El periodista Tomeu Ferrer se preguntaba en este reportaje que es lo que celebramos el día del trabajador y nos explicaba sus orígenes. Y es que el día mundial de la clase obrera se ha convertido, desde hace 135 años, en la jornada en la que los trabajadores del mundo reclaman la dignidad del trabajo como derecho.
El origen de todo ello hay que buscarlo en 1884. Entonces una de las federaciones de trabajadores más importantes de los Estados Unidos decidió reivindicar que la jornada laboral no debía superar las ocho horas. En 1886 el presidente de ese país, Andrew Johnson, promulgaba una ley que hacía posible la jornada de ocho horas, pero dejaba abierta la puerta a mantener jornadas más largas. En la práctica la norma no se respetó.
El 1 de mayo de 1886 se lanzó en Estados Unidos y Canadá la consigna de hacer huelga en favor de las 8 horas. En Chicago el seguimiento fue mayoritario. Solo en una fábrica, la McCormick, que hacía maquinaria agrícola, continuó trabajando a base de esquiroles. A la salida de un turno de trabajo se produjo un choque con los huelguistas: la policía disparó y se produjeron seis muertos entre las fuerzas de orden público debido a la explosión de una bomba.
A consecuencia de los hechos se desató la represión. Se detuvo a ocho dirigentes sindicales y cientos de trabajadores en calidad de sospechosos. Los «ocho de Chicago» fueron juzgados en un clima de histeria fomentada por la prensa sensacionalista. Nada se probó, pero fueron condenados como enemigos de la sociedad y del orden establecido. A tres los sentenciaron a prisión y a cinco a la horca. Fueron ejecutados: George Engel (alemán, 50 años, tipógrafo), Adolf Fischer (alemán, 30 años y periodista), Albert Parsons, (Estados Unidos, 39 años, periodista), August Spies (alemán, 31 años, periodista) y Louis Lingg, (alemán, 22 años, carpintero), se suicidó en su celda antes de que lo mataran.
En el seno del movimiento obrero, formado por organizaciones sindicales en las que se agrupaban los trabajadores según sus oficios, quedó el caso de los mártires de Chicago como una gran injusticia. Por ello, la conocida como Segunda Internacional, que agrupaba sindicatos y partidos políticos de tendencia socialista y también comunista, decidió en su congreso de París de 1899 organizar una manifestación en todo el mundo el 1 de mayo, en la que se exigiría a las autoridades de cada país la reducción de la jornada de trabajo a ocho horas, además de otras reivindicaciones laborales.
En 1890 se decidía organizar la fiesta del primero de mayo en España
Recuperamos aquí toda una serie de entrevistas que Ana Basanta ha realizado a diferentes líderes de las luchas obreras de la transición hasta la fecha:
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https://ecstatic-pike.82-223-1-47.plesk.page/es/ferran-lopez-recuerdo-de-harry-walker-la-proeza-de-hacer-62-dias-de-huelga-en-tiempos-de-franco/
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