
La primera gran serie del 2023 es The Last of Us que se emite en HBO Max y que en su tercer episodio nos ha contado una historia muy bonita, un poco apartada de la trama principal y que está basada en unos personajes que salían en el videojuego en que se basa la serie. Porque la serie es una adaptación de un videojuego que salió en 2013 y que desde entonces ha sido una de las franquicias más importantes para Playstation.
Neil Druckman es el creador del juego (en un sentido amplio, ya que un juego es el resultado del trabajo de muchas personas) y es él mismo quien se encarga junto a Craig Mazin (Chernobyl en HBO Max) de adaptar este juego para la serie. En otras palabras, la misma persona que estaba detrás del juego está ahora tras las cámaras de la serie, como punta de lanza de la adaptación. No es un cargo honorífico de esos que se ponen para que cobre un poco más, o para que parezca que la serie cuenta con el sello de aprobación del autor original, no. Neil Druckman es el showrunner de The Last of Us en HBO Max junto al ya mencionado Mazin.
Todo este pretexto es para ir cerrando sobre el tema principal que quiero comentar hoy, además de recomendar encarecidamente la serie en caso de que quede alguien que no la esté viendo. Y es que en este tercer capítulo ha habido un caso de review bombing muy evidente. El Review Bombing es cuando algún grupo se organiza online para dar una valoración negativa a algún producto. Por ejemplo, le acaba de pasar a Pablo Motos por un comentario poco afortunado sobre un cantante coreano.
En el momento de escritura de este artículo (madrugada del 3 de febrero) estos son los datos que podemos obtener en la web más popular para información de cine y televisón imdb.com cuando vamos episodio por episodio a ver las valoraciones de los usuarios.


He creado dos gráficos distintos para eliminar el factor de la participación ya que al haber recibido una campaña negativa, normalmente se intenta compensar con otra positiva. Pero igualmente en las gráficas porcentuales no quedan dudas del ataque de comentarios negativos. En el primer y segundo episodio apenas hay una nota baja. Sin embargo en el tercero es casi un 30%.
Los que siguen la serie ya saben qué ha pasado aquí, pero quizá algún lector no está al tanto de lo ocurrido en este tercer episodio que de una forma muy escueta he descrito al inicio del artículo. Resulta que la historia que nos cuenta “Mucho mucho tiempo” (título del 1×03 de The Last of Us) es la de un survivalista (o prepper) de esos que están siempre preparados por si ocurre un desastre, y como este señor, Bill, fue capaz de vivir alejado del mundo una vez ocurrió el desastre sobre el que trata la serie. Pero también nos cuenta como Bill en esta situación encontró el amor, concretamente el amor de Frank, otro hombre.
Que la historia de amor que nos cuenta el episodio sea una historia homosexual es para la mayoría de personas algo anecdótico. Lo que nos cuenta es precioso independientemente de la orientación sexual de ninguno de los protagonistas. Las interpretaciones son sublimes, el desenlace te rompe el corazón y el guión está a la altura de las circunstancias. Además la relación homosexual ya era evidente en el videojuego base, aunque el desenlace es distinto ya que en el juego la trama se centra en los protagonistas principales y no se puede parar 40 minutos en unos secundarios.
Que los personajes sean gays en el juego original, que el creador del juego sea también el de la serie, que las interpretaciones sean buenas, que la historia sea bonita, etc. no ha sido suficiente para luchar contra la homofobia que transpiran estas campañas de review bombing. La excusa siempre será otra, poca gente va a admitir que le molesta ver a homosexuales, y especialmente a gays, felices y en relaciones agradables. La guerra contra la “inclusión forzada” y todo lo “woke” en el entretenimiento no es más que una capa necesaria para poder tapar el racismo, la homofobia, el machismo y demás actitudes tóxicas que siguen estando entre la población, pero que de alguna manera han aprendido a que es mejor no decirlo en voz alta.
The Last of Us no es la primera serie en verse atacada por este sector retrógrado, de hecho pocas son las películas o series que se salvan de estos ataques. Especialmente las que tienen algún otro contenido anterior en el que se basen. En Velma (HBO Max) han reimaginado el personaje de Scooby Doo como una chica bisexual desi-americana ya que la actriz de voz y creadora de la serie Mindy Kaling (The Office) es nacida de padres índios. Os animo a clicar y ver sus notas en imdb. En “Los Anillos del Poder” (Prime Video) tuvieron la desfachatez de hacer que la protagonista fuera una mujer guerrera y que un elfo tuviera la tez oscura, ya os podéis imaginar lo que pasó. Podríamos poner casos y casos de series o episodios concretos en los que hay review bombing, pero prefiero poner otro ejemplo de una serie que no funcionó muy bien. First Kill (Netflix) trata sobre una vampira y una cazavampiros que empiezan una relación. Obviamente una relación lésbica que se verá afectada por los roles que tienen cada una en ese mundo. Una serie bastante fallida que se canceló al final de la primera temporada, actrices muy mediocres con ninguna química entre ellas. Sin embargo si vemos sus valoraciones no detectamos ningún indicio de review bombing. Y es que si el producto está diseñado como serie de lesbianas entonces ya no molesta tanto? O es que si no es una serie de máxima difusión no les llega a los odiadores profesionales? El caso de Ana Bolena de AMC+ es otro paradigmático. Se contrató a una actriz negra para interpretar a la segunda esposa de Enrique VIII y la campaña fue tan grande que la propia web censura los resultados.
Siempre que se adapta un material anterior, ya sea una novela, una peli anterior, otra serie, un videojuego o un evento histórico, se van a hacer cambios. Natalie Dormer (Game of Thrones) también interpretó a Ana Bolena, y lo hizo con sus preciosos ojos verdes, algo que el personaje histórico nunca tuvo. No le pusieron lentillas marrones para ser más fieles al original. Sin embargo nadie se quejó. Si los únicos cambios que le molestan a un espectador son aquellos que tienen que ver con la raza, el sexo o la orientación sexual… ese espectador no tiene problemas con los cambios, tiene problemas con las razas, los sexos y las orientaciones sexuales. Y un caso como el del tercer episodio de The Last of Us es una evidente muestra de ello.
P.S. Vean The Last of Us
