Hacia dónde va la transformación en verde de la escuela

Los patios de las escuelas han sido tradicionalmente poco considerados, infrautilizados y en ocasiones maltratados o despreciados porque era el lugar al que ir a jugar. Las cosas importantes se hacían en el aula. Esto ha cambiado, ahora está claro que el espacio exterior es un espacio de aprendizaje más, que las comunidades educativas están repensando y transformando, siendo estas transformaciones motor de cambio social por su carácter comunitario y transversal. En Barcelona, ​​esto es lo que está haciendo el programa Transformem els patis.

La legislación actual establece que en los centros educativos la superficie de los patios de recreo “en ningún caso será inferior a 900 metros cuadrados”. En la práctica, esto implica que las ciudades tienen a disposición para revisar y transformar muchos metros cuadrados susceptibles de ser jardines, parques de la ciudad abiertos a los barrios, a la ciudadanía en general ya sus comunidades educativas en especial.

En el caso de la ciudad de Barcelona, ​​con cerca de 180 escuelas públicas de infantil y primaria distribuidas de forma estratégica por toda la ciudad, podemos decir que disponemos de unas 16,2 hectáreas, superficie correspondiente aproximadamente al Parque de la Ciutadella de Barcelona para ser revisadas, repensadas, naturalizadas.

El espacio exterior de la escuela, como espacio de aprendizaje comunitario

Transformar los patios escolares es un gran reto, para las administraciones locales y para cada una de las personas que formamos parte de estas comunidades educativas en transformación. El proceso comporta un cambio de mirada sobre el espacio exterior de la escuela, sus usos, y su vertiente comunitaria. El patio se convierte así en un laboratorio, el espacio embrión de la ciudad del futuro. Ciudades resilientes, locales y comunitarias, pensadas y construidas por las personas que las habitan.

Los procesos de transformación y naturalización de las escuelas son procesos participados donde alumnos, maestros, equipos directivos, familias o entidades de barrio están trabajando conjuntamente, procesos colectivos que se convierten en oportunidades para fortalecer la comunidad o las relaciones de la escuela con el barrio, la ciudad. La escuela pensada como un Sistema, se encuentra conectada con otros sistemas de su alrededor. Cuantas más conexiones e interacciones tenga con los otros Sistemas (residencia de ancianos, huerto urbano, mercado del barrio, equipamientos deportivos cercanos, parques…) más rico, saludable y resiliente será el Sistema Escola.

Renaturalización de los espacios y los tiempos educativos

En cualquier caso, y pensando en los beneficios a corto plazo de estas Transformaciones, pensamos con el disfrute de las criaturas y sus acompañantes. El contacto diario y el desarrollo de la vida en entornos naturalizados permite la conexión del individuo con su naturaleza, lo que comporta beneficios cognitivos, psicológicos, en materia de salud, de igualdad de género, comunitario y medioambiental… La renaturalización de la escuela permite naturalizar los tiempos de la escuela, hacerlos más humanos, más naturales y biocéntricos.

Cada día son más las administraciones autonómicas y locales que apuestan por la revisión de las infraestructuras educativas y su espacio exterior para sumarle a la infraestructura verde de las ciudades. Creando espacios de forma participativa, más naturalizados, coeducativos y comunitarios, como medida de mitigación del cambio climático, según recoge el programa Patios x clima de ámbito estatal.

La red de ciudades y escuelas en proceso de renaturalización crece, en nuestro país y en todas partes, con el objetivo de activar la conciencia colectiva para construir espacios y ciudades eficientes, resilientes y saludables, que tiendan a disminuir la dependencia energética, y, en consecuencia, hacer frente a nuevos escenarios producidos por la alteración climática actual.