En Barcelona, 4 de cada 10 ciudadanos con problemas de visión deben elegir entre comprar gafas o llegar a fin de mes. En Barcelona, solo la mitad de las familias de clase trabajadora pueden pagar el comedor escolar para sus hijos e hijas. En Barcelona, morirse cuesta más que en cualquier otra capital del país: una media de 4.000€ por funeral que, en muchas ocasiones, los descendientes no pueden asumir. Estos son solo tres ejemplos de cómo el encarecimiento de la vida en los últimos años afecta el bolsillo de las barcelonesas que, en un contexto pospandémico, de guerra y de escasez de recursos, necesitan más que nunca un Ayuntamiento valiente que lidere políticas sociales y apoye a su ciudadanía.

Desgraciadamente, la deriva del Alcalde Collboni durante el primer año de gobierno del PSC en solitario ha sido la opuesta: recortar en servicios pioneros como el Vila Veïna o el canguraje municipal, dificultar el empadronamiento de las personas en situación de sinhogarismo, vender el espacio público a empresas y marcas de lujo y expulsar al vecindario. Decisiones que no se entenderían en ningún contexto, pero que son especialmente graves en un momento en que los precios de la compra se disparan y el alquiler medio está en su máximo histórico. Pero desde Barcelona en Comú seguimos apostando por el municipalismo, y por eso queremos negociar unos presupuestos que corrijan la deriva elitista de Collboni y devuelvan a Barcelona el liderazgo en inversión social.

Nuestras propuestas son bien concretas: queremos una óptica municipal que garantice gafas y lentillas a las personas vulnerables, porque ver no es un capricho sino un derecho. Con 2,5 millones de euros, lo mismo que ha costado el espectáculo de drones de la Copa América, podríamos atender a más de 50.000 barceloneses sin recursos. Queremos, además, que todos los comedores escolares de la ciudad sean gratuitos: no podemos perpetuar la brecha entre familias trabajadoras y familias de clase alta. La universalidad de los comedores garantizaría una alimentación saludable para los 165.000 niños y niñas que tenemos en la ciudad, lo que también se traduce en un mejor rendimiento escolar y más igualdad de oportunidades en su futuro. Por último, queremos una funeraria pública: lo ha reclamado la Síndica de Greuges y también lo reclama la ciudadanía, con un 77% de apoyo. Hablamos de un operador público, sin ánimo de lucro, que permitiría ahorrar más de 1.300€ por cada funeral.

El mensaje de Collboni nos ha llegado: quiere presupuestos municipales. Ahora, debe asumir también nuestro mensaje: queremos una Barcelona más social y cuidadora. Solo nos separan 300 votos, se trata de un empate, y los comunes usaremos este empate para recuperar un modelo de ciudad que pone a las barcelonesas por delante de las siglas y de los lobbies de la ciudad.

Share.

1 comentari

  1. No puedo identificarme como “sobreviviente del VIH” porque no estoy sobreviviendo. He conquistado la batalla del VIH con alternativas naturales. He derribado los muros del estigma, he luchado contra la discriminación, he superado los rechazos y las críticas. Han sido 12 años de Victoria, bajo la supervisión del Doctor Muna Remedies. Si puedo encontrar cura, consuelo y curación con los productos herbales naturales del Doctor Muna, cualquier persona con enfermedades crónicas o infecciones virales también podrá curarse. marvelspelltemple@gmail.com merece difusión para el público en general, Whatsapp +2347035449257