1. No té veré morir de Antonio Muñoz Molina

Durante su juventud, Gabriel Aristu y Adriana Zuber vivieron un amor intenso que la dictadura separó durante cincuenta años. Ella se quedó atrapada en la España de Franco, mientras que él triunfó profesionalmente en los Estados Unidos. Ahora, en su vejez, se reencuentran y reviven momentos del pasado, a pesar de que se enfrentan a desilusiones que ha traído el tiempo. La novela explora temas como la memoria, el olvido, la lealtad, la traición y la persistencia del amor. Una historia que retracta la pasión frustrada por la vida y un bello retrato de la vejez. Una novela que “rompe la visión romántica de un amor platónico y que le da un criterio de realidad”, según el secretario general de CCOO, Javier Pacheco.

2. Estabamos allí de Josep Maria Rodríguez Rovira

Un libro que narra experiencias de la lucha sindical durante el franquismo hasta la recuperación de la democracia, unos años convulsos que marcaron la historia reciente del país. “Un libro importante por la memoria de la clase trabajadora, de un tiempo y de un país, y por lo que aporta de infraestructura historiográfica: rigor cronológico y de archivo con vivencias personales”, según el periodista y director de la Fundación Cipriano García de CCOO, Marc Andreu.

3. Vita contemplativa de Byung-Chul Han

Un ensayo que hace elogio de la inactividad. Un poderoso llamamiento a abandonar la vida hiperactiva para recuperar el equilibrio y la riqueza interior. El autor asegura que como sociedad estamos perdiendo la habilidad de estar sin hacer nada. Nuestra vida está absorbida por la actividad constante, hasta el punto de agotarnos por completo. Ver la vida en términos de productividad supone negarse la inactividad, lo que para Byung-Chul Han es una capacidad fascinante por sí misma. Propone una nueva forma de vida que incorpore momentos de contemplación. Momentos que ayuden a abordar la crisis social y frenar la autoexplotación y la destrucción de la natura. Para Camil Ros, secretario general de la UGT, es “un alegato a pararnos para vivir mejor”.

4. Postcrecimiento. La vida después del capitalismo de Tim Jackson

Para el autor la obsesión por el crecimiento exponencial y el consumo desmesurado nos ha llevado a niveles extremos de desigualdad social, inestabilidad financiera y una crisis medioambiental sin precedentes. El ensayo ganador del Premio Eric Zencey 2022 en Economía Ecológica reflexiona sobre las condiciones necesarias para una vida más allá del capitalismo. Propone construir una economía futura basada en tecnologías y energías renovables, condiciones laborales justas, una gobernanza transparente y la protección de los recursos sociales y medioambientales, en lugar de su explotación sistemática. Un planteamiento que implica empresas comprometidas con el bien común y en armonía con la naturaleza. “Entre el colapso y el decrecimiento hay más caminos para construir un mundo mejor”, defiende Camil Ros. El fin del crecimiento económico no significa el fin del progreso social. “Postcrecimiento” es un llamamiento a cambiar el estilo de vida y el sistema para priorizar nuestras acciones y el valor de las relaciones humanas por encima de los beneficios económicos y el poder.

5. El Barracón de las Mujeres de Fermina Cañaveras

La novela relata la historia de Isadora Ramírez, una mujer que, con su madre y tía, abandonó España el 1939 para buscar a su hermano. En un relato en primera persona narra la experiencia de las pérdidas vividas durante la Guerra Civil y el drama de convertirse en prostituta en el campo de concentración de Ravensbrück. La narración está dirigida a Maria, la nieta de Isadora, que busca comprender la historia familiar y descubrir la verdad. Una mezcla de personajes reales y ficticios que muestran el horror de la guerra y la resistencia de quienes lucharon contra el fascismo. Se abordan temas como la amistad, la fraternidad y la crueldad inimaginable vivida por los derrotados por la Guerra Civil y el exilio. La secretaría general de la USOC, Maria Recuero, lamenta que normalmente no se habla de las mujeres en los campos de concentración. “El libro hace reflexionar sobre cómo ha evolucionado la sociedad, pero todo el trabajo que todavía queda para hacer”, concluye.

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