La instalación de aires acondicionados y el envío de ventiladores en los centros educativos públicos de Catalunya son algunas de las medidas que este mes de mayo se están intensificando, priorizando los edificios más sensibles y el alumnado más vulnerable.

Las guarderías y las escuelas de educación especial son los primeros objetivos, tal como avanzó a principios de mes el conseller de Educación, Josep Gonzàlez Cambray, en sede parlamentaria.

Además del envío masivo de ventiladores, se ha puesto en marcha la instalación de aires acondicionados en algunos espacios de un centenar de centros, según las zonas climáticas, las características arquitectónicas y la antigüedad.

“Facilitaremos y acompañaremos a los ayuntamientos, bajo el principio de cooperación, que soliciten climatizar espacios comunes en centros de su titularidad patrimonial”, aseguró el consejero, explicando que una cincuentena de ayuntamientos ya lo han hecho, entre ellos, Barcelona, l’Hospitalet, El Prat, Torres de Segre y Sitges.

“No lo haremos de un día para otro, pero estamos ocupados y preocupados en adecuar los centros educativos a las altas temperaturas”, remarcó. Más de 500 edificios ya han tomado medidas por iniciativa de los ayuntamientos, de las escuelas o de las asociaciones de familias de alumnas (AFA).

La posibilidad de no hacer clase durante los picos de calor está sobre la mesa. Durante las olas de calor, las direcciones de los equipamientos afectados recibirán un aviso del Meteocat a través de la aplicación Telegram y podrán parar las clases, manteniendo el horario de apertura.

La guía de actuación para los centros educativos para hacer frente a las altas temperaturas propone flexibilizar la actividad lectiva dentro del mantenimiento del horario de apertura del centro, de forma que las direcciones pueden decidir si dar o no dar clases.

Se espera que la nueva remisión de 2.500 ventiladores en los centros a mediados de mayo, que se suma a una primera en que repartieron 2.424, sirva para normalizar la situación. El objetivo es “climatizar algunos de los espacios comunes para compensar las altas temperaturas”, para dar respuesta a la demanda de los centros, teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad.

En años anteriores, ha habido otras medidas como transformaciones de patios y aislamientos, instalación de cubiertas, y mejoras de ventilación y protección. Según las previsiones, en cinco años, los 800 centros de titularidad patrimonial de la Generalitat tendrán como mínimo una sala de tipo polivalente con aire acondicionado, y el resto de guarderías y escuelas que no son de su propiedad también irán en esta dirección.

El plan incluye una prueba piloto en 15 centros con tecnología ‘free-cooling’, un sistema de climatización del cual se evaluará la eficiencia según las características climáticas.

Barcelona

Por su parte, el Consorcio de Educación de Barcelona (CEB), formado por Ayuntamiento y Generalitat, ha elaborado el Programa de confort ambiental de los centros educativos públicos de Barcelona para paliar el calor en las aulas de 234 centros de infantil, primaria, secundaria y bachillerato.

Se trata de un programa enmarcado en el Plan de Eficiencia Energética de los centros educativos de Barcelona (PEE), en vigor en el CEB desde 2016, que desde entonces ha realizado más de 900  actuaciones, como sensorización de los edificios, transformación de patios en refugios climáticos, ahorro energético, gestión eficiente de los suministros, telecontrol, instalación de placas fotovoltaicas, implantación de energía renovable, renovación de los sistemas de calefacción o sustitución de calderas.

Actuaciones para paliar el calor en los centros educativos de Barcelona desde 2016 | CEB

La gerente del CEB, Mercè Massa, y el director de equipamientos educativos, Antoni Garcia, han recordado las olas de calor de 2017, 2019 y 2021, así como la tendencia a que haya más meses de calor y que las puntas de altas temperaturas cada vez sean más elevadas, además del efecto “isla de calor” de una ciudad como Barcelona. Esto hace necesario habilitar muchos de los centros educativos cuando llegan los meses de más sol.

Para hacerlo, el programa de confort ambiental tiene en cuenta la ubicación y la orientación del edificio, así como la altura topográfica, el entorno urbano, el año de construcción, la estructura, la distribución, los materiales, el estado de mantenimiento o si se trata de un edificio antiguo o de nueva construcción.

El plan propone soluciones globales que vayan más allá de los meses de calor o de frío, basándose en que los edificios sean más eficientes y sostenibles que tengan instalaciones térmicas renovables y domotizadas. Así, prioriza el uso de energías renovables, preferiblemente solar, con red de fotovoltaicas propias y comunitarias. También apuesta por conseguir la excelencia técnica de los edificios con certificados CEE A y por tener un sistema térmico integral domotizado.

Actualmente, hay 36 instalaciones de placas fotovoltaicas y, según las previsiones, se añadirán cada año en 10 centros más. Hay otras medidas concretas, como ventilación nocturna, poner toldos, instalar fuentes y puntos de agua, renovar carpinterías exteriores y acristalados, aislamiento térmico de cubiertas y fachadas, colocar ventiladores portátiles para que haya dos por aula y también ventiladores de techo.

Las actuaciones previstas en vista a este verano empezaron en abril y se espera que acaben durante el mes de mayo. El Ayuntamiento destina 3,5 millones de euros, que se suman a dotaciones que también proceden del Plan de Barrios o del Fondo React, mientras que la Generalitat se encarga de los edificios de secundaria.

De los 234 centros afectados, hay cinco categorías en función de sus necesidades. Un total de 26 centros están considerados de máximo impacto y tienen condiciones ambientales extremas. Se trata de 15 escuelas, ocho centros de secundaria y tres institutos-escuela.

También hay 45 centros de alto impacto, 107 de impacto moderado, 40 de bajo impacto y 16 sin impacto, que ya tienen unas buenas condiciones técnicas.

Distribución de los centros educativos de Barcelona según el impacto de las altas temperaturas | CEB

AFA

El pasado 20 de abril, las AFA de Barcelona firmaron un manifiesto contra el calor en las aulas en que reclamaban medidas contundentes. El documento contó con el apoyo de 164 asociaciones de familias, 58 direcciones de escuelas e institutos, Asociaciones Federadas de Familias de Alumnas de Catalunya (aFFaC) y los sindicatos CGT Enseñanza, Federación de Educación de CCOO, UGT Catalunya y USTEC-STEs.

Las AFA puntualizaron que los ventiladores de pie no son la solución definitiva y que el problema se tiene que resolver a largo plazo. El manifiesto denuncia que durante los meses de verano en los centros educativos “se pone en riesgo la salud de niños y trabajadores”.

Entre las medidas que proponen, figuran definir un plan para instalar sistemas de renovación de aire, o que haya más árboles para generar sombras. Las AFA alertan que el cambio climático obliga a estar preparados para veranos más largos y calurosos: “Hay que empezar a climatizar las escuelas que lo necesiten”.

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