refugiados

Domenico Lucano es alcalde de Riace, un pueblo de Calabria (Italia) de 1800 habitantes. Hace 15 años eran 500. El escaso desarrollo de la región, la migración de jóvenes a zonas industrializadas y el control de la ‘Ndrangheta, condenaban a Riace a desaparecer. Hoy, gracias a Lucano, se ha reactivado la economía, impulsado cooperativas y comercios tradicionales que regentan personas migradas y refugiadas. Pero esta utopía de la convivencia ha llevado a Lucano a ser detenido, acusado de promover la inmigración ilegal.

Calabria es una tierra de contrastes y contradicciones. Lo que una vez fue la cuna de la civilización occidental, hoy es una región pobre, con altas tasas de paro y en gran parte controlada por la ‘ndrangheta (mafia calabresa). Pero es allí donde Domenico Lucano, el alcalde de Riace, desarrolló su política de puertas abiertas con migrantes y refugiados.