El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca tiene reclusos desde el pasado jueves a, como mínimo, 40 de los migrantes que estaban encerrados en la cárcel-CIE de Archidona. Así lo han confirmado fuentes del Ayuntamiento de Barcelona. Varios miembros del colectivo Tanquem els CIE pudieron visitarles pocas horas después de su llegada al centro de la capital catalana. Estos se suman a la cincuentena de internos que hay actualmente en la Zona Franca. Pese a la orden de precinto que emitió el Ayuntamiento de Barcelona, el CIE sigue abierto y activo.

“Nos han explicado las vulneraciones de derechos humanos que vivieron en Archidona, la falta de asistencia médica y los malos tratos que recibieron por parte de la Policía Nacional”, explica el activista de Tanquem els CIE Jordi Campabadal. Desde el colectivo que aboga por el cierre de los CIE se muestran preocupados porque es posible que los deporten esta misma semana. Los centros son dependencias no penitenciarias donde se priva de libertad durante un máximo de 60 días a migrantes por el hecho de encontrarse en situación irregular, con el objetivo de proceder a su expulsión. Como la mayoría de algerianos que ahora están en la Zona Franca estuvieron más de 50 días en el CIE de Archidona, esta semana vencerá el plazo de 60 días antes de su liberación o deportación a su país de origen.

Desde Tanquem els CIE apuntan la posibilidad además que en el grupo de migrantes trasladados desde Archidona haya un menor. Creen que esto sería posible porque había menores encerrados en el CIE de Archidona y, por ahora, se desconoce donde han sido trasladados. Según las leyes de protección del menor y la Ley de Extranjería española los menores inmigrantes extranjeros no acompañados no pueden ser internados en un CIE. No obstante, durante varias semanas hubo al menos nueve menores encerrados en Archidona.

La cárcel-CIE de Archidona ha estado rodeada de polémica y de irregularidades desde el inicio, cuando el Ministerio de Interior decidió usar como Centro de Internamiento de Extranjeros una prisión que estaba por inaugurar. Los internos han denunciado en numerosas ocasiones que falta de agua potable, calefacción o asistencia médica suficiente, y que agentes de la UIP habían tenido que reprimir protestas por la falta de comida. El episodio más dramático se produjo el 28 de diciembre, cuando encontraron ahorcado en su celda a Mohamed Bouderbala, después de estar 18 horas aislado en su celda sin ver a nadie.

Los pasos para cerrar el CIE

“Hemos ordenado el precinto del CIE de la Zona Franca en un plazo de dos meses, un tiempo suficiente para hacerlo efectivo”. Así anunciaba el teniente de alcaldía Jaume Asens el pasado 29 de marzo la emisión de la orden de precinto del centro. Al no hacerse efectivo el precinto, el 24 de octubre se llevó el contencioso administrativo contra el Ministerio del Interior (como responsable del CIE) a la Audiencia Nacional. Este órgano es el responsable de dirimir conflictos entre administraciones públicas. Está previsto que el Ayuntamiento mueva la siguiente ficha en los próximos días presentando un recurso, otra demanda, a los tribunales de la Audiencia Nacional para que sea un juez quien resuelva si debe cerrarse el CIE.

La orden de precinto se sustenta en una resolución municipal de julio del 2016 de cese de actividad por falta de licencia, que el Estado no recurrió y que, por lo tanto, es firme. El CIE estaba en funcionamiento sin disponer de la habilitación legal necesaria ya que no disponía de la licencia de primera ocupación derivada de la licencia de obras otorgada en 2005, ni de la licencia de actividad ni tampoco había obtenido el informe favorable del control inicial de la actividad.

Esta orden de cierre se complementa con dos informes. El primero, el que el Ayuntamiento encargó a los servicios de prevención de incendios de los Bomberos de Barcelona, que confirmaron que el CIE no dispone de un plan de emergencia en caso de incendio. Este informe detalla que el CIE de Barcelona no dispone de un Plan de Emergencia que dé respuesta a los requerimientos esenciales de seguridad como detección y aviso interno de todas las situaciones de emergencia, garantía de primera intervención a cargo del personal propio, aviso a bomberos y servicios de emergencia externos, evacuación de las personas o la accesibilidad a los bomberos y servicios de emergencia externos.

El segundo informe, encargado a la Universidad de Barcelona, valida la actuación del Ayuntamiento y exige al centro la licencia de actividad adecuada que garantice la seguridad. Actualmente el CIE de Barcelona, situado en la Zona Franca, solo dispone de una licencia concedida en 1992 para campo de tiro, cuadras de animales y dependencias policiales.

El CIE de la Zona Franca no es el único centro con deficiencias en materia de seguridad. Los planes de emergencias de los CIE de Algeciras y Tarifa muestran también graves deficiencias de seguridad, como puertas cerradas con candados o detectores de incendios que no funcionan. Desde Tanquem els CIE recuerdan que “no se trata únicamente de cerrar los CIE, sino de tumbar la Ley de Estranjería”.

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