Medio millar de personas se concentró el jueves 24 en la plaza Sant Jaume al grito de ‘Putin, atrás, Ucrania quiere paz’ y ‘Putin, asesino’. Llevaban una bandera ucraniana gigante, con los colores azul y amarillo, y portaban pancartas en las que se leía ‘Stop War’, ‘Europa, ayuda’, ‘No a la guerra en Ucrania’, ‘Paren la agresión rusa’ o ‘Quiero que mi familia esté segura’.

Entre los manifestantes, había personas que hace años que viven en Catalunya, estudiantes en mitad del curso escolar y turistas que han quedado atrapados al no poder regresar, ya que Ucrania ha cerrado su espacio aéreo a los vuelos civiles.

Lesia S. aterrizó en Barcelona hace ocho años para establecerse aquí con su familia. Dejó atrás su trabajo como profesora de Filosofía en la universidad y se dedicó a sus hijos. Explica con dolor que sus compañeras de la universidad han empezado a enseñar en clase cómo protegerse de un ataque: “¡Hoy les están explicando cómo usar un arma! ¡Son profesoras de Filosofía!”. 

Lesia S. | Ana Basanta

Lesia quiere que el mundo les escuche porque dice que no solo Ucrania está en peligro, y es que se trata del mayor ataque en territorio europeo desde la Segunda Guerra Mundial: “Las tropas rusas han tomado la central nuclear de Chernóbil, eso puede ser peligroso para toda Europa. Por favor, que protejan Kiev”. La capital ucraniana, ante el avance de las fuerzas de ocupación, ya ha impuesto el toque de queda de 22 a 7 horas y ha decretado que las estaciones de metro estén habilitadas como refugios durante las 24 horas.

¿Nadie va a parar a Putin?

Anatoliy F. llegó a España hace 21 años y trabaja en una fábrica de Cervera. Varios compatriotas de este municipio leridano han viajado hasta Barcelona para sumarse a las diferentes manifestaciones y actos de la comunidad ucraniana. “No quería creer que esto podía pasar. Por un lado, lo esperaba, pero deseaba que no ocurriera. Putin está enfermo, ¿nadie le va a parar?”. 

Anatoliy F. | Ana Basanta

Los compañeros y compañeras de Anatoly le dan la razón y se reafirman: “Putin, lo destroza todo, ¿por qué?”, “Pone en peligro a toda Ucrania”, “Vive con un pensamiento de URSS, quiere hacer una URSS-2”, “Ucrania es un país libre, democrático”, “¿Cómo puede pasar esto en el siglo XXI?”. Se lamentan por no poder hacer nada para revertir la situación y están convencidos de que Putin “no va a parar” si consigue avanzar en Ucrania.

Estudiantes lejos de casa

Elena S. es de Georgia y vino hace seis meses a Barcelona para estudiar español. Se solidariza con las personas de Ucrania y teme que el próximo objetivo del Kremlin sea Georgia: “Estoy aquí porque amo mi país y no quiero que esté ocupado por Rusia. Quiero que todo el mundo sepa lo que está pasando”.

Elena S. | Ana Basanta

Ivan L. también estudia español, desde hace cinco meses. Está preocupado por la situación de sus familiares y siente que no puede quedarse en casa ante la ofensiva rusa. “Es mi país, mi familia está allí, cerca de Rusia, y yo no puedo hacer nada”. Hace tres días vino su amigo Lev L. a visitarle, pero, tras los acontecimientos, Lev no puede regresar a Ucrania y se quedará indefinidamente en el piso de Ivan. 

Ivan L. i Lev L. | Ana Basanta

Lev no esperaba alargar su estancia turística, pero ahora se le hace muy complicado viajar y no ve posibilidades de volver a casa. Sabe que sus parientes están bien, aunque la agresión rusa les pilló en ciudades diferentes y ahora es difícil trasladarse de un lugar a otro, por lo que permanecen separados.

Algo parecido le sucedió a la familia Bosakevyeh, que hace cinco días empezó sus vacaciones en Barcelona. El jueves, padre, madre e hija se levantaron con la noticia de que el conflicto se recrudecía y no podían volver a casa, pero, en su caso, han decidido volar hasta Polonia y, desde allí, ir en bus a Ucrania. 

Familia Bosakevyeh | Ana Basanta

Ese es el trayecto inverso al que están haciendo muchos ucranianos que cruzan la frontera hacia Polonia huyendo del conflicto, y es que la ONU calcula que hay más de 100.000 personas desplazadas de sus hogares. La hija de los Bosakevyeh, Ruslana, cree que “no hay otra opción” que el retorno para “plantar cara a los invasores”. “Mi corazón está en Ucrania”, asegura.

Precisamente, el Gobierno catalán ha anunciado que alojará en albergues de su red a ucranianos que están de visita en Barcelona y que no puedan regresar a sus casas, según ha indicado la consellera de Acción Exterior, Victòria Alsina, tras reunirse con el cónsul general de Ucrania en Barcelona, Vorobyov Artem. Se estima que hay entre 500 y 600 personas afectadas.

“Es una catástrofe”

Previamente a la llegada de la comunidad ucraniana a la plaza Sant Jaume, desde el espacio feminista Ca la Dona convocaron una concentración bajo el lema ‘Paremos la guerra en Ucrania #Noalaguerra’. Decenas de personas corearon consignas como ‘No a la guerra, sí a la paz’, ‘Solidaridad con el pueblo ucraniano’ o ‘Fuera la guerra de la historia’.

Desde Ca la Dona, la portavoz Montse Cervera señaló: “Estamos aquí porque hay guerra. Estamos asustadas desde hace días, y esta escalada de Putin nos ha parecido demencial, es una catástrofe”. Como movimiento pacifista, Cervera reclamó “parar esta barbaridad” y “volver a la única vía posible, que es la vía dialogada, aunque sea larga y difícil, y no la de amenazas y más tropas”.

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