Nunca la constitución del consistorio del Ayuntamiento de Barcelona se había celebrado con tanta carga emocional en el Saló de Cent. Y con tanta tensión en la Plaza de Sant Jaume. La sesión que inició el segundo mandato de Ada Colau como alcaldesa de la ciudad concentró en unas horas la fractura que vive la sociedad catalana desde hace años.
Dentro, se expresaba con las palabras, con los gestos, con las miradas. Con la carga sentimental que aportaba la presencia de Quim Forn, cabeza de lista de Junts per Catalunya, que sólo tuvo un breve paréntesis de libertad. Afuera, con insultos y con expresiones de odio. Nunca el recorrido tradicional que hace el nuevo consistorio para visitar al President de la Generalitat había recibido una lluvia de insultos.
Esta es la crónica de una jornada que ya forma parte de la memoria histórica de Barcelona.


