En 2029 volverá a haber elecciones europeas

En estas elecciones ha funcionado la circunscripción única, con voto proporcional y sin ningún porcentaje mínimo exigido para alcanzar representación. Si Ciudadanos ha perdido los 8 diputados que tenía no ha sido por no superar ninguna barrera electoral, sino por haber obtenido un resultado insignificante, el 0,69%.

En el año 2018 el Parlamento Europeo aprobó modificaciones en su ley electoral estableciendo que cada Estado con más de 35 diputados o con circunscripción única debe fijar un porcentaje mínimo que debe situarse entre el 2% y el 5%. Esta reforma no era aplicable aún a las elecciones del domingo. Pero, si nada cambia, el Congreso tendrá que decidir en los próximos tiempos qué porcentaje mínimo se establece para las elecciones de 2029. Además, el mismo Parlamento Europeo aprobó en 2022 un informe aún no aplicable para estudiar nuevas modificaciones (por ejemplo, el doble voto en cada Estado y en la Unión) que incluye la propuesta de que las circunscripciones donde se elijan más de 60 diputados (caso del Estado español) tengan una barrera electoral no inferior al 3,5% y no superior al 5%.

La decisión del Congreso sobre el límite preceptivo de entre el 2% y el 5% no será en ningún caso una opción neutral. Hay partidos españolistas que desde hace tiempo propugnan una reforma de la Ley electoral española para limitar o incluso eliminar la representación parlamentaria de los partidos independentistas. Y es evidente que intentarán aprovechar la ocasión para complicarles la presencia en Europa; y si de paso apartan algún partido de izquierdas, mejor que mejor. Pero también hay una izquierda que no es ajena a esta pulsión centralista: Pablo Iglesias, tan conciliador como siempre, y envalentonado por el apoyo volátil a Podemos de buena parte de los 127.000 votantes de la CUP en las últimas elecciones al Parlamento de Cataluña, se ha apresurado a pontificar que “Comuns y Compromís no tendrían posibilidad de obtener representación por ellos mismos”.

Aplicando la nueva normativa a los resultados de las elecciones de este 9 de junio, si el umbral hubiera sido del 5%, solo PP, PSOE y Vox habrían obtenido representación. Si el mínimo hubiera sido del 4%, Ara Repúbliques, Sumar y SALF tendrían eurodiputados, pero Podemos, Junts y CEUS (PNB) habrían quedado fuera. Si el porcentaje fuera del 3%, Junts y CEUS no tendrían ningún eurodiputado. Y si la barrera se situase en el 2%, quien quedaría fuera sería CEUS.

Es evidente que, sea cual sea el mínimo que se apruebe, diversos partidos tendrán que intentar ampliar alianzas. Es probable que volvamos a ver a Junts y el PNB compartiendo candidatura. Y, aunque no sabemos cuál será el escenario político de aquí a cinco años, Sumar y las formaciones aliadas que también han obtenido eurodiputado, como los Comuns y Compromís (y las que no lo han conseguido, como Izquierda Unida), pero también Podemos, que solo tiene cuatro diputados en el Congreso y dos en el Parlamento Europeo, y sufre un desierto organizativo y está ausente de las instituciones locales y autonómicas, tendrán que reflexionar, entre ellos y quizás más allá. De momento, Yolanda Díaz ha dado una lección a más de uno y de una. ERC, EH Bildu y el BNG, también tendrán que reflexionar: si han salvado los tres diputados, a pesar del batacazo de ERC, ha sido gracias a vascos y gallegos, lo que hace muy difícil que alguno de sus representantes dimita para dar entrada a Tomàs Molina, que se ha quedado sin el segundo escaño que tenían los republicanos. Todos tendrán que empezar a hacer política y números de cara al 2029.

La presión de la derecha y la extrema derecha será brutal. No hay que olvidar que el porcentaje del 5% funciona en las elecciones municipales y en muchas comunidades autónomas. Y que la barrera habitual es la del 3%, que se aplica en las elecciones generales y en las del Parlamento catalán, ya que Cataluña no dispone de Ley electoral propia.

En medio de muchas incertidumbres algunas fechas están claras: las elecciones europeas serán en junio del 2029; antes habrá habido, en mayo del 2027, elecciones municipales y en muchas comunidades autónomas. Y, en todo caso, si PSOE y Sumar pueden agotar la legislatura, esta debe acabar como máximo en el verano del 2027, dos años antes de las europeas. Fíjate, aquellos que desde el independentismo aseguran que es igual un gobierno de PSOE y Sumar que uno de PP y Vox, y que especulan en hacer caer al actual ejecutivo, o en no darle apoyo tras unas siguientes elecciones generales, pueden verse atrapados en la necesidad de mantener el gobierno progresista con quien pactar el límite menos perjudicial posible que podría ser el del 2%. ¿O tal vez podemos llegar a ver un pacto entre PP, Junts y PNB que, si Vox lo permite, incluya entre los puntos acordados el establecimiento de un umbral del 2% para las elecciones de 2029?