“El mundo no podrá derrotar al sida mientras se refuerce el patriarcado. Tenemos que abordar las desigualdades cruzadas a las que se enfrentan las mujeres. En las zonas con una alta carga de VIH, las mujeres sometidas a la violencia de pareja se enfrentan a una probabilidad hasta un 50% mayor de adquirir el VIH”, advierte la directora ejecutiva de ONUSida, Winnie Byanyima, con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, el 1 de diciembre.
“En 33 países, entre 2015 y 2021, solo el 41% de las mujeres casadas de entre 15 y 25 años podían tomar sus propias decisiones sobre salud sexual. La única hoja de ruta eficaz para acabar con el sida, llegar a los objetivos de desarrollo sostenible y garantizar la salud, los derechos y la prosperidad compartida, es una hoja de ruta feminista. Las organizaciones y movimientos por los derechos de las mujeres ya están en la primera línea realizando esta audaz tarea. Los líderes tienen que apoyarlos y aprender de ellos”, sentencia.
Un total de 38,4 millones de personas en todo el mundo tenían VIH/sida en 2021, un 1,5% más que el año anterior, en que se contabilizaron 37,8 millones, según los últimos datos de ONUSida. El 75% de las personas afectadas recibían terapia antirretroviral.
El año pasado se contabilizaron más de 650.000 muertos y un millón de nuevos casos en todo el planeta. Desde que se registraron los primeros casos de VIH en 1981, la pandemia ha afectado a más de 80 millones de personas en todo el mundo y las muertes atribuidas a la enfermedad superan los 40 millones.
Mujeres subsaharianas
Las mujeres del África subsahariana son las que tienen más riesgo de contraer el virus, puesto que representan el 63% de las nuevas infecciones por VIH en 2021. Las jóvenes de entre 15 a 24 años de esta zona tienen el triple de probabilidades de sufrir el VIH que los chicos de esta misma franja de edad.
Las cifras de mortalidad infantil son igualmente estremecedoras: un 15% de las muertes corresponden a menores de 14 años.
A pesar de los datos alarmantes, desde el pico de 1997, las nuevas infecciones por VIH se han reducido en un 52%; y al cierre del año 2021, 28,2 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral, una cifra bastante superior a los 7,8 millones del 2010.
VIH y Covid
Las personas que sufren el VIH tienen cuadros más graves de Covid-19 y el doble de posibilidades de morir, pero a mediados del 2021 la mayoría de las personas con VIH no tenían acceso a las vacunas de la Covid-19, como ocurre en el África subsahariana.
“Los confinamientos y otras restricciones a raíz de la Covid-19 interrumpieron pruebas de VIH y en muchos países hubo fuertes caídas en los diagnósticos y las derivaciones para el tratamiento contra el VIH”, explica ONUSida en un comunicado.

La directora ejecutiva asevera que para acabar con todas estas desigualdades hay que “garantizar que todas nuestras niñas estén en la escuela, seguras y fuertes; abordar la violencia de género; apoyar a las organizaciones de mujeres; promover las masculinidades sanas para sustituir los comportamientos nocivos que agravian los riesgos para todos, y garantizar que los servicios para los niños que viven con el VIH lleguen a ellos y satisfagan sus necesidades”, asevera la directora ejecutiva.
Biyanyima ha puesto énfasis en “despenalizar a las personas que mantienen relaciones homosexuales, las profesionales del sexo y las consumidoras de drogas, e invertir en servicios dirigidos por la comunidad que permitan su inclusión”.
El estigma
La estrategia mundial contra el sida 2021-2026 quiere deshacer el marco de desigualdades y reducir el número de contagios y muertos, pero también trabaja contra el estigma y la discriminación que sufren las personas con VIH.
En este sentido, desde la entidad Stop Sida remarcan que la aparición del Tratamiento Antirretroviral de Gran Actividad (TARGA) evitó la propagación del virus y mejoró la calidad de vida de las personas infectadas. “Esta nueva generación de tratamientos ha conseguido que el VIH/sida se convierta en una enfermedad crónica, menos en lo que concierne a los aspectos psicosociales, la discriminación y el estigma”, según señala en un comunicado preparado para el día mundial de la enfermedad.
Hay diferentes investigaciones en las vacunas contra el sida, pero tal como remarca Stop Sida, “en los últimos años, la rapidez en la consecución de las vacunas para la pandemia de la Covid-19 ha vuelto a poner en el debate social la inexistencia de vacunas para el VIH/sida y los pocos adelantos existentes”.
Con el objetivo de luchar contra el estigma que sufren las personas con el VIH, el ministerio de Sanidad ha puesto en marcha la campaña #ViveEnPositivo con la cual pretende promover entre la población general actitudes de respeto y sensibilización, así como informar del derecho a la igualdad de oportunidades.
El ministerio remarca que, si bien los avances médicos y la atención sanitaria han mejorado la esperanza y calidad de vida de las personas con VIH, todavía reciben un “trato discriminatorio en ámbitos como el sanitario, el laboral y en el acceso a prestaciones y seguros”.