El alumnado de enfermería que trabajó durante la pandemia sanitaria de la covid-19 sufrió ansiedad y estrés a causa del exceso de responsabilidad, falta de información sobre sus contratos, incertidumbre académica, carencia de equipos de protección individual, miedo a contagiarse y también temor a infectar sus familiares.
Así lo indica un estudio liderado por la Universitat de Lleida y el Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida), publicada en Journal of Clinical Nursing, que ha contado con financiación del Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de Lleida (COILL) y en el cual también ha tomado parte personal investigador de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), la Universidad de Murcia y el Hospital Clínico de Santiago de Compostela.
El análisis, “From students to nurses under pressure: Nursing students’ entry into employment during the first covid-19 wave” (De estudiantes a enfermeras bajo presión: inserción laboral de los estudiantes de enfermería durante la primera ola de la covid-19), ha detectado diferentes aspectos negativos en relación a la inserción laboral del alumnado antes de finalizar la carrera y durante una crisis de salud pública.
Así, un 18,5% de las personas que han participado en el estudio destaca que sufrió incertidumbre, ansiedad, estrés y falta de preparación psicológica, mientras que un 17% remarca la falta de apoyo legal o el hecho de no pertenecer a un colegio oficial de enfermeras, y otro 17% pone de manifiesto que sus contratos temporales eran poco definidos. La situación sobre la organización de las contrataciones la definen como “caótica, repentina y carente de garantías en algunas ocasiones”.
Las mismas cifras indican que el 51% del alumnado fue notificado un día antes de empezar a trabajar; el 42% no recibió ningún tipo de formación específica para protegerse del contagio y el 84% atendió a pacientes con covid-19 confirmado o sospechoso.
El miedo a contagiar
La incertidumbre laboral fue un quebradero de cabeza más dentro del impacto emocional de la pandemia, y es que la investigación indica que el 25% del alumnado experimentó estrés, el 15%, ansiedad y el 54% se sintió preocupado con frecuencia o muy a menudo.
Entre los síntomas que relatan figuran palpitaciones (35%), pesadillas (30%), dolor de estómago o indigestión (31,5%), problemas para dormir (29%) y dificultades de concentración (26%).
También destaca la preocupación a contagiarse (75%) y a contagiar el virus a familiares o personas convivientes, siempre presente en el 34% y frecuente en el 22%.
Emociones positivas
El alumnado ha explicado que trabajar en medio de una crisis sanitaria mundial aportó aspectos positivos a nivel laboral y emocional, como la adquisición de experiencia (28%), el orgullo de haber podido ayudar (8%), y el espíritu de equipo (4%).
La investigación apunta que durante la primera oleada de la pandemia, de marzo a mayo del 2020, “los estudiantes de enfermería participantes empezaron a trabajar en entornos de atención médica, en su mayoría con contratos de asistente de atención médica, con el deseo de ayudar en esta situación de emergencia”.
Profesionalidad
Como conclusión, subraya que “ejercieron un papel importante en la atención de la salud y demostraron una gran profesionalidad”. “Permitir que los estudiantes de los últimos años de sus carreras accedan a trabajos en entornos de atención médica, en particular como auxiliares de atención médica, fue beneficioso para su capacitación para responder las crisis de salud pública, para las enfermeras compañeras que recibieron apoyo en medio de la escasez de personal calidad, para el resto del equipo de salud, y para los propios pacientes, que contaban con más profesionales de enfermería para atenderlos en un contexto de carencia importante”, añade.
El estudio pone de manifiesto que, si bien la actitud estudiantil fue “loable”, las universidades tienen el “deber moral y legal de proteger la salud y el bienestar de sus estudiantes, así como lidiar con las consecuencias emocionales de este trabajo”.
Para la elaboración de esta investigación, se contactó con un total de 413 estudiantes de tercero y cuarto del grado de enfermería de la UdL, la UAM y la UPV-EHU, de los cuales 92 habían empezado a trabajar como auxiliares sanitarios durante la primera oleada de la pandemia. Este último grupo, con un 83% de mujeres y un 17% de hombres y una media de edad, es el que ha respondido un cuestionario on line que contenía escalas validadas de ansiedad y estrés.