La realidad de la trata de personas no es lejana, y ahora se sabe con más seguridad: Barcelona atendió en 2017 más de un centenar de expedientes relacionados con el tráficos de seres humanos. Hasta 109 personas pasaron por la Unidad Municipal contra la Trata de Seres Humanos (UTEH en sus siglas en catalán), creada por el Gobierno de Ada Colau en octubre de 2016, para recibir asesoramiento psicológico, social y legal.
La mayoría de las víctimas (91,74%) sufrían tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual y el perfil más repetido de las personas acompañadas por el consistorio fue el de una mujer, de origen nigeriano y joven (menor de 30 años).
La casuística de personas atendidas por la UTEH fue diversa y, aunque la mayoría de unidades familiares se dirigieron en 2017 afectadas por la trata con fines de explotación sexual (hasta 100 personas); hubo cinco personas que sufrían directamente explotación sexual; tres que habían sido víctimas de trata con fines de explotación laboral; y una de explotación laboral.
El Ayuntamiento de Barcelona sólo ha podido acompañar a las víctimas en once procesos penales. “Hay que estar fuerte para tirar adelante por la vía legal”, ha lamentando las bajas cifras de denuncia la responsable del Departamento de Atención y Acogida por violencia machista de Barcelona, Bàrbara Roig.
Un órgano de coordinación pionero
La UTEH es un proyecto pionero en el ámbito municipal que forma parte de un circuito contra el tráfico de seres humanos y que pretende facilitar la coordinación entre las policías y los diferentes servicios que la ciudad ofrece a las personas que ven vulnerados sus derechos. “La UTEH se piensa en el marco de una mesa interinstitucional. Queríamos mejor coordinación. Es complicado coordinar tantos actores; una parte importante del trabajo de la unidad es el de formar los diferentes servicios del Ayuntamiento”, ha dicho la concejala de Feminismos del ayuntamiento, Laura Pérez, que ha pedido –sin entrar en detalle– una ley contra el tráfico que favorezca la gestión local.
De momento, el objetivo del servicio municipal es actuar en un segundo nivel, es decir, no se encarga de la detección –tarea encomendada a los cuerpos de seguridad– sino, según atiende una portavoz municipal a este medio, “sobre todo en la reparación del daño que causa el tráfico a las personas”. “El impacto psicológico es muy importante. Son procesos de recuperación lentos. Lo más importante es romper el aislamiento de la víctima, porque muchas veces su explotación está muy vinculada a la comunidad”, ha destacado Roig. “La detección no significa salir de la red de explotación. Este es un proceso que se hace en la medida que la situación personal lo permite. No siempre se da la situación para desvincularse de las mafias”.
La UTEH atiende a cualquier potencial víctima de trata que se encuentre en Barcelona, sea cual sea su situación administrativa y también da atención a las personas de su entorno más inmediato. “A las personas a veces se las atiende de urgencia, directamente en comisaría, a otros se las cita después”.
Perfil “variado” pero mayoría de mujeres jóvenes y de origen nigeriano
Mujeres jóvenes y de origen nigeriano es el perfil más común del más de un centenar de casos atendidos por el consistorio. En cuanto al género de la víctima, 89 personas eran mujeres, 16 mujeres trans y cuatro, hombres. De las 109 personas con expediente, la franja de edad mayoritaria se encontraba entre los 18 y los 29 años. Un 81,65% de las víctimas por lo tanto, tenían menos de 30 años.
Pese al amplio abanico de nacionalidades –hasta una veintena en los registros de 2017– del más de un centenar de personas atendidas, la mayoría (51 personas) eran de origen nigeriano. “A pesar de estas coincidencias, realmente el perfil es muy variado”, ha insistido el consistorio.


Catalunya Plural, 2024 