La “Catalunya entera” viene a tomarle el sitio al concepto empleado por ERC (pero de larga tradición histórica en diferentes formaciones políticas) de que Catalunya es “Un solo pueblo”. Pero ¿qué significa esto de la “Catalunya entera”? ¿Qué intenciones políticas persigue, y, sobre todo, por qué es un concepto más adecuado que el de “solo pueblo”?

Un concepto – marca no es exactamente un eslogan electoral, aunque puede ser utilizado ocasionalmente como tal. Es una idea que, más allá de ubicar unos principios tendentes a ser abstractos, tiene la intención de habilitar la estrategia discursiva de una formación política. El concepto – marca es el recipiente, pero es necesario llenarlo de contenido.

Aunque ERC, de la mano de Junqueras, ha hegemonizado en los últimos años la idea de que Catalunya es “un solo pueblo”, la historia de este concepto debe remontarse a la década de los años sesenta de la mano de Josep Benito y el catalanismo de izquierdas. Será el PSUC la primera fuerza política que lo utilice, y posteriormente tendrá un papel esencial en la Diada del año 1977, que llevará como lema “Más que nunca un solo pueblo”.

El concepto o idea que afirma que “Catalunya es un solo pueblo”, en el contexto de la transición del franquismo hacia la democracia representativa, se interpretaba de la mano de las demandas de la sociedad catalana – Libertad, Amnistía, Estatut de Autonomía -. Así, “ser un solo pueblo” se vinculaba entonces con la necesidad de la sociedad catalana de recuperar una cultura y unas instituciones que habían sido hurtadas. Cataluña no era un solo pueblo, pero quería serlo.

La reapropiación de este marco en la era del Procés partía desde el punto de vista contrario: se concibe que Cataluña ya es un solo pueblo, por lo que no existe la posibilidad de llenarlo de contenido, más allá de reforzar su sentimiento identitario. Y esto viene de la mano de algunas complicaciones. ¿Cómo conviven los distintos pueblos, tradiciones, culturas y etnias que habitan el país en la idea de ser un solo pueblo? ¿Qué pueblo es éste? ¿Qué ocurre si uno no se siente identificado con los valores definidos por el catalanismo hegemónico en esta idea de ser un solo pueblo? Mal traído, el concepto de ser un solo pueblo abre la puerta a concepciones monolíticas y totalistas de la identidad catalana. Y ERC se ha dado cuenta.

La idea de la “Catalunya entera” es que no es tal. Catalunya no está entera, no es entera, porque si lo fuera ya no habría que hacer otra cosa. Se puede decir, por tanto, que la Catalunya entera es la aspiración de lo que podemos llamar la “Catalunya incompleta”, momento cero de la historia de Catalunya.

Que esté vacía o llena, sin embargo, no es lo relevante. El fin de todo discurso político no debe ser otro que presentar un proyecto de políticas públicas que alteren las realidades materiales de la gente.

Una Catalunya que aspira a ser entera debe ser una Catalunya valiente en la lucha contra la desigualdad, en la construcción de viviendas sociales, en revertir las privatizaciones en sanidad y en el fortalecimiento de la escuela pública catalana. Catalunya no tiene la autonomía que el independentismo quisiera, pero tiene un conjunto de competencias exclusivas en materia fiscal (impuesto de sucesiones y donaciones, impuesto de patrimonio, impuesto sobre las viviendas vacías, etc.) que han sido ignorados del debate público en los últimos años.

Ahora que ERC ya ha encontrado el envase que le debe permitir llenar de propuestas políticas el debate público, hay que exigirles que rompan con el modelo de gestión (neo)liberal convergente que ha lastrado Catalunya durante tanto tiempo. Que puedan hacerlo mientras gobiernas con sus herederos… Eso sí que es una tarea difícil.

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