Desde la fundación del Estado Israelí, el 14 de mayo de 1948, el territorio ubicado entre el río Jordán y el mar Mediterráneo no ha dejado de vivir en tensiones y conflictos. Existen diferentes versiones en ambos bandos que defienden férreamente sus posiciones, generando un conflicto incesante que perdura hasta nuestros días. Con constantes ataques, víctimas mortales, desplazados y refugiados. Este conflicto es cada día más latente, con el ataque sistemático hacia los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza. En este último territorio, la guerra ha conllevado al bloqueo de sus fronteras y ha dejado a sus pobladores atrapados en una pequeña superficie entre Israel, Egipto y el mar Mediterráneo. Este bloqueo por aire, mar y tierra fue impuesto inicialmente en el año 2007; no obstante, se ha venido intensificando desde el 2023, cuando el entonces primer ministro israelí, Yoav Gallant, ordenó el total bloqueo de las fronteras del enclave palestino, prohibiendo cualquier suministro de electricidad, alimentos y combustibles. Esto ha sumido a los gazatíes en un total caos, de ataques y muertes constantes, y de desabastecimiento de materias primas; lo cual ha conllevado a la generación de escasez de alimentos y acceso a la salud. Por tanto, muchas personas víctimas de este conflicto, han tenido que huir en contra de su voluntad, dejando sus tierras, pertenencias y recuerdos enterrados en medio de bombas y sangre.

A diario salen en las noticias informaciones de los atentados en medio oriente y de sus víctimas. Por ejemplo, en el medio France 24 Español, después de un nuevo atentado en Gaza, se puede observar el clamor y el dolor de un poblador palestino: “Ustedes en todo el mundo, lo que está pasando está mal. Tengan piedad de nosotros, detengan la guerra. Los niños están muriendo en las calles”, clamaba un ciudadano gazatí, luego de que su comunidad recibiera un nuevo ataque israelí, el cual mató a un niño de su familia. Actualmente, la cantidad de víctimas ya supera las 34,700 personas, según el Ministerio de Salud de Gaza, desde que se reactivó el conflicto el 07 de octubre de 2023. Muchas de estas víctimas son niños, madres y ancianos, que se vieron atrapados en un fuego cruzado que poco o nada tenía que ver con sus vidas.

Los niños en Palestina también claman por la paz | Pexels

Por consecuencia, muchos palestinos —que no han podido huir del territorio en conflicto—se han refugiado en la ciudad gazatí más meridional, Rafah, ubicada justo al lado de la frontera con Egipto. No obstante, en la noche de este último martes 7 de mayo, tanques israelíes entraron en esta ciudad, entre bombardeos y ataques a viviendas y campos de refugiados, a fin de apoderarse del cruce fronterizo y bloquearlo debido —según el ejército israelí— a sus “fines terroristas”. Ante ello, en una última entrevista concedida a CNN, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió que dejará de enviar bombas y munición de artillería a Israel si lanzan una invasión a gran escala en Rafah.

Víctimas del conflicto

Ramsis Hijazi, —un palestino refugiado en España, que logró huir del conflicto en 2021, después de vivir por años en un campo de refugiados en Cisjordania— relató el horror que han tenido que vivir sus parientes atrapados en medio del conflicto: “La mayoría de mi familia en Gaza ya está muerta. Yo tenía 32 familiares ahí, pero 27 de ellos murieron por los bombardeos, y 2 de ellos después murieron de hambre. Ahora solo quedan 3 familiares viviendo. Ellos estaban intentando salir de Gaza por Egipto, y después finalmente pudieron hacerlo, mediante un grupo de traficantes de personas”. Asimismo, Samy Awad, —palestino asentado en España desde hace más de 40, que vivió los inicios de este conflicto y desde entonces no ha dejado de luchar por la libertad palestina— ratificó el impacto y las víctimas de la guerra: “Toda mi familia está en Gaza. De todas las casas que teníamos ahí, ya no queda nada. Mis primos, mis sobrinos han muerto ahí. Es una masacre, es un genocidio lo que le están haciendo al pueblo palestino. Ahora hay gente sin medicamentos, mucha hambre, es horrible”. Por otro lado, Salah Jamal, —activista palestino originario de Nablus, Cisjordania, afincado en Barcelona desde 1967, y fundador de la Comunidad Palestina de Cataluña, España— afirmó que “todos tenemos familiares ahí y nos ha afectado a casi todos igual. Tenemos allá familiares, muchos heridos y casas destrozadas. Me afecta igual. Y la información que tenemos desde allá es interrumpida muchas veces, porque un día me contacto con ellos, y se corta la comunicación, y otro día quieres comunicarte de nuevo con ellos y no se puede”.

Los entrevistados son categóricos en afirmar que Israel viene cometiendo por muchos años varios abusos en contra de los palestinos: “Son más de 75 años que Israel está intentando exterminar a los palestinos, y todavía estamos aquí. Lo mismo que les hacían los nazis a los israelíes en la Segunda Guerra Mundial, lo están haciendo los israelíes contra los palestinos, pero sin las cámaras de gas. Ellos lo están haciendo con bombas en lugar de eso. Israel se está comiendo las tierras cada día, ese es el objetivo, más tierras cada día y con menos palestinos” declaró Hijazi. Por su parte, Jamal fue más allá y habló desde el origen de la fundación del Estado Israelí: “No se trata de una independencia de Israel, no existe tal. Se trata de un colonialismo de años por parte de Israel. Muchos de ellos se apoyaron en una ideología sionista y religiosa: ‘somos hijos de Dios y esta es la tierra prometida’, una idea un poco anacrónica. Israel está ocupando poco a poco más territorio a través de sus colonos. Yo personalmente, he vivido la tensión, el hostigamiento de parte de las autoridades de Israel. Ellos lo hacen con todos los palestinos para que nos marchemos. Ellos ya se han quedado con el 75% del territorio, ocupándolo con guetos, colonias, ciudades sitiadas, etc.”.

También los entrevistados explican la razón del apoyo de Occidente, sobre todo de Estados Unidos, hacia Israel, y su inacción ante la guerra y la muerte de tantas personas: “Antes pensabas que la gente en Gaza tenía derechos humanos, y que hay 22 países árabes para proteger a los civiles ahí, pero no han hecho nada. Solo palabras. No han hecho nada por ellos. Los derechos humanos no existen delante de los intereses de los superpoderes de Estados Unidos, Rusia y China, entre otros. Hablar mal de Israel sería como suicidio político para otros países. Después de la Segunda Guerra Mundial, cualquier crítica al gobierno de Israel se considera como antisemítico, antijudío”, reclamaba Hijazi. En ese aspecto, Jamal intervino: “Los colonialistas de Israel se autoconceden el derecho a la autodefensa para continuar ocupando, oprimiendo. Hamas es parte de la resistencia, es una organización religiosa. Igual en Palestina hay tres o cuatro organizaciones más que son laicas. Pero muchas personas siguen a Hamas porque es el más frontal en la resistencia, el que se planta ante el ataque israelí. Porque los palestinos no vemos otra solución más que la resistencia”.

Finalmente, los entrevistados coinciden en que la resistencia y la lucha por la solución debe continuar. En ese aspecto, Hijazi pide que se aplique la Ley Internacional: “¿Por qué no aplican la Ley Internacional? La ley dice que la gente que está en opresión, tiene derecho a hacer resistencia. Israel no está cumpliendo con ninguna Ley Internacional. Ellos son siempre una excepción. Para la membresía de Israel en las Naciones Unidas, existe la condición de que reconozca al Estado Palestino y a los derechos de sus ciudadanos, e Israel no está cumpliendo con esa condición. Lo que está haciendo Israel no es legal. La Ley Internacional solo se aplica para países del tercer mundo, pero las potencias no la aplican”.

Mientras que Awad no cree en una solución viable que no sea lograda a través de la resistencia del pueblo palestino: “Yo creo que no hay salida, solución. Yo ya no creo en las Naciones Unidas, en los Derechos Humanos. La única manera de luchar es con la resistencia. No hay que esperar del mundo árabe, del mundo islámico, ni del mundo europeo. La única manera de liberar a Palestina, al menos siguiendo los acuerdos de Oslo, es que el mismo pueblo palestino busque defenderse y luchar. A través de manifestaciones, guerras, enfrentamientos, todo tipo de resistencia, que las Naciones Unidas permiten. Hasta con lucha armada. Las Naciones Unidas permiten al pueblo que está ocupado luchar contra el ocupante”.

Por otro lado, Jamal cree en una solución atípica: “A Israel no le interesa cumplir con los tratados y las leyes internacionales, con la ONU, el Consejo de Seguridad. Todos han pedido que pare el fuego, el genocidio, pero Israel ni caso. Por eso, para una salida pacífica, yo no creo en la convivencia de los dos Estados. Palestina está tan cuarteada, tan desconectada, que no creo que pueda hacerse un Estado donde se junte a todos los palestinos. El territorio está totalmente desconectado. Yo pienso que la ONU debe tener un ejército neutral, que sancione y boicotee a Israel, hasta que se retire de este territorio. Pero como yo veo que eso es imposible, tiene que haber una reconciliación entre los dos pueblos, y convivir en un solo Estado. Tienen que pensar: ‘si venimos matándonos, vamos a reconciliarnos con igualdad de condiciones; no hay otra salida, para dejar de matarnos los unos a los otros´. Yo creo que debería haber un Estado en conjunto, en donde se respeten las diferencias”.

Finalmente, Ramsis Hijazi —con la voz ya resquebrajada— despide la entrevista dejando unas palabras a sus congéneres palestinos: “Sabemos que nuestra existencia en la tierra es resistencia. Es la última resistencia que tenemos. Israel está matando esta existencia para desaparecer la resistencia. Pero, a pesar de ello, y con mucho dolor, le pido al pueblo palestino que si tienen la oportunidad de salir de Gaza, que lo hagan; porque muchos están muriendo por nada, y solo se convierten en estadísticas”.

Al cierre de este reportaje, los tres familiares de Ramsis Hijazi que aún quedaban con vida lograron escapar de Gaza a través de la frontera con Egipto, antes de ser tomada por el ejército de Israel. A la vez que el pueblo natal de Salah Jamal, Nablús, en Cisjordania, ha vuelto a ser atacado por la milicia liderada por el gobierno de Benjamín​ Netanyahu. Mientras que Samy Awad continua con los reclamos y manifestaciones en contra del abuso israelí, bajo el lema #FreePalestine. Al igual que muchas personas alrededor del mundo, que se levantan y reclaman en contra del genocidio al pueblo palestino.

Manifestaciones globales a favor de la liberación de Palestina | Pexels
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