La película Sense Sostre se estrenó el 20 de diciembre en los cines Girona de Barcelona y la han proyectado ya en un buen número de salas. En algunas proyecciones los directores, Xesc Cabot y Pep Garrido, y el protagonista, Enric Molina, han intervenido en debates posteriores. Molina, que tiene 53 años, ha sido él mismo un sin techo durante seis años. El film explica la historia de Joan, un hombre que duerme en la calle, en Barcelona, acompañado por su perro Tuc. Sus directores la definen como “un gesto: el de poner la mirada sobre aquello que preferimos no ver, el de lanzar luz sobre realidades –quizás monstruosas, pero profundamente humanas- que, a base de ser ignoradas, han dejado de existir para nosotros. El gesto de hacer visible lo invisible”. Hablamos con los tres.

La gestación de Sense Sostre ha sido complicada. ¿Cuándo empezasteis a pensarla y cómo ha evolucionado hasta tener los 99 minutos proyectados?

Pep Garrido [P.G.]: Xesc y yo trabajamos siempre de una forma en que las películas no siguen un proceso lineal. Y Sense Sostre no lo ha sido en absoluto. Han pasado muchas cosas a la vez, que al final han acabado dando este resultado. Después del primer documental que dirigimos juntos, acabamos muy entusiasmados con cosas que habíamos descubierto, obsesiones artísticas que habíamos reencontrado y con la voluntad de seguir trabajando juntos. A raíz de esto creamos Atiende Films. Entonces nos cruzamos con los cómics de Miguel Fuster, que nos parecieron monumentales y que están en la base de Sense Sostre.

Hablamos con él e hicimos una primera versión del guión parecido a sus cómics sin que fuera una adaptación. Fuimos a ver los espacios del cómic: cómo es un albergue, cómo es la gente que trabaja en él… Miguel Fuster nos propuso que fuéramos a Arrels, la entidad que lo sacó de la calle y de la bebida. Fuimos, con tan buena fortuna que en aquel momento estaban haciendo unos talleres de teatro con voluntarios, usuarios, gente que había vivido en la calle. Eran grandes actores y actrices, tenían la mirada, la piel, el rostro, el bagaje. Entre esta gente había una persona increíble, que es Enric Molina.

Enric, ¿cómo fue el primer contacto con Xesc y Pep?

Enric Molina [E.M.]: En principio tenía que tener un papel secundario pero finalmente me propusieron si me gustaría hacer de protagonista. Y yo encantado de la vida. Estudié arte dramático cuando tenía 17 años y mi ilusión de siempre era hacer una película. Con los talleres de teatro ya me encontraba realizado. Simplemente el medio minuto de aplausos ya es grande. Hacer una obra, prepararla y estudiar el personaje me gusta mucho. ¡Imagínate hacer una película!

¿Cómo fue el rodaje?

Pep Garrido y Xesc Cabot [X.C]: Duró dieciocho días repartidos en tres semanas, en el mes de marzo. Fue muy exigente. Hacía mucho frío. El personaje de Joan tiene secuencias muy duras. Era una interpretación que tenía más de físico que de psicológico. Estábamos convencidos de la apuesta pero acojonados de si llegaríamos los tres al final. Fue una buena travesía. Invierno y por la noche. El frío tenía que estar presente en las imágenes.

Enric, ¿qué puedes explicar del por qué viviste seis años sin techo y de cómo saliste?

E.M.: Cogí un camino incorrecto cuando era joven, tonteé con cosas y no lo tendría que haber hecho, con malas amistades, mis padres se separaron… La coincidencia de todo me llevó a la calle. Al principio fui a casas okupas. Las iban cerrando, venían los Mossos y nos echaban. Tenías que ir a otra casa okupa. Y, al final, decidí ponerme bajo un puente con más gente, en el parque de Marina, dentro de las arcadas de la Estación del Norte. Hace unos cinco años que he salido.

Salió gracias a Arrels Fundació

E.M.: Vinieron y me explicaron que ayudaban a la gente sin techo. Iba por los servicios de ducha, de cambio de ropa… Empecé a cruzarme con la gente de la Fundació. Se enteraron de que cobraba una pensión por dolencia de los nervios y me propusieron entrar en un piso, aunque fuera con más gente, y con la posibilidad de acabar viviendo solo. Y me encaminé.

Enric Molina, actor i Xesc Cabot i Pep Garrido, directors de ‘Sense sostre’ | Foto: Pol Rius

 

¿Por qué Sense sostre es una película de ficción y no un documental?

P.G.: Habríamos podido hacer un documental pero no nos interesaba abordar el tema desde la sociología, a pesar de que tenemos claro el diagnóstico. Vivimos en un sistema que expulsa a la gente y en el que la solución pasa por la voluntad política de cambiar la forma de vivir. Políticamente estamos muy posicionados pero la ficción tiene un poder que el documental no tiene y es la posibilidad de situarse dentro del alma de un personaje, de singularizarlo.
El sin techo tiene nombre y apellido. Podemos rodar peripecias y estar a una distancia del personaje que te permite la ficción y la construcción. La frontera entre ficción y documental es bastante artificiosa. En todas las películas hay un componente documental innegable simplemente por estar filmadas en el mundo y en todos los documentales hay un elemento construido. Para nosotros era muy importante poder hacer ciertos rodajes con personas que ya no estaban en la calle, que lo revivieran y poder asistir a una paliza, un reencuentro con la familia, con el padre, a conversaciones entre amigos…

Muchos espectadores se deben plantear si Sense Sostre es una película biográfica de Joan

X.C.: Cuando presentamos la película lo explicamos ya de entrada. En la película hay fragmentos de vida de mucha gente que nos han explicado. Pero es una ficción y es muy importante que se entienda cuál es el tipo de trabajo que hace Enric como actor a la película, el argumento de la cual está lejos, incluso, de su propia experiencia en la calle. Hay cosas que pasan en la película que le han pasado a otras personas pero no a él. No todo tiene que ver con su vida.

¿A ti te llegaron a apalear alguna vez en la calle, Enric?

E.M.: Apalear, no. Tuve una escaramuza pero no me pusieron tan a caldo como en la película.

X.C.: En cambio, nosotros hemos hablado con gente que ha perdido un ojo por una paliza. O con una persona que estuvo dos años muy mal por otra. Hay gente que lo ha pasado muy mal por culpa de palizas. Por eso queríamos que hubiera una en la película. En Barcelona pasa muchísimo. Es una ciudad mucho más agresiva de lo que parece con la gente que está en la calle.

¿Habéis grabado a personas sin techo reales o todos los que aparecen son actores o personas que han estado durmiendo en la calle tiempo atrás pero que ahora ya no lo hacen?

P.G. y X.C.: Nadie vivía en la calle en el momento de la grabación. Era una frontera moral que no queríamos cruzar. Hay una secuencia que rodamos dentro de Arrels, en una comida, donde había usuarios de la Fundación y es posible que alguno de estos figurantes viviera en la calle. De los actores, nadie. Imagínate hacer un rodaje con unas cincuenta personas rodeadas de cámaras, despedirse y que se vayan a dormir bajo un puente. No es el tipo de ejercicio que queríamos hacer.

¿Queréis hacer llegar algún mensaje concreto a los espectadores?

P.G.: No hay mensaje. No queríamos hacer moralina, ponernos sentimentales, paternalistas o panfletarios. Queríamos dejar mucho espacio al espectador. Que acabara transformado y que pensara cómo y desde dónde reconstruirse. Si hiciéramos sermones seríamos absolutamente injustos con la idea de cine que tenemos. No queremos dar ningún mensaje. La película no solo habla de la gente que vive en la calle, sino de todos nosotros, de las cosas que realmente son importantes, de hasta dónde estamos dispuestos a llegar y cuáles son nuestros límites. Y también de cuál es el sentido último de la vida y del amor. Es una película de amor. Nos dicen que la próxima película no sea tan dura y nosotros decimos que esta es la película máxima de amor.

X.C.: El personaje hace una odisea para reencontrarse con alguien cuando ya llega tarde. Más amor que esto no sé qué puede haber.

Enric Molina, actor i Xesc Cabot i Pep Garrido, directors de ‘Sense sostre’ | Foto: Pol Rius

 

¿Tenéis una idea de cómo habría que hacer frente a la cuestión de las personas sin techo?

E.M.: La gente nos pregunta qué puede hacer. Como mínimo, dignarse mirarlos a los ojos y preguntar qué les pasa, si tienen frío o hambre, interesarse por ellos. No solo por la moneda que puedas dar. Si te acercas y le preguntas si quiere una manta o un café con leche, el día siguiente, cuando se levante, este pequeño gesto le dará bastante para aguantar un día más.

Hablas de la invisibilización…

E.M.: Es tener que aguantar que pase gente por tu lado sin mirarte, gire la cara o vaya más deprisa. No les robarán el bolso. A veces, los peores delincuentes van mucho mejor vestidos.

¿Tú pedías caridad, Enric?

E.M.: Sí. Había días que iban mejor que otros. Pero lo más duro, además del mal de vivir en la calle, es tener que escuchar que te digan que lo que tendrías que hacer es trabajar.

¿Se tiene que dar dinero a la gente que pide?

E.M.: Yo no soy quién para decirle a la gente qué tiene que hacer. Ya somos mayorcitos.

¿Agradecías que te dieran?

E.M.: Sí, claro. El mundo funciona con el poder del dinero. Tanto tienes, tanto vales. Con cinco euros puedes comprar una barra de pan y fuet y ya tienes el bocadillo de la mañana y el de la noche. Hay organismos que te ayudan, reparten comida caliente y con esto haces la vida.

Enric Molina, actor i Xesc Cabot i Pep Garrido, directors de ‘Sense sostre’ | Foto: Pol Rius

 

¿Cuando se sale de la calle es de forma definitiva o hay riesgo de volver a caer?

E.M.: No sé. No es que no me lo plantee, pero intentaré por todos los medios no volver a caer.

P.G.: A veces dices que la calle se lleva siempre encima, que no te deja nunca.

E.M.: Quieras o no, no es una losa, sino una experiencia que has vivido. No puedes decir nunca que ya tienes el futuro solucionado porque quizás tieneds un trabajo maravilloso pero la empresa hace suspensión de pagos y te encuentras que no tienes para pagar el alquiler. Y ¿qué haces? Hay gente que puede recurrir a algún amigo o familiar, pero si estás solo o con tu pareja… Mil cosas. No puedo predecir el futuro porque no soy ningún sabio.

X.C.: Lo peor es la sensación de invisibilidad: muy a menudo se agradece más preguntar cómo están, si quieren una manta o el simple contacto humano, que no recibir una limosna. Que no los traten como parte del mobiliario urbano. Es el gesto de la película, que trata de Joan, un sin techo interpretado por alguien que ha vivido en la calle y que acaba generando la misma empatía que el protagonista de una película cualquiera.

Es un gesto que pone de manifiesto una grieta. La grieta que hay en el sistema de cualquier sociedad que funcione de manera mercantil y que permita que pasen estas cosas. Pero esta cuestión está en otro plano de la película. No pretende ni moralizar ni decir a la gente qué tiene que pensar o hacer sino poner el foco de atención, la luz.

P.G.: Hay gente que nos escribe y nos dice que cuando se encuentra con gente que vive en la calle ya no la mira del mismo modo y es capaz de ver a una persona. Para nosotros es un éxito brutal, conseguir la empatía, ponerse en el lugar del otro.

X.C.: Es un proceso de adquirir conocimiento sobre una realidad difícil, compleja y dolorosa y transmitirlo para que pueda llegar nuestro acercamiento a una realidad.

¿Por qué creéis que la gente pasa de largo cuando ve a una persona sin techo?

P.G.: Hay de todo. Hay gente que pasa porque le desprecia o le da asco. Pero hay quién tiene vergüenza, se siente incómodo. Piensa que si le mira le pedirá limosna y no quiere darla. Nos interpela, porque es una persona. La saludamos y no para hacer un gesto de caridad. Si vas por la montaña andando y te encuentras con alguien, lo saludas. En cambio, en nuestro mundo vivimos solos y este tipo de soledad, en el caso de la gente que vive en la calle, es sangrienta. Hay como un tipo de frontera que hace que compartamos espacio pero no compartimos universos.

¿Algún día dejará de haber personas sin techo?

P.G.: Si seguimos como hasta ahora acabaremos todos en la calle. Será la barbarie.

E.M.: Cada día hay más

P.G.: Y nos encontramos con el urbanismo hostil: ¿qué podemos hacer en nuestras ciudades para que estos ‘desechos humanos’ dejen de ensuciar las calles? Es un discurso que lo puede usar cualquier forma de fascismo. Aquella gente que dice que entiende y se solidariza con los sin techo pero que no se los quiere encontrar cuando lleva sus hijos a la escuela.

¿Con qué apoyos económicos y logísticos habéis contado?

X.C. y P.G.: TV3, el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Barcelona, la Obra Social de La Caixa, la Diputación de Tarragona, el Instituto Catalán de Empresas Culturales de la Generalitat, el ministerio de Cultura, la Fundación Catalunya Cultura, Intermón Oxfam y más de trescientas personas que han cofinanciado la película a través de una campaña de micromecenazgo.

Arrels ha sido fundamental en todo el proceso. Nos ha ayudado mucho, nos ha abierto las puertas de su casa, nos ha apoyado comunicativamente, nos ha permitido conocer a usuarios, nos ha facilitado el proceso de documentación y nos ha puesto en contacto con algunas instituciones para conseguir financiación. Más que grandes fuentes de financiación ha habido pequeñas aportaciones de muchas instituciones y entidades.

¿Qué recorrido tendrá Sense Sostre?

X.C. y P.G.: No sabemos cuándo, pero lo acabaremos viendo en TV3. Tenemos la sensación y el deseo que sea una película de muy larga vida porque no hay tantas como esta y los coloquios son riquísimos. Nos la están pidiendo de institutos, centros cívicos, cineclubes… Genera mucho debate, a pesar de que no da respuestas. Plantea dudas, cuestiones muy importantes en relación a las ciudades y al mundo donde vivimos. Y todo el mundo tiene cosas a decir o a preguntarse.

¿Y, tú, Enric, que harás?

E.M.: Este enero empiezo a preparar Sis personatges en el Teatre Lliure.

Share.

2 comentaris

  1. No puedo identificarme como “sobreviviente del VIH” porque no estoy sobreviviendo. He conquistado la batalla del VIH con alternativas naturales. He derribado los muros del estigma, he luchado contra la discriminación, he superado los rechazos y las críticas. Han sido 12 años de Victoria, bajo la supervisión del Doctor Muna Remedies. Si puedo encontrar cura, consuelo y curación con los productos herbales naturales del Doctor Muna, cualquier persona con enfermedades crónicas o infecciones virales también podrá curarse. marvelspelltemple@gmail.com merece difusión para el público en general, Whatsapp +2347035449257