Dieciocho entidades sociales de Barcelona han recordado este miércoles 26 de octubre en un acto público ante la plaza de la catedral a las personas que vivían o que habían vivido anteriormente en la calle y que han muerto en los últimos doce meses, con el objetivo de despedirlas dignamente, de hacerlas visibles y de sensibilizar a la sociedad de que vivir en la intemperie mata y acorta la vida 27 años.

Los promotores de la iniciativa quieren que estas personas sean más que números y, por eso, han puesto nombres y aficiones en el recuerdo, junto con un par de zapatos, una rosa blanca y una instalación lumínica que, a medida que ha anochecido, ha dibujado 80 latidos simbólicos, uno por cada una de las personas sin hogar que se han ido desde octubre de 2021: 60 hombres y 20 mujeres.

Así, de José Antonio han destacado que era un apasionado de los debates, mientras que a Mariona le encantaba leer, a Pauline le gustaba la música, y Miquel cautivó con sus dibujos. Pero la vida en la calle es más dura que eso: Isabela dormía en un trastero poco luminoso, Assad lo hacía en un cajero y Mohamed en la playa.

Miquel cautivaba con sus dibujos | Foto: Juan Lemus / Arrels

Un 35% de estas personas vivían al raso. El resto, que también había vivido anteriormente en la calle, estaba en centros de alojamiento, residencias o pisos de entidades sociales. Tenían 55 años de media, lo que supone 27 años menos que la media de la ciudad.

Según los datos de las entidades, 20 personas murieron directamente en la calle y 32 lo hicieron ingresadas en el hospital o en un centro de convalecencia. Vivir en la calle, remarcan, comporta una sobreexposición a violencias verbales y físicas, deteriora la salud mental y corporal, y vulnera derechos, como el derecho al recuerdo, por lo que las asociaciones han querido rendirles un homenaje.

Cada seis días muere una persona sin hogar

El año 2016 realizaron por primera vez un acto conjunto para recordar a las personas que habían fallecido, siempre durante la semana anterior al día de Todos los Santos y, desde entonces, ya han contabilizado a más de 400. Eso quiere decir que, de media, cada seis días muere una persona sin hogar en Barcelona.

Este año, las entidades que han organizado el acto han sido Arrels Fundació, Àmbit Prevenció, el centro de acogida AssísAssociació de Dones Marroquines, BarcelonActua, CàritasCAS Baluard (ABD)Dit i FetHeura, el Hospital de Campanya Santa AnnaLligamLloc de la DonaMetzineresProjecte Sostre, la fundación Sant Pere ClaverSanta Lluïsa de MarillacSant Joan de Déu y Suara.

Bajo el lema ’80 latidos de luz para hacer visible el recuerdo’, han leído un manifiesto en el que han destacado que “cuando cae el día y las luces de casa se encienden, las farolas iluminan las calles de Barcelona y las más de 1.200 personas sin hogar que duermen a la intemperie”.

«Las farolas iluminan las calles de Barcelona y las más de 1.200 personas sin hogar que duermen a la intemperie» | Foto: Juan Lemus / Arrels

“Mariona devoraba libros, interpelaba con la misma intensidad a los vecinos y vecinas del parque donde dormía y, cuando empezó a dormir en una pensión, pudo leer tranquila. András siempre era amable y educado. Karim pensaba que no se merecía el aprecio que le transmitíamos. Josefina quería a su perro y se emocionaba con las canciones de Raphael”, añade, de entre las muchas personas a quienes conocían.

“Son 80 latidos de luz que nos hablan de la vulneración del derecho a la salud, a la intimidad, a tener un lugar donde descansar, a la protección; que reivindican el derecho a la vida y también el derecho al recuerdo. 80 latidos de luz para verlo claro y, de una vez por todas, impulsar acciones y políticas que garanticen el derecho a un hogar. Andras, Ilias, Corneliu, Isabela, Miguel… siempre seréis luz”, cierra el manifiesto.

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