En esta entrevista, Camats remarca que la sociedad debería tener más información para defender sus derechos ante las instancias europeas, y se marca como reto que las escuelas tengan material y recursos actualizados y estimulantes para transmitir al alumnado qué implica formar parte de la Unión Europea y, a la vez, fomentar el espíritu crítico.
¿Qué pretende la Fundació Catalunya Europa?
Pretende ser una entidad europeísta que promueve, conectando con la misión fundacional de Pasqual Maragall, sus valores de la defensa de la paz y de la estabilidad democrática, como sistema y, a la vez, también del bienestar y de la justicia social. Catalunya también tiene mucho que aportar a Europa, somos una sociedad diversa, con iniciativa y emprendedora. Es como una vía de tren en dos direcciones: nosotros podemos aportar, pero, a la vez, también nos enriquece este diálogo con el resto de los pueblos europeos y con el trabajo de construcción de una unión entre todos estos pueblos.
¿Cómo se pueden transmitir estos valores desde las aulas?
Con la historia de la construcción europea, con la historia de los hechos, de las causas y de los efectos de las instituciones europeas. ¿Por qué se crea la Comisión Europea del Carbón y del Acero (CECA) justo después de la Segunda Guerra Mundial? La Comisión Económica Europea también tiene este objetivo de mercado común, todo con la idea de la fundación de la Unión Europea, de la Comisión Europea en este momento. Es después de una guerra mundial, que fue sobre todo una guerra europea, cuando se intentaron establecer las bases para que tuviera lugar la paz y el crecimiento económico y evitar así de nuevo un conflicto armado.
Este origen de la Unión Europea y los efectos se explica bastante bien, pero seguramente trabajamos poco qué quiere decir la ciudadanía europea, que quiere decir no solo ser ciudadano legal de tu país o del lugar en el que vivas, sino qué derechos tienes por el hecho de ser europeo, qué obligaciones, qué significa formar parte de una ciudadanía de toda la Unión Europea. Y eso, seguramente, se explica poco. Y se explica poco qué significaría a día de hoy no ser miembro de la Unión Europea y qué diferentes serían nuestras vidas cotidianas.
¿Cuáles serían estos derechos, o privilegios en comparación con otros países, que tenemos y de los cuales no somos bastante conscientes?
Más que privilegios, es decir, son privilegios si tenemos en cuenta las condiciones de vida materiales y los derechos de buena parte del mundo occidental desde el punto de vista climático o energético, diría que tenemos que ser conscientes de que nuestro nivel de bienestar se da a costa sobre todo del bienestar del resto del planeta y del planeta mismo. No es imputable a la Unión Europea como tal, sino al propio hacer de nuestras sociedades y de nuestros países. En todo caso, como ciudadanos de la Unión Europea, probablemente lo que es más visible es la movilidad. Nos podemos mover de manera libre sin tener que cambiar de moneda ni de pasaporte ni pasar fronteras tanto si vamos a trabajar, como si vamos a estudiar o de turismo, y esto es un elemento muy reciente de nuestra historia.
Otro elemento evidente es nuestra garantía de derechos y de libertades. Como ciudadanos y ciudadanas europeos, más allá de nuestros sistemas de derechos nacionales, también estamos protegidos por la Unión Europea, podemos protegernos de los abusos del nuestro propio estado en tribunales de la Unión Europea. O podemos pedir la protección de la Unión Europea si consideramos que nuestros derechos han sido vulnerados o si consideramos que hay una legislación o un derecho en nuestros estados que vulnera nuestras libertades.
Podemos pedir la protección de la Unión Europea si consideramos que nuestros derechos han sido vulnerados
La Unión Europea también vela por el desarrollo económico de los estados miembros y, por lo tanto, cierto nivel de crecimiento, de protección y de cohesión social. Es cierto que esto no siempre se ha hecho, el papel de la Unión Europea en la resolución de la crisis del 2008 es más que cuestionable cuando se rescató a según qué gobiernos. El caso griego es quizás el más evidente, pero también el propio estado español, cuando se impone la estabilidad económica por encima de todo y a cambio de sacrificios de parte de la población. También tenemos que ser críticos.
Si las personas ven vulnerados sus derechos, pueden recurrir a las instancias europeas, pero la gran mayoría de la ciudadanía no sabe qué se tiene que hacer. ¿Hace falta una educación institucional desde que somos pequeñas para saber defender nuestros derechos?
Yo creo que sí, que todas tendríamos que saber que la última instancia judicial en nuestro país no es solo el Tribunal Constitucional, es también el Tribunal de Justicia de la Unión Europea para algunos temas. Del mismo modo que tenemos que poder saber que con la recogida de firmas podemos empezar una iniciativa legislativa a Catalunya y con unos cuántos miles de firmas más lo podemos hacer a nivel del estado y con muchos miles de firmas de varios países podemos hacer una iniciativa en el Parlamento Europeo. Tendríamos que poder incorporar en nuestro conocimiento la posibilidad de ser actores principales y actores políticos y ciudadanos europeos desde este punto de vista de proteger nuestros derechos y tener iniciativa política y de dirigirnos directamente a las instituciones.
Esta visión europeísta de diversidad, ¿se contradice con lo que ocurre con procesos migratorios de personas que vienen a Europa, como los intentos de personas para cruzar el Mediterráneo?
Cuando hablamos de Unión Europea hablamos de una unión política pequeña y sobre todo de una unión de mercados y de una unión económica; es decir, que hemos ido muy deprisa en la unión económica y vamos más despacio en otros tipos de coordinaciones, como por ejemplo a nivel político y especialmente en todo aquello que tiene que ver con el exterior, como la inmigración y la seguridad. Lo estamos viendo ahora con el conflicto con Ucrania, que apenas empezamos a coordinarnos. Tampoco la Unión Europea puede imponer su criterio como institución, sino que todavía prevalecen el criterio y la decisión de los estados individualmente. Por lo tanto, a pesar de que a veces hablamos de políticas europeas, muchas veces es la suma de la política de cada uno de sus 27 estados miembro.
Cuesta mucho que haya consenso en temas de política exterior y aquí prima mucho todavía el criterio de los estados miembros y mucho menos la opinión del Parlamento, que sí que tiene unos posicionamientos mayoritarios siempre, en general, a favor de la acogida y la apertura de las fronteras de la Unión Europea.
¿Sería el punto más polémico?
Todo lo que supone ceder soberanía es polémico para los estados. En su momento lo fue muchísimo el hecho de abrir las fronteras por lo que suponía en términos de seguridad territorial. Cada paso que se hace desde el punto de vista de la integración territorial y de ceder soberanía a una institución, en este caso, superior, que es la Unión Europea, es conflictivo y polémico dentro de los estados; pero cada paso que se ha hecho en este sentido demuestra que la dirección es la buena porque más Europa significa siempre más bienestar, más paz y más seguridad.
Cuesta mucho que haya consenso en temas de política exterior y aquí prima mucho todavía el criterio de los estados miembros
En este sentido, sobre la mesa está la integración, la inmigración y todo el tema de la seguridad europea. ¿Qué significa seguridad? ¿Cómo podemos garantizar la paz si eso pasa irremediablemente por tener un ejército europeo que nadie quiere o si eso significa delegar la seguridad en manos de la OTAN que tampoco parece que tenga que ser así? Entonces, ¿qué quiere decir apostar por la paz a nivel europeo como actor internacional?
¿Qué proyectos educativos tiene la fundación?
Tenemos tres premios orientados a diferentes niveles de educación y formación. Impulsamos uno en las escuelas sobre la idea de qué es para ti Europa, que tiene una categoría individual y de grupo, en categoría de fotografía o video. Tenemos uno sobre trabajos de investigación de bachillerato sobre temas relacionados con las instituciones europeas que se llama Premi Europa Jove que impulsamos junto con la delegación de la Comisión Europea en Barcelona y que, además de la dotación económica, ofrece la posibilidad de visitar las instituciones europeas. El tercero es a nivel universitario e impulsamos un premio de investigación al trabajo de grado o de doctorado y hay otra categoría sobre ensayo o investigaciones inéditas; en ambos casos pueden ser trabajos que toquen temáticas relacionadas con el pensamiento, la acción o las áreas de trabajo de Pasqual Maragall que incluyen temas alrededor de las ciudades.
¿Cómo afectan las diferencias territoriales de las ciudades a la segregación escolar?
Las escuelas forman parte de un contexto que se nutre de oportunidades y también de la realidad con la que tenemos que trabajar y la principal es su alumnado. Una de las cosas que se priman es la proximidad, por una cuestión no solo de practicidad sino porque forma parte de su entorno. Esto determina la caracterización de las escuelas y el urbanismo acaba reflejando que la concentración de determinadas características en un barrio también se acaben reproduciendo en las escuelas. Si hablamos de población con dificultades económicas, con mucha diversidad o con mucho poder adquisitivo, esto se refleja en las escuelas de aquella zona y, efectivamente, cuando hablamos de concentración de población con dificultades, esto se reproduce en centros en los cuales se concentra alumnado que tiene dificultades o porque acaba de llegar, o porque no conoce la lengua… Hay todo un trabajo de identificar cuáles son aquellos centros que necesitan un apoyo complementario y que tienen más dificultades.

Desde la Fundación, no nos dedicamos a hacer actividades en las escuelas, nosotros promovemos la investigación e intentamos dar visibilidad en los estudios y los datos para ayudar a diseñar las políticas o las medidas adecuadas para trabajar los temas de segregación o tantos otros. Recientemente, hemos publicado un libro de Toni Rodon, ganador del Premio Ayuda en la Investigación Legado Pasqual Maragall 2020, sobre segregación y comportamiento político.
Desde que se creó la Fundación en 2007, ¿cuáles serían los ítems más destacados?
La Fundación es una entidad con vocación de ser una entidad referente en materia de Europa en nuestro país y lo que ha trabajado mucho también es el trabajo alrededor de las grandes concentraciones urbanas, no solo de la ciudad hacia adentro y lo que tiene que ver con urbanismo, movilidad y vivienda, sino también de la ciudad hacia fuera, hacia las áreas metropolitanas, así como las redes de ciudades. Es esta idea de Pasqual Maragall de hablar incluso de Europa como esa red de ciudades y, por lo tanto, del espacio de gobernanza de las áreas metropolitanas. Esto es lo que hemos priorizado, la mirada de ciudad y la mirada europea. Después, desde la propia Fundación, se ha añadido que somos nosotros quienes gestionamos el legado político de Pasqual Maragall, lo que implica también la investigación, los premios y las publicaciones para difundir su pensamiento o sus acciones.
Como nueva directora desde el pasado mes de febrero, ¿qué retos te planteas en esta nueva etapa?
Más allá de dar continuidad al buen trabajo que hace la fundación, yo creo que mi prioridad es dar más visibilidad e incidencia al trabajo que hace la fundación porque se ha hecho muy buen trabajo, y se hace, pero todavía es poco visible y sin visibilidad es difícil tener incidencia, es decir, ir a producir cambios y ayudar a hacer transformaciones. Creo que tenemos que ser más visibles para tener más incidencia y más capacidad de transformar, de ayudar de llegar a más lugares, no solo a nivel institucional sino a nivel ciudadano.
Y eso, ¿cómo se hace? ¿Con más red?
Una manera es trabajar más en red y en colaboración con más organizaciones y entidades. Catalunya es un país muy rico desde el punto de vista de la sociedad civil, del tejido social, de las iniciativas, incluso a veces individuales, de gente animada y con ganas de aportar y, por lo tanto, nosotros, con toda la modestia pero también con toda la contundencia, intentaremos articular la red y conectar cuanto sea posible porque solo no tiene ningún sentido trabajar y, en cambio, juntos podemos hacer cosas mucho más potentes.
Tenemos que ser más visibles para tener más incidencia y más capacidad de transformar
Un objetivo que me he fijado de cara en los próximos cursos, en materia de educación, es que, a nivel no solo curricular sino de recursos, las escuelas dispongan de materiales actualizados y estimulantes para poder transmitir esta idea de Europa como un espacio de referencia de ciudadanía, con unos valores compartidos, y como un espacio atractivo que hay que conocer pero que también hay que defender porque la Unión Europea es un poco como la democracia, que a veces la damos por amortizada, la damos por sabida, la damos por hecha, pero hay que defenderla cada día porque el impacto que sería vivir sin democracia o sin Unión Europea sería muy grande en nuestras vidas y mucho peor.
¿Qué otros proyectos existen a medio plazo?
Vamos a poner en marcha una campaña de participación de la ciudadanía sobre difusión de lo que son las instituciones y, sobre todo, las vías de participación de la ciudadanía europea, que pasan por poner énfasis o por poner luz en el próximo periodo de julio a diciembre, que será el de la presidencia española de la Unión Europea; y a partir del mes de enero hasta mayo, que será época preelectoral porque el mayo del año que viene tenemos elecciones europeas, con esta mirada puesta tanto en la presidencia como en las elecciones, con la idea de abrir una pequeña ventana para que la gente conozca los valores de la Unión Europea, las maneras de participar y de abrir el debate europeo.
El objetivo es sobre todo el de ser conscientes de qué implican estos derechos y deberes de los ciudadanos y estas garantías, qué significa ser ciudadano europeo, pero también la posibilidad de dar tu opinión y la posibilidad de ser un garante de que la Unión Europea continúe haciendo cumpliendo los objetivos de garantizar más democracia, más seguridad y más bienestar.
¿La crítica forma parte del proceso?
La defensa de la idea de Europa o la defensa de seguir construyendo la Unión Europea hoy pasa mucho por ser críticos también con la Unión Europea; es decir, no es solo una defensa ciega por el simple hecho de la existencia, sino que al final la Unión Europea tiene que ser un instrumento para mejorar lo que en su momento se impulsó, que es la paz, la seguridad, la democracia, los derechos humanos y el bienestar, que hoy también es cohesión social y justicia social. Si no hay un contacto permanente con estos objetivos, tenemos que señalar a la Unión Europea y tenemos que señalar a las instituciones europeas diciendo que se están desviando y no responde a los valores fundacionales porque se deja a una parte de la ciudadanía europea desamparada.
La mejor manera de defenderlo es precisamente siendo críticos en aquello en que la Unión Europea no responde a los valores por los cuales es originada y fundada, y en esto la ciudadanía tenemos mucho que decir.