“La solidaridad debe ser la consigna de vida y un desafío para la paz”. Esta es una reiterada frase de Pere Casaldàliga, obispo de Sao Felix de Araguaia, en el Matto Grosso brasileño, que nos ha dejado a los 92 años. Son, pero, muchas las lecciones que nos ha ido enseñando con sus palabras clarividentes. Me gustaría recordar algunas que me han resultado especialmente significativas:
– Yo soy yo y mis causas y mis causas valen más que mi vida.
– La causa indígena me ha hecho más catalán. Las tribus prohibidas me han ayudado a reencontrar mi siempre maltratada tribu.
– En amor, en fe y en revolución no es posible la neutralidad.
– Sed lúcidos, sed firmes. Estad unidos. Respondan a la persecución con esperanza. Respondan al miedo con unión.
– La mayor parte de la humanidad, hoy en día, sobrevive en vez de vivir
– El capitalismo, por definición, es lucro acumulado, es privilegio del capital, es exclusión de la mayoría.
– El consumismo está consumiendo a las personas.
– La palabra “radicalidad” proviene de raíz y cada vez con más fuerza siento mis raíces.
– Si no hay causas grandes, la vida no tiene sentido.
Precisamente las “causas grandes” guiaron su acción desde su salida de Balsareny muy joven, y las han ido siguiendo una buena cantidad de gente, que en las dos orillas del Atlántico han creído y expandiendo este espíritu. Ciertamente, no quiso devolver nunca a Catalunya donde, de todos modos, su huella estaba muy presente.
Recuerdo por ejemplo que en 1991 el Instituto Víctor Seix de Polemología le otorgó el Memorial Juan XXIII por la Paz, según decía el jurado “por su defensa de los pueblos y de todos los desvalidos, por su lucha profética frente a los pragmatismos de todos los poderes y por el grito de esperanza que interpela a toda la humanidad”. Se trata de una síntesis bien objetiva de sus ideales. Ideales que en los últimos años han sido retomados con acierto en nuestro país por la Associació Araguaia amb el bisbe Casaldàliga.
De igual manera, en Brasil, las frecuentes visitas recibidas por el obispo hasta casi última hora, así como las concurridas ‘romerías’ que se organizaban con asistentes de distintas procedencias, demostraban la vitalidad de su mensaje, que por su propia naturaleza resulta inagotable.
Me pregunto si en los momentos actuales la Iglesia necesita muchas estructuras episcopales, pero lo que resulta indudable es que para afianzar el mensaje cristiano, hacen falta muchos Peres Casaldàligues.
Pere Casaldàliga, la solidaridad y la paz como consigna
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1 comentari
Excelente opinión del profeta Casaldáliga. Su vida ha sido testimonio del amor del Padre por los mas desvalidos. Su vida es testimonio de causas justas por dignidad, equidad y paz para las naciones. Su vida ha dejado una marca muy grande en la iglesia latinoamericana.