La única suerte de este tiempo extraño es caminar por el territorio de esta investigación sin ser tildado de loco mientras observo edificios para comprender por donde cortaron el cauce del torrent de Lligalbé. Al estudiar la zona en vivo, sin mis rutinas de antes, adquiero una precisión única, y por eso mismo ahora veo las casas con otros ojos, como por ejemplo una del carrer de Llorens i Barba, con deje novecentista. En su fachada figuran dos fechas, 1944 y 1958, y a partir de las mismas las piezas encajan con facilidad pasmosa.

Hablar de nuestro protagonista y la Guerra Civil como hecho en sí carece de todo sentido. Lo trascendental fueron sus consecuencias. Hasta 1936 quizá no había dinero o se respetaba un sentido de la deuda bien distinto al posterior. A partir de los años 40 la expansión del Eixample constituye un preludio para devastar el entorno de los barrios y de la misma ciudad, algo reforzado con el urbanismo de manicomio de José María de Porcioles, alcalde de Barcelona entre 1957 y 1973, tan amante del coche como para dar rienda suelta a inverosímiles autopistas y complicar la vida a los gestores democráticos.

Mapa de la zona de 1954

Cuando esta pesadilla termine deberemos replantear aún más esa catástrofe y ojalá el municipio actúe para favorecer al peatón, liquidar los vehículos motorizados y aupar el aire puro a un puesto de privilegio en la agenda para priorizar el desarrollo de la convivencia entre los peatones, ahora mismo parias en la distribución espacial, con ese exceso de más de un 70% para cuatro o dos ruedas.

Si volvemos a nuestro tema la gaceta municipal nos brinda el proceso de exterminio del torrente con ampliaciones de calles aledañas como Llorens i Barba, Santa Carolina o Padilla, algo complementado con otras incoaciones de terrenos entre Mas Casanovas y Rosellón o la cesión gratuita por parte de Manuela Boné de otras parcelas colindantes, a urbanizar con urgencia para “evitar que las aguas de las calles contiguas continúen deslizándose ocasionando imperfectos”, destinándose treinta y cinco mil pesetas del presupuesto del ensanche para una fosa de sedimentación en el Lligalbé en su cruce con el carrer del Mas Casanovas, con una cloaca, visible en la actualidad como punto y final de ese curso acuífero. Poco antes, en noviembre de 1944, ardió la fábrica Colores y Anexos S.A del passatge de Sant Pere, donde hoy se halla una residencia de ancianos, .al romperse una caldera con aceite de linaza. Parte del Baix Guinardo se cubrió de pinturas de colores por la explosión.

Por supuesto nos falta la columna central de este entramado. Tranquilos, no queda tanto para hablar de Lepanto. En esta vía rápida se instaló en 1957 la sede social y la factoría de la empresa graciense Nutrexpa, y esto nos lleva al Cola-Cao, así de la nada mezclado con el líquido elemento del Lligalbé.

Mapa del 1989

Los años cincuenta se desarrollaron sin mucho sobresalto pese a mascarse la tragedia en el horizonte. Las noticias recogen cotidianidades en apariencia irrelevantes. En 1953 hubo un accidente laboral en el camino de la Legua. Un año después se pavimentó el carrer de la Bona Sort entre Castillejos y Lligalbé, sentenciado en 1955 por su alineación con Lepanto.

El velódromo de Mostajo también tenía las horas contadas, remplazándose por una hilera de bloques de pisos más o menos bajos para respetar las alturas, un milagro, mientras también crecía la actividad edilicia en el rebautizado carrer de la Marina, desde 1942 Alcalde de Móstoles, quedándose como recuerdo de lo pretérito el pas de la Marina, hoy en día un callejón sin salida, otra prueba más de todos esos caudales del Baix Guinardó.

Los sesenta marcaron la pauta, y el Lligalbé no quedaría indemne. En 1903 el francés Léon Jaussely ganó el concurso planteado por el Ayuntamiento para integrar la trama del Eixample con los pueblos del llano. En el Guinardó su proyecto, a partir de la presencia del Hospital de Sant Pau, partía la barriada en dos, y aún sigue siendo así con el muro del carrer Cartagena, pero más allá de eso lo hago constar en toda esta investigación por ser el preámbulo para tender la ronda del Guinardó, cargándose primero el camino de la Legua y a posteriori todas esas callecitas al lado de la Compañía de aguas.

Como no era suficiente inhabilitar el espacio durante un decenio largo se culminó el plan con un doble viaducto, uno de tantos scalextrics condales, para fastidiar a los vecinos, tan contentos ellos en sus apartamentos con vistas a la montaña sí, y también con el rastro de los motores en pulmones y balcones. La obra, una calamidad como la de Glorias, se inauguró en 1974 y quedaba de perlas llamarla viaducto, doble para más inri hasta 1985, cuando se tiró al suelo la pasarela dirección Besós.

Para cuadrar el círculo de la consecución del Eixample debían derribarse unas pocas viviendas del passatge de Boné, pues impedían el avance de Lepanto y su junción con Lepanto. Una vez se esfumaron la velocidad ganó la partida y el conglomerado estable de Lligalbé con Boné y Sant Pere sólo quedó como una intuición en medio del asfalto.

Foto: Jordi Corominas

Arreglé el mundo muchas noches con José Luis en esa plaza artificial, aún sin nombre, el remanente de tanta destrucción. Desde la más absoluta ignorancia el ayuntamiento optó por denominar a la ele que va de Padilla hasta esa cloaca como Lligalbé, cuando en puridad su secuencia corresponde a la línea recta capada en la ronda del Guinardó, desde donde hacia un meandro y bajaba hasta sus sendas próximas a la Sagrada Familia.

Las paredes de su trazado, ahora medio camufladas por arquitecturas deslavazadas y aparcamientos a la buena de dios, deberían conservarse desde lo pedagógico y lo patrimonial. Nuestro querido Consistorio, pese a las reuniones con el vecindario, quizá no tenga ni idea de todo esto, y para constatarlo tendríamos su sumisión a viejos planes generales metropolitanos. El de 1976 quería edificar otro bloque vertical, algo criminal para quitar la luz de los inmuebles cercanos. La mejor solución sería un jardín y hacer caso a los que nos documentamos para preservar las pequeñas historias barcelonesas. Esta aún no ha terminado.

Share.
Leave A Reply