El octavo día de juicio al Procés ha dado entrada a los testimonios de los primeros testigos, todos ellos altos cargos en el Ejecutivo de Mariano Rajoy o en el Catalunya. Antes de que comenzaran a desfilar por la sala los testigos, el presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, ha soltado una advertencia: “No se reconoce la figura del testigo opinante, vamos a evitar valoraciones y debates”.

El primer testigo ha sido Joan Tardá, propuesto por la acusación y la defensa de Jordi Cuixart. Tras detallar su edad, profesión y estado civil, y que es compañero o amigo de algunos de los acusados —cosa que no le va a impedir dar un testimonio veraz—, el abogado de Vox ha comenzado el interrogatorio preguntando por tuits… Y Tardá ha dicho que responderá en catalán a las preguntas de Vox. Marchena no se lo ha permitido y ha retomado la palabra en catalán afirmando que “este juicio está basado en la venganza”. Marchena le ha vuelto a parar para decirle que, como testigo, tiene que responder a preguntas. “No está usted autorizado a hacer valoraciones políticas pese a su condición de diputado”, tras lo que le ha cambiado el apellido por Sardá.

La Abogacía del Estado, Rosa María Seoane, ha sido la siguiente en preguntar a Tardá:

—Conoce usted al señor Yové? —pregunta en referencia a Josep María Jové, secretario general de Vicepresidencia, Economía y Hacienda de la Generalitat—.
—¿Yové?… Ah, Jové.
—Sí, claro, un gran profesional.

Esta crónica es fruto de la colaboración entre Catalunya Plural y el Salto. Léela completa aquí

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