas se convocan para ganarlos.

En la consulta que se ha hecho durante este lunes, electrónica y vinculante, las bases han avalado por amplia mayoría la estrategia de la dirección de ERC. Un 94,6% de los militantes ha votado afirmativamente a “rechazar la investidura” de Sánchez en una consulta interna donde han participado el 70% de las 8.500 personas que tenían derecho a voto.

Lo mismo ocurre con la consulta del PSOE, que ha conseguido, con un 92% de los votos de las bases, la aprobación del acuerdo de coalición con Unidas Podemos. La pregunta de la dirección socialista ha sido esta: “¿Apoyas el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos para formar un Gobierno progressista de coalición?”. En este caso, no hay dudas posibles, un ‘Sí’ es un ‘Sí’, y un ‘No’ es un ‘No’.

La consulta de Podemos dura más días y se alargará hasta la mañana del 27 de noviembre. La pregunta es: “¿Estás de acuerdo en que participemos en un gobierno de coalición en los términos del preacuerdo firmado entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?”. Una pregunta que igualmente busca reforzar las directrices de la dirección de la formación.

Por otro lado, en el referéndum de Izquierda Unida, que se ha hecho durante 3 días, un 88% de la militancia ha avalado el acuerdo con el PSOE. En la consulta interna ha participado un 30% del censo, casi el doble de los que votaron durante las negociaciones de julio. La pregunta era: “En base al preacuerdo programático de 10 puntos y al último acuerdo de Presupuestos Generales del Estado, ¿estás de acuerdo con que miembros de Izquierda Unida participen en un gobierno de coalición entre Unidas Podemos y el PSOE?”. En este caso, la pregunta es más amplia, porque incluye el acuerdo de presupuestos anterior y no pregunta sobre el apoyo al gobierno de coalición, sino sobre la participación en él. Pero también busca lo mismo, bendecir la posición adoptada por la dirección del partido.

Con el aval de las bases, las direcciones del PSOE y Unidas Podemos, tienen la luz verde definitiva para acabar de materializar el gobierno de coalición y continuar negociando los apoyos necesarios para la investidura.

Las negociaciones de los próximos días serán fundamentales para que haya o no Gobierno en España. Y los negociadores, por encima de las diferencias, deberían tener la suficiente madurez, inteligencia y generosidad para entender que si se vuelve a frustrar el inicio de la legislatura, y España se ve abocado a una nueva repetición electoral, el próximo gobierno podría ser de derechas con el apoyo y/o la participación de la ultraderecha. Por lo tanto, la mirada de los ciudadanos está puesta en todos aquellos partidos que se proclaman de izquierda o de centro. Y especialmente ERC tiene una enorme responsabilidad encima, la de tumbar el primer gobierno de coalición, o la de facilitar que empiece a caminar.

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