La lengua es un elemento de comunicación y conexión usada por personas, culturas y clases de manera diferente. Normalmente las culturas se sitúan en un espectro donde españoles, alemanes, americanos y chinos están en el lado más directo, mientras japoneses y británicos quedan en la incómoda esquina indirecta. Se suele decir que los británicos son demasiado educados y yo siempre he pensado que esta ‘amabilidad’ que rodea el habla británica debía ser un pretexto para enmascarar superficialidad, indiferencia, o peor. Ser ‘educado’ y tener buenas maneras huele a estructura de clase imponiendo estándares arbitrarios de aceptabilidad, y, podríamos discutir, se interpone en el camino de una conexión más honesta y genuina. La amabilidad debería demostrar a través de la acción, ¿no?
Trabajar en un campamento de verano en Cardona fue mi primer contacto, propiamente dicho, con niños españoles. En el Reino Unido no tenemos un equivalente, así que imaginaba que debían estar viviendo un sueño en poder ir a un campamento de verano. Eran ruidosos y llenos de alegría y curiosidad, pero ¡Dios mío como insultaban! La primera vez que oí al pequeño *Guillermo chillar “joder!” le llamé la atención sobre su lenguaje. O eso creía …
Durante mis primeros años aquí, trabajé dando clases de inglés a enfermeras y doctores. Tenía una clase de principiantes con tres enfermeras medio-jubiladas y me encantaban. Recuerdo una vez que *Paula estaba leyendo en voz alta la introducción personal que había escrito. “My name is Paula and I live Barcelona” dijo. La corregí diciéndole que debía incluir “in”, pero antes de que pudiera terminar de rehacer la frase sentí un gran “coño!” resonar dentro del aula. Paula estaba frustrada con motivo, pero madre de Dios, yo estaba estupefacta, es como si mi abuela con toda su olor de lavanda me gritara “Pussy!” en la cara.
A través de estas diferentes confrontaciones decidí anular mi conmoción y abrazar cariñosamente este enfoque relajado de la lengua. Es liberador, el lenguaje no cambia demasiado entre audiencias, no hay ninguna preconcepción ni normas restrictivas sobre cómo una mujer adulta debe hablar. Como siempre, al principio busqué la parte positiva del choque de sensibilidades y normas de expresión aquí. Es más, la gente comenzó a darse cuenta del abismo que había entre nuestras concepciones de aceptabilidad. Discutíamos como el estilo de comunicación de aquí era mejor, más auténtico y, de hecho, más amable. Y, para ser sincera, estaba de acuerdo. Siempre había oído que en mi tierra natal la gente pronunciaba los sonidos correctos, pero que si verdaderamente necesitabas ayuda te cerrarían la puerta en las narices acompañado de un educado “thank you”. Me llevó a cuestionarme la manera en que yo reaccionaba al mundo también, especialmente con los niños llamativos, ¿por qué demonios no deberían ser ruidosos en público? El proceso se convirtió en un desprendimiento de formalidades que era acogedor y difícil al mismo tiempo, pero claro, nunca es tan sencillo…
Podemos decir que es generalmente cierto que hay una falta de verdadera conexión en la forma británica de comunicarse, con formas vacías de contenido y expresiones neutras que toman el lugar de la acción o intento real. Pero no podemos utilizar esto para excusar todo lo que se considera ‘aceptable’ aquí. El hecho de que los bares de la esquina sean propiedad de la comunidad china local era algo que desconocía antes de venir. La gente siempre se refería como el “Chino”, y debo decir que me hacía sentir incómoda. Mi culpa blanca y la altiva educación británica se disparaban a la vez y no conseguía saber si estaba sobre-reaccionando o si era correcto. Mis amigos españoles y catalanes lo desestimaban como algo demasiado sensible.
Sentir a la gente utilizar la palabra ‘Paki’ era aún más claro para mí, ya que no sólo servía para referirse a los establecimientos propiedad de personas que, según les atribuye la población local, son pakistaníes, sino también a aquellas que venden cerveza en la calle. De nuevo, se me dijo que es sólo una abreviatura de paquistaní y que estaba importando problemáticas de mi país, ya que Paki no era ofensivo aquí. En este punto tuve que discrepar. Sólo porque la mayoría no lo reconozca como ofensivo, no significa que no esté mal. Es hacer diferencias por raza y etnia sin que tengan nada que ver con el tema de la conversación, que es donde se puede comprar una cerveza. También empecé a preguntarme cómo en una ciudad tan cosmopolita y diversa era aceptable categorizar a los residentes, el tema de relegar identidades a la figura del otro vuelve a surgir en Barcelona.
Y ahora de verdad; nunca había oído tantas expresiones raciales problemáticas como aquí. Podía estar hablando de derechos humanos, democracia y progresismo y que de pronto se hiciera una broma utilizando la palabra n**** para referirse a una persona negra o para imitar lo que creen que es un lenguaje ‘urbano’ gracioso. Corregí a un amigo sobre el uso de esta palabra. Su defensa fue la típica: los sentimientos de los demás no debería interponerse en el camino de su ‘arte’, es decir, las bromas que hace con sus amigos en el bar. Estoy más que acostumbrada a esta falsa indignación hacia la ‘censura’. Twitter va lleno y también los diarios, pero normalmente viene de tipos blancos de más de cincuenta años y nunca he visto a nadie defendido el uso de la palabra n****. Esto está a otro nivel e increíblemente, no es poco común. Un estudiante una vez soltó como si nada la palabra en clase y le dije que de ninguna manera podía decir aquello otra vez. Esta vez me salió por otro lado que siempre acabo escuchando: “pero en NUESTRA cultura negra está bien”. Pero no has dicho negro, ¿verdad? Has dicho n****, ofensivamente, con un ‘r’ bien fuerte, y no puedo llegar a pensar que esto sea aceptable en ninguna parte del mundo.
Me han repetido mil veces que estas cuestiones raciales no existen aquí y que es mi país y Estados Unidos que tienen estos problemas, así que es irrelevante. Es en estos momentos en que la burbuja de positividad realmente explota. Si los patrones de comunicación directa que testimonio aquí deben, supuestamente, fomentar una mejor comprensión entre interlocutores, ¿como se alinea con esto? No es más amable utilizar una palabra cargada de asociaciones violentas para un grupo de personas, que comparten una sociedad contigo, para hacer referencia. Esto no es el símbolo de una intención honesta y sin temor, de hecho, es una actitud que está más preocupada en su propia ‘autenticidad’ que en acoger la diferencia. Todavía me queda persuadir con éxito a alguien de aquí que utilice esa palabra de que mi objeción no es sólo una educada neurosis descartable. Creo que la falta de escucha, la falta de responsabilidad y la falta de generosidad para aprender de los demás es profundamente preocupante. Así que, no te sientes en tu castillo como un británico profiriendo formalidades con intenciones nada genuinas, pero tampoco sigas usando un lenguaje que es traumático y deshumanizante por gente de tu comunidad. Joder!



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