Barcelona tiene 13.000 pisos vacíos. Esta es la cifra que presentó el Ayuntamiento de Barcelona este martes. Es el primer balance oficial del censo de pisos vacíos que el consistorio elabora desde 2016. El resultado obtenido dista mucho del volumen de pisos que se esperaba y que hablaba de hasta 31.000 viviendas. Por este motivo, el Gobierno de la ciudad ha movido ficha y se ha marcado un objetivo para ampliar el alquiler social de la capital catalana: ir a pescar pisos vacíos al área metropolitana.

La movilización de pisos vacíos era una de las estrategias de la alcaldesa Ada Colau para paliar la crisis de vivienda que sufre Barcelona. Pero las primeras cifras del estudio de pisos en desuso que ha publicado el consistorio ha roto los esquemas del Gobierno. Por ello, desde el Ayuntamiento ya han animado al resto de municipios del área metropolitana a realizar estudios similares al suyo.

No es la primera vez que Colau enfoca el problema de vivienda desde una perspectiva metropolitana. De hecho, suya fue la idea de crear un Observatorio Metropolitano de la Vivienda (O-HB).

Pese a la salida del Gobierno local, los resultados sobre pisos vacíos han sido sorprendentes. Aunque el concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner, ha justificado la diferencia entre las cifras obtenidas y las esperadas por el mercado inmobiliario, más “tensado”. Un mercado que, actualmente, con las recientes subidas de los precios de los alquileres, hace que quien dispone de un piso vacío venda o alquile. Eso ha hecho salir a mercado pisos que hacía tiempo que estaban inmovilizados, según Montaner.

La realidad es que ni 31.000, como indicó el gobierno de Xavier Trias, ni mucho menos 81.000, como indicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2011. El resultado de pisos vacíos detectados en Barcelona habla de 3.609 viviendas, sólo un 1,52% de las 34.852 inspeccionadas. Para conseguir estos números se han estudiado 17 de los 73 barrios de Barcelona, ​​el 28,8% del parque residencial total de la ciudad. La extrapolación de los resultados del censo permite afirmar que la cifra de pisos vacíos en la capital catalana es de más de 13.000.

De los 3.609 pisos vacíos, el 70,6% pertenecen a propietarios particulares mientras que el 25,4% (919) son de entidades financieras, bancos y sociedades. De estos 919, sólo 253 son de bancos, 51 de los cuales son de la Sareb, el conocido como ‘banco malo’. Ante esta situación, la PAH ha exigido la cesión obligatoria de las viviendas sin uso en manos de bancos.

El Ayuntamiento de Barcelona ya ha respondido que trabaja para garantizar que los pisos vacíos encontrados engorden el parque de alquiler público de la ciudad. Precisamente Montaner explicó el martes que el censo de pisos vacíos “no se hace para tener una cifra” sino para “detectar qué pisos están sin habitar e incorporarlos a la bolsa de alquiler asequible en la ciudad”. El gobierno municipal ya ha anunciado la firma de un convenio con los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) que estipula la colaboración con el Ayuntamiento “para aportar viviendas vacías al alquiler social”.

Si bien el eslabón de los pisos vacíos ha resultado más débil de lo Colau esperaba, no se trata de la única estrategia del Gobierno en relación al parque público de vivienda. El Ayuntamiento de Barcelona trabaja para implementar el Plan por el derecho a la Vivienda 2016 a 2025. Ante el problema de alquiler, el gobierno municipal prometió aumentar de 10.000 a 30.000 los pisos públicos de alquiler gracias la estrategia, que recibió el aval del PDeCAT y Ciutadans. Así, la ciudad prevé pasar del 1,5% de parque público de alquiler al 8%, lejos del 15% que marca como ideal la ley 18/2007.

De los 20.000 nuevos pisos que pretende aumentar el consistorio en 10 años, 8.500 serán construidos directamente por el Ayuntamiento y el resto se harán a partir de colaboraciones público-privadas, con la cesión de suelos de titularidad municipal.

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