La jornada de huelga general del 18 de octubre, convocada por los sindicatos I-CSC y IAC,  ha acabado con una gran manifestación que ha ocupado el Passeig de Gràcia entre Gran Via y els Jardinets de Gràcia. La Guardia Urbana de Barcelona ha estimado la asistencia en 525.000 personas, una cantidad difícil de contar porque si bien en algún tramo donde la concentración no era muy espesa también las calles paralelas estaban llenos de gente. De hecho la IAC ha cifrado la asistencia en 750.000 personas.

El acto final se han sentido las reivindicaciones que han presidido la semana: libertad para los presos políticos, y en solidaridad con la independencia, protagonizados por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium y sus máximos representantes: Elisenda Paluzié y Marcel Mauri, que ha leído una carta del presidente de la entidad, Jordi Cuixart, que ha acabado con el grito: «el pueblo unido, jamás será vencido», que ha seguido la mayor parte de la gente.

Los sindicatos convocantes de la huelga han hecho discursos marcados por las reivindicaciones laborales. La lucha contra las privatizaciones, la defensa de los sectores públicos, la reivindicación de las pensiones y la oposición a la nueva forma de contratar las plantillas en los colegios se han mezclado con las proclamas soberanistas y contra la sentencia del Tribunal Supremo. Por IAC han hablado Assumpta Barbens, portavoz nacional y Ramon Font, portavoz de USTEC. Carles Sastre, secretario general de I-CSC ha defendido la huelga como un instrumento de liberación y defensa de los derechos sociales y nacionales de los catalanes.

Manifestaciones en otras ciudades

Los sindicatos han celebrado el éxito de la huelga y han avisado de que volverán a convocar más huelgas generales para exigir el restablecimiento de los derechos sociales y laborales perdidos, como “un plan de rescate social que garantice los servicios universales”.

Las cinco columnas de caminantes que han llegado hacia mediodía en Barcelona, ​​procedentes de diversos puntos de Cataluña han aportado a la concentración buena parte de la gente. Esto ha dado a todo un carácter transversal y familiar, con jóvenes y mayores, abuelos y nietos en una mezcla similar a la que se da en la celebración del 11 de septiembre.

Mientras esto ocurría en Girona se registraba una manifestación con la presencia de 60.000 personas, y en Lleida otra movilización desconocida hasta ahora, con más de 30.000 personas y en Tarragona se han concentrado 10.000 personas, mientras que en Reus se ha hecho una numerosa concentración en la plaza del Mercadal.
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