La Agencia para el Abordaje Integral del Trabajo Sexual (Abits) es un servicio del Ayuntamiento de Barcelona que ofrece atención sanitaria, psicológica, social, laboral y jurídica a las mujeres que ejercen o han ejercido la prostitución. “Nuestro enfoque es el de potenciar los derechos de las mujeres y, en este sentido, respetar su autonomía. Nosotras intentamos no juzgar, ofrecemos programas que puedan ser útiles, sin presión, para que sean ellas las que tomen sus decisiones”, explica Bàrbara Roig, directora de Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento.

Abits cuenta con un Servicio de Atención Socioeducativa (SAS), que está formado por educadoras sociales, trabajadoras sociales, psicólogas y abogadas. El SAS suele ser el primer contacto directo y, a partir de aquí, las profesionales valoran las necesidades de las mujeres, incluidas las transexuales. Más adelante, puede haber un seguimiento y un acompañamiento desde las oficinas para acercarlas a los diferentes servicios de la ciudad.

Bàrbara Roig, directora de Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento. | Pol Rius

La gran mayoría de las mujeres atendidas son extranjeras, y muchas de ellas se encuentran en situación irregular, por lo que una de las grandes demandas tiene que ver con la regularización de su situación administrativa. Otras necesidades están relacionadas con la vivienda o en como conseguir prestaciones económicas a las que tienen derechos, pero que a menudo desconocen.

También se ofrece asesoramiento en materia de formación y de trabajo, para lo que cuentan con otras entidades de la ciudad, como Barcelona Activa, que depende del Ayuntamiento, o la Fundación Surt. “Muchas veces estamos con empresas y sectores que tradicionalmente están muy feminizados, sobre todo de limpieza y cuidados, pero intentamos buscar alternativas. Ahora también participamos en un curso de economía social más dirigido al autoempleo, para quien quiera abrir un negocio”.

Roig destaca que son las mujeres las que dan el paso de querer formarse o trabajar en otra actividad, y tanto las asociaciones como el consistorio tratan de facilitar los planes de inserción laboral. Los años 2017, 2018 y 2019, por ejemplo, consiguieron diferentes contratos laborales un total de 58, 75 y 90 mujeres, respectivamente, según los datos de Abits.

“Nuestro enfoque es el de potenciar los derechos de las mujeres y, en este sentido, respetar su autonomía. Nosotras intentamos no juzgar, ofrecemos programas que puedan ser útiles, sin presión, para que sean ellas las que tomen sus decisiones” | Pol Rius

El año 2020 fue excepcional por la pandemia de la covid-19 y, en este ejercicio, del que todavía no hay datos cerrados, hubo más demanda de ayudas en temas de alimentación y vivienda. “Con la covid, la situación ha empeorado muchísimo porque no podían trabajar y se quedaron sin ingresos durante muchos meses, e hicimos el vínculo con los servicios sociales durante el confinamiento. También ha habido el impacto psicológico del confinamiento, como en el resto de la población en general”.

Para Roig, más allá del estigma que se tiene sobre la prostitución, los perfiles son muy diversos. “Hay mujeres que necesitan el trabajo sexual para complementar sus ingresos, como por ejemplo mujeres que están cobrando una pensión de invalidez o de viudedad que es muy baja, o mujeres que ya tienen un empleo estable y que quizás ya tienen sus clientes fijos. Y muchas lo hacen durante un tiempo y no piensan que se vayan a dedicar toda la vida”.

“Con la covid, la situación ha empeorado muchísimo porque no podían trabajar y se quedaron sin ingresos durante muchos meses, e hicimos el vínculo con los servicios sociales durante el confinamiento.” | Pol Rius

En caso de que las profesionales de Abits detecten que hay tráfico de seres humanos con finalidad de explotación sexual, es decir, que obligan a las mujeres a prostituirse, se deriva a la Unidad Municipal contra el Tráfico de Seres humanos (UTEH). Los años 2018 y 2019 la UTEH detectó a más de 360 víctimas en la ciudad de más de 30 nacionalidades diferentes, sobre todo nigerianas. “Evidentemente, es un delito que nosotras vemos fragante, pero a veces las mujeres no quieren denunciarlo porque tienen mucho miedo o porque piensan que lo pueden manejar”.

Atención en la vía pública

Mercè Meroño es presidenta de la Fundación Àmbit Prevenció, que trata el trabajo sexual a través del área de Àmbit Dona, dirigida a mujeres y también a hombres. “Intentamos dar una visión pro derechos del trabajo sexual, desde la perspectiva de género y acercándonos a los lugares donde las mujeres o los hombres trabajan”. Principalmente, Àmbit está presente en el barrio del Raval, la Zona Franca, los alrededores del Camp Nou y algunas zonas de la autovía de Castelldefels, siempre en espacios abiertos. Además, tiene algunos pisos en Mataró para mujeres que han sufrido violencias sexuales.

Mercè Meroño es presidenta de la Fundación Àmbit Prevenció, que trata el trabajo sexual a través del área de Àmbit Dona, dirigida a mujeres y también a hombres. | Pol Rius

Àmbit ofrece servicios muy diversos, desde la donación de material en su local del Raval y en los lugares donde están las personas que atiende, hasta diferentes tipos de asesoramientos legales. “Cualquier mujer que esté ejerciendo el trabajo sexual puede venir a buscar material preventivo, que se les ofrece gratuitamente, o puede decirnos si tiene necesidades en temas de alimentación, de su situación legal administrativa, de carencia de vivienda, o de cualquier tema vinculado a los derechos y la discriminación. Todos estos temas, dependiendo de la demanda, son atendidos por una u otra profesional”.

“En enfermería, hacemos pruebas rápidas de VIH, sífilis y hepatitis, y también se hace la conexión con los diferentes servicios públicos. Tramitamos la tarjeta sanitaria a aquellas personas que, porque no están empadronadas, porque tienen dificultades, porque son recién llegadas y todavía no han podido tramitar los papeles, todavía no la tienen y tratamos de que se garantice un acceso directo y lo más rápido posible a los servicios de salud”.

“Entendemos y también explicamos que muchas veces esta sensación de culpabilidad y de miedo forma parte del estigma, pero lo que digan los otros tiene que ver con un juicio de valor que hacen sobre ti, y esto no quiere decir que tú seas la culpable.” | Pol Rius

La covid-19 ha supuesto un cambio en las demandas, que ahora se centran más en alimentación, productos de higiene, pago de alquileres y tramitación de rentas garantizadas o de algún tipo de ayuda a la que tengan derecho. “Han dejado de trabajar y muchas veces viven al día, no estamos hablando de un trabajo sexual de alto standing. Hay diferentes modalidades y espacios donde se ejerce el trabajo sexual; nosotras atendemos a mujeres vinculadas a calle, de las que más del 80% son migradas”. En este sentido, el abanico de demandas de tipo administrativo para saber por donde se tienen que mover es muy diverso, desde renovar documentación caducada, hasta tramitar el asilo y coordinarse con entidades especializadas.

Para Meroño, conseguir el vínculo con las trabajadoras del sexo implica “no juzgarlas”. “Entendemos y también explicamos que muchas veces esta sensación de culpabilidad y de miedo forma parte del estigma, pero lo que digan los otros tiene que ver con un juicio de valor que hacen sobre ti, y esto no quiere decir que tú seas la culpable. Las hay que tienen criaturas y tienen miedo de que haya un impacto en su vida cotidiana”.

“identificarse como una persona de prostitución forzada no es fácil porque muchas veces hay miedo, miedo a las represalias a su familia en el país de origen, miedo al daño físico aquí, miedo al daño psicológico…” | Pol Rius

Por la experiencia de Àmbit, entre las diferentes violencias sexuales que se han encontrado, las hay que no pueden ser demostradas, como por ejemplo que un cliente se quite el preservativo o que fuerce a realizar prácticas sexuales no consensuadas. En algunos casos en que se ha llegado a denunciar, “muchas veces las mujeres están bajo sospecha” por el hecho de ser prostitutas. Para la presidenta de Àmbit, “esto para nosotras, es una violencia institucional. Reivindicamos que tiene que haber protocolos específicos y que se tiene que formar a los profesionales y las profesionales no solo en el ámbito sanitario, sino también jurídico”.

En caso de percibir algún indicador de tráfico de seres humanos, desde Àmbit contactan con servicios específicos para “buscar el recurso más adecuado”. Meroño señala que “identificarse como una persona de prostitución forzada no es fácil porque muchas veces hay miedo, miedo a las represalias a su familia en el país de origen, miedo al daño físico aquí, miedo al daño psicológico…”. “Cuando esta mujer está preparada, le proporcionamos un espacio para que pueda hablar con especialistas en trata, estaríamos hablando de entidades como Sicar, que tienen juristas, han visto muchas mujeres víctimas de trata y saben hacer una exploración y una entrevista muy definida”.

Acompañamiento en locales cerrados

La asociación Genera reivindica los derechos de las prostitutas, igual que Àmbit, pero con la diferencia de que Genera trabaja sobre todo con mujeres que están en espacios cerrados de Barcelona y Girona. “En Barcelona, hacemos visitas a pisos, clubes y barras americanas, cuando no están cerrados por la covid”, explica Marta Farrés, trabajadora social de Genera.

Marta Farrés, trabajadora social de Genera.| Pol Rius

“Normalmente, quedamos con las encargadas y acordamos cuando ir, por las mañanas suelen estar más libres porque hay menos clientes. Una vez allá, nos presentamos, por si hay alguna mujer que no nos conoce, explicamos quiénes somos y desde qué perspectiva encaramos el trabajo con las trabajadoras sexuales. Nuestra perspectiva es desde los derechos, no desde el asistencialismo, y les explicamos que como trabajadoras sexuales tienen una serie de derechos”.

Entre estos derechos, figura el acceso al servicio de salud de manera gratuita, puesto que muchas de las mujeres son migradas, lo desconocen y pagan mutuas privadas. Gracias a un convenio con la Conselleria de Salud de la Generalitat, Genera puede pedir tarjetas sanitarias para estas mujeres, además de proporcionar preservativos durante las visitas. “Ellas están muy preocupadas por las enfermedades de transmisión sexual. Se cuidan mucho, quienes más preocupadas están por su salud son ellas mismas, son muy conscientes”.

“Haces una ley sobre prostitución y no hablas con las trabajadoras sexuales. Pues aquí tenemos un problema. Ellas tienen derecho a decidir y esto es lo que intentamos potenciar. Hay quien quiere una regulación y hay quien quiere que las dejen en paz” | Pol Rius

Las cuestiones jurídicas forman el segundo gran eje que preocupa a las mujeres atendidas, y Genera cuenta con una abogada especialista en violencias machistas, migración y ley de extranjería que las asesora de forma gratuita. “Las educadoras sociales tienen el primer contacto con las mujeres y las informan de que pueden ir a la asociación a hablar con la abogada, que las puede asesorar en este y otros temas, ya sean ayudas escolares, de retorno a su país, de herencias, de derechos laborales… Porque muchas están contratadas en otro sector, como la hostelería, y no se cumplen sus derechos”.

Para Farrés, el acompañamiento emocional es igual de importante. “Hay muchas mujeres que están ejerciendo la prostitución y, a causa del estigma, se tienen que esconder. No pueden decir que son trabajadoras sociales en su comunidad de vecinos, a las madres del colegio cuando llevan a sus hijos, a su familia… Cuando tú llevas una doble vida, te produce un poco de desgaste emocional. Aquí ofrecemos un espacio, o allá mismo cuando vamos a los clubes, e intentamos acompañarlas y explicar que es el estigma, que no es culpa suya, que el hecho de tenerte que esconder a veces provoca desajustes”.

“Hay muchas mujeres que están ejerciendo la prostitución y, a causa del estigma, se tienen que esconder.” | Pol Rius

Farrés cree que a menudo hay una tendencia a “infantilizar” a las prostitutas y a no darles voz: “Haces una ley sobre prostitución y no hablas con las trabajadoras sexuales. Pues aquí tenemos un problema. Ellas tienen derecho a decidir y esto es lo que intentamos potenciar. Hay quien quiere una regulación y hay quien quiere que las dejen en paz”.

En Girona, las profesionales de Genera están en contacto con las prostitutas de los macroclubes de La Jonquera, cuando no están cerrados por la covid-19, sea visitándolas en los clubes o quedando con ellas en un centro cívico. También hacen visitas a pisos de Figueres y hacen ronda por la carretera nacional N-II. Las demandas, asegura Farrés, son las mismas entre las mujeres de un lugar y de otro, si bien normalmente las que están en carretera son las que se encuentran en una situación más vulnerable. “Hay más peligro estando en carretera, y hay más incidencia de trata cuando no tienen poder de decisión sobre que hacen, como lo hacen, con quien lo hacen, y no tienen control de su dinero”.

El fenómeno del “lover boy”

“Cuando pensamos en trata, tenemos en mente a una macrored de mujeres y a un señor superpoderoso que las domina a todas, y no es así. En Girona, sobre todo con las mujeres con las que trabajamos nosotras, existe el fenómeno del “lover boy”, en el que el proxeneta es su pareja. Los mecanismos que utilizan son los del amor romántico: las seducen y se casan. El marido explota a su compañera, le dice que no puede hacer nada más, la humilla, le quita totalmente la autoestima, le hace ver que solo él la puede ayudar y que ella solo puede hacer trabajo sexual porque no podrá hacer nada más”.

Como el tráfico de personas con fines de explotación sexual está reconocido como violencia machista, el circuito es el mismo que en las violencias machistas y se habla con los Servicios de Información y Atención a las Mujeres (SIAD) o los Servicios de Intervención Especializada (SIE) de la zona, que intervienen, y entonces ellas deciden si denuncian o no. “Denunciar nunca es algo fácil, y más en los casos en que el proxeneta es tu marido. Tienen mucho miedo. Si todo va bien, entran en un circuito y van a una casa de acogida. Pasa poco. Las asociaciones las detectamos, pero solo pueden identificarlas como víctima de trata las policías”.

Cuidan su salud sexual

Marina Redondo es comadrona del CAP Drassanes y forma parte del Programa de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (PASSIR), dentro del que se encuentra el Programa Rosa, especializado en atender a trabajadoras sexuales. Se trata de un equipo de cuatro personas (comadrona, ginecóloga, auxiliar de enfermería y administrativa) que recibe a mujeres de todo el área metropolitana los martes de 10:30 a 13:30 horas.

Marina Redondo es comadrona del CAP Drassanes y forma parte del Programa de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (PASSIR) | Pol Rius

Según explica Redondo, este servicio específico está muy valorado por las usuarias porque no tienen que dar explicaciones sobre su ocupación ni sobre por qué quieren tener un control más exhaustivo de infecciones de transmisión sexual, citologías o controles de anticoncepción, o por qué quieren más pruebas de embarazo. “Muchas de ellas no quieren explicarlo y aquí sienten como que tienen una relación más directa. Muchas veces sus demandas están relacionadas con temas delicados, tipo abortos o enfermedades de transmisión sexual, y se sienten cuidadas. Aquí ya asumimos y ya sabemos que esto es un programa para trabajadoras sexuales y no hace falta que nos expliquen qué ha pasado o por qué ha pasado”.

“Aquí ya asumimos y ya sabemos que esto es un programa para trabajadoras sexuales y no hace falta que nos expliquen qué ha pasado o por qué ha pasado” | Pol Rius

Las mujeres conocen este servicio gracias a las entidades sociales y al SAS, que las ayudan a obtener la tarjeta sanitaria. Las visitas pueden ser programadas o de urgencias, y cerca del 80% de las pacientes son migradas. Los grupos mayoritarios son nigerianas, que normalmente hablan inglés; rumanas, que suelen llevar muchos años aquí y ya conocen el idioma, y latinoamericanas. En el supuesto de que necesiten a una persona que haga de intérprete, las propias asociaciones se encargan de que las acompañe un traductor.

Entre la ginecóloga y la comadrona, cada martes por la mañana atienden a entre 10 y 20 usuarias, cada una en su consulta, y en un mes pueden llegar a unas 50 personas, normalmente de edades comprendidas entre los 20 y los 40 años. Para Redondo, las mujeres que atienen son “plenamente” conscientes de la importancia de su salud. “Si vienen aquí es porque cuidan su salud sexual. Tienen más cuidado de su salud sexual y reproductiva y de la salud en general que la mayoría de la población. Les interesa estar sanas, no por el trabajo sexual en sí, sino por ellas mismas”.

“Si vienen aquí es porque cuidan su salud sexual. Tienen más cuidado de su salud sexual y reproductiva y de la salud en general que la mayoría de la población” | Pol Rius

En el caso de las prostitutas que quedan embarazadas, el seguimiento es “como el de un embarazo normal, teniendo en cuenta que hay más riesgo de infección de transmisión sexual y que hay que tener unos controles que quizás una persona que no tiene otras parejas o que no tiene actividad sexual tan a menudo, no tendría”. Como no tienen baja por maternidad, durante unos meses dejan su actividad y viven de ahorros, de ingresos de su pareja o de su familia, o de alguna ayuda de los servicios sociales si puede pedirla.

Además del CAP Drassanes, el CAP Manso también dispone de un servicio especializado de este tipo y el CAP Numància lo tiene para trabajadoras sexuales trans.

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