El SARS-CoV-2, el virus que causa la Covid-19, no entiende de clases sociales, pero la afectación que causa sí lo hace. En la misma línea, el nuevo coronavirus no entiende de fronteras, pero se ha expandido y ha dejado una huella muy diferente según el estado o incluso según las regiones de un mismo país.

Para entender el comportamiento divergente del SARS-CoV-2 en su expansión en todo el Estado español, un estudio ordenado por el Instituto de Salud Carlos III y elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y el Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) analiza los diferentes motivos que favorecieron o atenuar la expansión del nuevo coronavirus en las comunidades autónomas.

“Las diferencias se deben, según este estudio, a factores que están influyendo de forma diferente en cada territorio”, apuntan en el informe ‘Factores de Difusión Covid-19 en España’. En concreto, encuentran cinco variables que explican las diferentes velocidades e intensidades de la pandemia en todo el Estado. Son el número de plazas de residencias por cada 100 personas de más de setenta años, el porcentaje de personal sanitario infectado sobre el total, el riesgo infectivo de la movilidad interna y los de la movilidad externa desde la Comunidad de Madrid y desde Euskadi.

La comunidad autónoma catalana forma pareja con la de Madrid en cuanto a los resultados obtenidos del estudio del CNE y el CIBERESP. Los motivos que han llevado a una rápida expansión del virus y una gran afectación a estas dos regiones, las que tienen más casos proporcionales por habitante, son la movilidad interna dentro de la región cuando ya había transmisión y un alto porcentaje de personal sanitario infectado sobre el total de casos reportados.

El estudio, referente a Cataluña, resume: “La intensidad del efecto ha sido muy alta en el riesgo infectivo de la movilidad interna así como el porcentaje de personal sanitario infectado, mientras que las plazas de residencias por cada 100 personas de más de setenta años tienen un efecto moderado”. Los otros dos factores analizados, la movilidad externa desde las zonas del Estado donde el virus se empezó a transmitir antes como son la Comunidad de Madrid y Euskadi, “es moderado-bajo” en el caso de visitas recibidas desde la comunidad madrileña y “es muy bajo” en el segundo.

El factor movilidad interna

Para calcular el riesgo infectivo dentro de cada comunidad, el equipo científico ha cruzado el número de viajes contabilizados dentro de la región con el riesgo infectivo (tasa Rt) de ese día. Según los datos del Ministerio de Movilidad en que se basa el estudio, el sábado previo al decreto de alarma (7 de marzo), más de 3’1 millones de catalanes hicieron más de dos viajes internos en Cataluña, entendiendo viaje como ” el desplazamiento entre dos actividades”, que dentro de una demarcación se considera cuando el paro supera los 20 minutos.

El mismo día, 1’3 millones de catalanes hicieron un par de viajes y 436.000 hicieron uno. Si bien el número de desplazamientos varía, hasta que no se decretó el estado de alarma, cada día unos 5 millones de catalanes hacían uno o más viajes internos.

Con todo, la movilidad interna en Cataluña no es la explicación única del alto riesgo infectivo que causó el virus. Por ejemplo, los datos del estudio apuntan a que el miércoles 11 de marzo la media de movilidad interna catalana fue de 2’71 viajes por persona. Mientras tanto, la gallega era de 3’05, la asturiana de 2’88 y la murciana de 2’72. El otro factor que formó un cóctel explosivo de la mano de la notable movilidad interna catalana fue la tasa de disparo de la pandemia.

El estudio del Instituto Carlos III determina la tasa de disparo como el momento en que la incidencia de la pandemia supera los cinco casos por cada 100.000 habitantes. Cataluña tuvo la sexta tasa de disparo más temprana, fijada el 3 de marzo. Sólo la tuvieron antes la Comunidad de Madrid (24 de febrero), La Rioja (27 de febrero), Euskadi (29 de febrero), Castilla La Mancha (1 de marzo) y Castilla y León (2 de marzo).

El factor de los sanitarios infectados

Los aplausos de las ocho de la tarde durado el estado de alarma comenzaron como un homenaje al colectivo sanitario. Aparte del papel capital para ayudar a la sociedad a salir de la pandemia, también se quería reconocer la dura situación en la que estaban trabajando. Durante las primeras semanas la falta de equipos de protección individual para los sanitarios y la falta de protocolos y procedimientos claros fueron la tónica del grueso de centros de salud en todo el Estado. Esto ha situado a España en el top 10 mundial de países con más sanitarios muertos por la Covid-19.

Además del agravio -mental y físico- que ha supuesto para los facultativos, el hecho de que muchos de ellos se infectaran también complicó la situación global. Dicho de otro modo, cuantos más sanitarios infectaban, más empeoraba la situación epidemiológica de toda la sociedad. La razón es sencilla: quien debía ser el muro de contención contra la Covid-19 no disponía de las herramientas necesarias para autoprotegerse, y en algunos casos terminaron haciendo, contra su voluntad, de transmisores del virus.

“La influencia del porcentaje de sanitarios infectados en el ascenso de la curva tiene dos motivos: el número de sanitarios infectados ha sido muy alto, lo que incrementa directamente el número de casos. Por otra parte, los sanitarios han sido una pieza más en la cadena de transmisión del virus, especialmente los primeros días de la pandemia cuando no se implementaban medidas estrictas de protección e higiene”, recuerda el estudio.

Datos recientes apuntan que el número de personal sanitario infectado por coronavirus supone alrededor del 20% del total de casos reportados en el Estado. Por otra parte, una encuesta de SATSE sitúa al 38% el número de enfermeros y enfermeras que han sufrido la enfermedad.

Mientras en el global de España la infección del personal sanitario es el cuarto factor más influyente en la expansión de la Covid-19, en Cataluña es el factor clave junto con la movilidad interna. Según el estudio ‘Factores de Difusión Covid-19 en España’, sólo en Valencia el alto índice de infección de facultativos es también la razón principal. Detrás aparece Castilla-La Mancha y Galicia. En otras zonas, como por ejemplo Extremadura, Murcia o las Islas Baleares este factor jugó un papel muy poco influyente.

En el Estado las residencias son el principal motivo

Al global de España, y partiendo de los datos del periodo de ascenso de la pandemia, el factor más relevante que ha favorecido la expansión de la Covid-19 han sido las plazas en residencias. “De acuerdo con los informes epidemiológicos, las personas de más de setenta años y las personas en residencias han sido las poblaciones más afectadas y con los cuadros clínicos más graves, por lo que es lógico que este factor haya sido uno de los relevantes” . En concreto, el estudio calcula que el incremento de una plaza en residencia por cada 100 personas de más de setenta años implica un crecimiento de riesgo de coronavirus del 17%.

El segundo factor destacado en el ámbito estatal es el riesgo de la movilidad interna con un 9%. Le sigue, con un 7%, la movilidad externa procedente de la Comunidad de Madrid. En cuarto lugar, el trabajo encuentra que un crecimiento del 10% de sanitarios infectados conlleva un aumento del 6% en el riesgo de expandir el coronavirus. Al final de la lista de factores de riesgo está el incremento de movilidad procedente de Euskadi, que supuso un crecimiento del 4% por cada 10% de aumento.

Conocer los factores para aprender

Uno de los objetivos del estudio financiado por el Instituto de Salud Carlos III es “trasladar los conocimientos para que se pueda actuar sobre ellos y así reducir la intensidad de la epidemia y prevenir ascensos futuros”.

En este sentido, y teniendo presente que uno de los factores destacados que ha hecho que Cataluña sea una de las zonas más golpeadas por el coronavirus es el alto porcentaje de sanitarios infectados, cabe decir que el colectivo sanitario coincide que las medidas de protección actual son muy diferentes de las del inicio de la pandemia. Los días en los que la falta de EPIs obligaba a los sanitarios a reaprovecharlos o a ‘crearlos’ con material de oficina –como han reportado a este diario– han quedado atrás y el porcentaje de personal médico infectado ha bajado notablemente, también al tiempo que ha crecido el número de pruebas PCR hechos a la población general.

Con todo, y a pesar del anuncio del gobierno de contratación personal, buena parte del colectivo sanitario mantiene sus quejas en materia de financiación económica y de condiciones laborales. En cuanto a la falta de personal sanitario, destaca especialmente la grave falta de rastreadores para seguir los casos positivos y sospechosos de Covid-19 que ha quedado patente en Cataluña. Todo ello, en el marco de una atención primaria a punto de colapsar.

En cuanto al otro factor, el de la movilidad interna, la Generalitat ha actuado de dos maneras diferentes. El brote declarado en Lleida y al conjunto de la comarca del Segrià llevó el gobierno de Quim Torra a decretar el primer gran confinamiento perimetral de todo el Estado en la etapa de nueva normalidad.

Sin embargo, con los rebrotes que se están dando en la ciudad de Barcelona y el área metropolitana -especialmente en la región sur-, el ejecutivo catalán no ha sido tan restrictivo y, hasta el momento, sólo ha expresado una “recomendación” de limitar las actividades permitidas y de no salir de la región. Josep Maria Argimon, nuevo secretario de Salud Pública, reconoció el lunes en una rueda de prensa que Salud no contempla “ninguna medida restrictiva en cuanto a territorios”.

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