El año en que el Primavera Sound debería haber celebrado su vigésimo aniversario fue el inicio de  los dos años sin conciertos en directo a causa de la pandemia. Este año, para celebrar los veinte años (aunque sea tarde) y la vuelta del festival es la edición más ambiciosa con conciertos diarios entre el 2 y el 12 de junio, donde se espera recibir a medio millón de asistentes y 400 artistas. Los fines de semana habrá actuaciones en el Fòrum, donde se celebra el festival desde 2005. Entre semana, bajo el nuevo concepto, Primavera a la ciutat, se podrá ver a los artistas en quince salas de la ciudad, como Apolo, Razzmatazz, CCCB o Paralelo 62, con unas doscientas actuaciones. La clausura se llevará a cabo el domingo 12 de junio, bautizada como Brunch on the Beach, con artistas como Nina Kraviz, Amelie Lens y Peggy Gou.

Para los organizadores del festival, este ciclo adicional supone “la celebración definitiva de la vuelta a las salas de conciertos de Barcelona”, con “un homenaje a la cultura reactivada con un ecosistema clave para la vida musical y social de cualquier ciudad”. Un nuevo formato que permitirá ver en espacios más reducidos a artistas como Megan Thee Stallin, Beck, Jorja Smith o Interpol.

El festival empezaba el 1 de junio en el Poble Espanyol, donde nació en el año 2001. Sus promotores, Alberto Gijarro, Pablo Soler y Gabi Ruiz, amantes de la música indie de los años noventa, decidían organizar el festival hace más de veinte años, con sus grupos favoritos. En 2005 se trasladaba al Fòrum y ha tenido un crecimiento exponencial, con una adaptación a las nuevas tendencias musicales y con artistas internacionales.

El Primavera Sound forma parte de la marca Barcelona y más allá de un festival es un concepto que lleva por sello el amor por la música. Un ejemplo es Primavera Pro, un espacio para dar las herramientas a grupos emergentes y destinados a profesionales del sector para analizar la situación de la industria y entender los nuevos fenómenos musicales. Es un punto estratégico de intercambio cultural en el que se celebran actividades transversales para profesionales acreditados con debates, talleres y conferencias, con el objetivo de fortalecer el conocimiento de la industria y contribuir a su transformación.

Para la próxima edición se compartirá sede entre Barcelona y Madrid, en un paso más en la expansión del festival después de que el Primavera Sound haya llegado ya a ciudades como Oporto (Portugal), Los Ángeles (Estados Unidos), Santiago (Chile), Buenos Aires (Argentina) y Sao Paolo (Brasil).

Las previsiones son generar un impacto de 300 millones de euros en la ciudad, que dará trabajo directo o indirectamente a unas siete mil personas. El propósito es que el modelo de los doce días de festival se consolide más allá del 2023, aunque el Ayuntamiento no lo ha confirmado. Los promotores buscan “diseñar y ser un modelo mundial de festival urbano, multitudinario, sostenible y con responsabilidad social”. La alcaldesa de Barcelona, ​​Ada Colau, verbalizaba en la presentación del Primavera Sound 2022 que “es un festival que se hace en la ciudad y con la ciudad” mientras justificaba el programa de acción social vehiculada con la Fundación Primavera Sound, que dispone de una dotación de 200.000 euros.

Según Alberto Gijarro, uno de los responsables, “hay una voluntad de implicarnos socialmente en los barrios cercanos al Fòrum mediante talleres, charlas, cursos, la creación de una radio comunitaria, establecimiento de una bolsa de trabajo para el festival e invitaciones de los agentes culturales de los barrios en el Primavera Pro”. Actividades con intención de desarrollarlas con vecinos, agentes sociales y culturales de los barrios afectados.

El festival se ha comprometido a luchar por la reducción de emisiones y a mantener sus elevadas calificaciones en torno al impacto medioambiental. Sin embargo, la fuerte masificación parece haber generado un choque con el Ayuntamiento de Barcelona.

Desavenencias con el Ayuntamiento

Gabi Ruiz, uno de los organizadores, afirmaba que “el Gobierno municipal no quiere el festival” y no descartan celebrarlo entero en Madrid en el 2024. Afirma que no sienten el apoyo del consistorio y lamenta que se les ponga dificultades en la organización mientras que desde la capital la recepción ha sido “impresionante”. En una entrevista en Primavera Sound Radio, Ruiz afirmaba que existe un sentimiento de que desde el Ayuntamiento “no se cree en el festival, no creen que sea una propuesta cultural importante”. Además, ha afirmado que le deben mucho a la ciudad y a su gente, pero “no debemos nada” a la clase política, que, según él, “no valora el festival ni su público”. Pero ante los malentendidos, ayer el teniente de alcalde de Cultura, Jordi Martí, intentaba quitar hierro a las desavenencias y anunciaba que han hecho una propuesta a los promotores del Primavera Sound para fijar las fechas para los próximos cuatro años y así se quede en la ciudad. Además, ha manifestado que existe un clima de diálogo y buen entendimiento con los organizadores y cree que las declaraciones de Ruiz se deben a los nervios previos al inicio del festival.

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1 comentari

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