No era día para ir a la brega. La decisión de no declarar ante el Supremo e irse del país de Marta Rovira, secretaria general de ERC, ha marcado el pleno del Ayuntamiento de Barcelona este viernes. Hasta el punto de que el Gobierno de la ciudad primero ha evitado la votación de la conexión del tranvía –retirando la medida del orden del día a medio debate– y después ha suspendido el pleno. Todo para no chocar con Esquerra. “No queremos escenificar peleas, queremos acuerdos”, ha justificado la alcaldesa Ada Colau.

La cuestión nacional se ha vuelto a colar en el pleno de Barcelona, como ya pasara hace unos meses cuando la sede de la conselleria de Economía fue registrada, hasta el punto de paralizar la política de la ciudad.

La alcaldesa Ada Colau ha argumentado que la decisión sobre la retirada del punto de votación del pleno no se había producido al inicio de la sesión porque “los hechos se habían sobrevenido”. Pese a que en un primer momento se ha intentado seguir con la sesión tras la retirada del punto, finalmente el Gobierno ha optado por aplazar el pleno. “He visto un grupo municipal llorando y he visto a otro retirando todos sus puntos del orden del día, lo más razonable es suspenderlo”, ha apuntado Colau.

La opción de la alcaldesa no ha sido del agrado de la oposición, que ha cargado en bloque contra la decisión del Gobierno. Incluso ERC lo ha hecho, aún siendo el grupo independentista el que más afectado se ha mostrado por las palabras de Rovira. El líder de la formación independentista, Aldred Bosch, ha dicho –en referencia a las palabras de Colau– que su grupo no “buscaba pelea sino posiciones sobre un tema de ciudad importante“. “Hay que tomar una decisión, mantener esta tortura no tiene sentido [en referencia al tranvía], este pleno está perdiendo sentido”, ha criticado el líder del PDeCAT, Xavier Trias. Su grupo también había anunciado su intención de votar en contra de la propuesta Colau.

No ha sido menos cruento con la suspensión de la votación impulsada por la alcaldesa el líder del PSC, Jaume Collboni. El jefe de filas socialista, que sí había dado apoyo a la conexión de trenes entre Verdaguer y Francesc Macià, ha destacado que BComú había iniciado una “dinámica caótica” y que todos los partidos eran “suficientemente responsables y adultos” para actuar pese a los inconvenientes fuera del pleno.

“Es evidente que el debate estará condicionado”, ha criticado también una de las concejalas de la CUP, María José Lecha, que ha insinuado que la retirada del punto se debía más a “una derrota” del equipo de Gobierno negociando su propuesta de movilidad que a la solidaridad por la situación de Marta Rovira. Lecha sí ha aplaudido finalmente el aplazamiento del pleno: “Este plenario no está siendo normal”. El concejal no adscrito de Demócratas, Gerard Ardanuy, clave también –junto a ERC– para tirar adelante la conexión del tranvía, también ha apoyado la suspensión.

Tras el debate político por la suspensión, que ha recuperado el tono de disputa que se esperaba en la sesión de este viernes (y que impregna en las últimas semanas las sesiones municipales por la cercanía de las elecciones), una junta de portavoces de urgencia ha decidido que el próximo 10 de abril se producirá un plenario extraordinario para votar sobre el tranvía. La duda que sobrevuela ahora el Ayuntamiento de Barcelona, y que fuentes municipales se han negado a aclarar, es si ese tiempo será aprovechado por el Gobierno para buscar un acuerdo con ERC: no es día para bregar, y tampoco para adelantar escenarios.

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Besòs, 1990. Periodista. Ha contado historias en 'Cafèambllet', 'Sentit Crític', 'ARA', 'MondoSonoro' o 'eldiario.es', y se ha formado para ello en el Máster en Comunicación, Periodismo y Humanitades de la UAB. Miembro del colectivo de periodismo narrativo y acción social, SomAtents. Sobre todo Barcelona en 'Catalunya Plural'.

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