El juzgado Social número 27 de Barcelona, cuyo titular es Santiago Vidal, ha dado luz verde a la contratación de nuevos trabajadores para sustituir a los montadores de escenarios -o riggers– que habían declarado una huelga a sólo una semana de empezar el Sónar. Así, mientras que los trabajadores y sus abogados veían en esta nueva contratación por parte de la Feria de Barcelona un acto de “esquirolaje ‘, Vidal ha determinado que, de acuerdo con el principio de proporcionalidad, los derechos de una minoría de trabajadores no pueden pasar por delante de los derechos de los usuarios y tampoco ante el interés general que supone para la ciudad el evento cultural y económico que es el Sónar.
La demanda de los riggers no pretendía detener el festival, sino que se reconocieran los derechos del colectivo, que convocó huelga el 11 de junio. Incluso el día antes de conocerse la decisión del juez, los riggers aseguraron, en rueda de prensa, que si el juez les daba la razón, y si la Feria de Barcelona avenía a negociar, se comprometían a hacer un esfuerzo suplementario para poder tener listos los escenarios en 36 horas para que el Sónar se pudiera celebrar con normalidad.
Defensa de las condiciones laborales
La Unión Temporal de Empresas (UTE) Rigging tiene la concesión para montar las grandes estructuras aéreas de las ferias y certámenes que organiza Fira de Barcelona. Los trabajadores de la empresa hace tiempo que disfrutan de unas condiciones laborales insólitas en el sector, con la plena incorporación legal y con una situación laboral satisfactoria. Pero la concesión está a punto de ser renovada y en el pliego de condiciones Fira de Barcelona no ha incluido ni la subrogación de los trabajadores en la empresa que se adjudique el encargo ni el mantenimiento de sus condiciones laborales. La exigencia que La Fira incluya estos puntos y la negativa a aceptarlo por parte del ente público han sido los desencadenantes de la huelga.


