Clara Vidal, una de las socias fundadoras de Cierto Estudio. Foto: Pol Rius

Cierto Estudio es, sin duda, uno de los estudios de arquitectura de moda del país. Formado íntegramente por seis mujeres que se conocieron durante la carrera, y con un funcionamiento interno plenamente horizontal “todas participamos de todo”, están a cargo de la reforma (no exenta de polémica) de la calle Consell de Cent; una obra que permitirá atravesar a pie todo el barrio del Eixample hasta el centro de la ciudad. Hablamos en su despacho sobre qué pensaría Cerdà de la reforma, de la situación precaria que se vive en el sector, y del rol que desempeña Barcelona en la escena internacional de la arquitectura y el urbanismo.

Ante todo, quisiera preguntarte: ¿cómo habéis decidido que seas tú quien realice esta entrevista?

Todas participamos de todo. Tenemos un listado con las tareas que tenemos pendientes a realizar —como las entrevistas, las conferencias, etc.— y las vamos haciendo de forma equitativa. Hoy me ha tocado a mí, pero podría haberle tocado a cualquiera de mis compañeras.

Pero ¿sólo de las tareas organizativas, digamos, no vinculadas de lo estrictamente arquitectónico, o todas las tareas?

Es un esquema horizontal entre nosotras seis, que somos las que fundamos Cierto Estudio hace seis años. Por ejemplo, yo ahora formo parte del departamento de Acción Comercial, pero antes de ser madre estaba en el departamento laboral y el próximo año estaré en Finanzas. De esta forma todas conocemos todos los departamentos de la empresa. También incorporamos, en la medida de lo posible, esa mentalidad con la gente que se ha ido añadiendo al estudio posteriormente.

Cierto Estudio es uno de los agentes responsables de la transformación que viviendo la ciudad de Barcelona. Obtuvo el primer premio en el concurso “Eixos Verds” del programa Superilles Barcelona para redactar el nuevo modelo del Espacio Público y re-urbanizar la calle Consell de Cent. Es un tema que está en boca de todos en la ciudad de Barcelona, pero seguramente no hay una voz con más conocimiento sobre la materia que la vuestra: ¿en qué consiste el nuevo modelo de Espacio Público de los Ejes Verdes?

La redacción del nuevo modelo ha sido el resultado de un proceso muy colaborativo entre distintos niveles de la administración y profesionales en diversos ámbitos del urbanismo. También ha influido la visión de varios agentes: por ejemplo, el colectivo de personas ciegas o el cuerpo de bomberos. Nosotras fuimos las encargadas de redactarlo. Pero el documento en cuestión no determina todos los elementos al por menor, sino que marca las directivas generales que prevalecerán en el espacio. Todo esto partiendo de la premisa de que el Eixample de Barcelona es un espacio muy contaminado, y de que la intervención debía tener como objetivo la reducción de polución en el barrio.

¿Qué otras líneas maestras se destacaban?

Un incremento sustancial de la vegetación, del arbolado y las plantas arbustivas. O reforzar la permeabilidad del suelo para favorecer el ciclo del agua en el pavimento. Se busca, también, favorecer la transversalidad de la calle mediante una plataforma única para que el ciudadano pueda moverse libremente, sin un eje longitudinal marcado como es la acera. Y, por supuesto, la consideración del vehículo privado como un “agente invitado”.

Se habla a menudo de un “nuevo urbanismo”, constituido de acuerdo con dos pilares fundamentales: la presencia de más vegetación y el feminismo. Si bien el “verde” es más directamente intuitivo (reducción de la contaminación, introducción de diferentes tipos de plantas en el espacio público, etc.), la traducción del feminismo en urbanismo no lo es tanto. ¿Cuáles dirías que son las principales características que definen este “nuevo urbanismo/arquitectura feminista”?

Nosotras preferimos hablar de perspectiva de género en la arquitectura. Al final, la arquitectura es un servicio para las personas que debe responder a las necesidades de las personas. Y estas necesidades están cambiando. Esto implica, hoy, poner más atención a los cuidados y a facilitar una forma de vivir, de habitar el espacio, que proteja a todas las personas que conviven, sea un edificio, un espacio público, o una calle.

Despacho de Cierto Estudio en Barcelona. Foto: Pol Rius.

Últimamente se está sacando la figura de Cerdà para criticar, en parte, una forma de urbanismo que —como la reforma del Consell de Cent— está en vuestras manos.

Cerdà proyectó la ciudad partiendo de una retícula homogénea que pudiera ser muy versátil y flexible en el tiempo. Por otra parte, el planteamiento de Cerdà obedecía a las características de la Barcelona del último tercio del siglo XIX. Si Cerdà viera lo ocurrido con el Eixample y la masiva presencia del coche, él mismo querría replantearse. Esto dejando a un lado que Cerdà planteaba unos espacios verdes en los interiores de las manzanas, y esto ha quedado completamente invadido por edificios en pro de la economía. Y actualmente lo que se quiere es ganar de nuevo este espacio verde para las personas, y la forma de hacerlo son los Ejes Verdes.

¿Por qué es ésta la manera “correcta” de hacerlo?

Pues porque ahora mismo los interiores de manzana del Eixample están privatizados. Por otra parte, pensamos que es potente también la idea de que estos ejes puedan comunicar la ciudad y sean “paseables”; un espacio agradable de andar, con una importante presencia de vegetación, y protegido de los vehículos.

Se habla a menudo de la “marca Barcelona” entendiendo ésta como una ciudad cool en términos de diseño y arquitectura, pero a la vez se critica que a menudo este discurso esconde una situación precaria de gran parte de los profesionales que se dedican a ello. ¿Cuán fácil —o difícil— es vivir de la arquitectura Barcelona?

Es difícil, muy difícil. En Barcelona y en todas partes. El oficio de la arquitectura se ha devaluado. A nosotras nos han dicho cosas que “cobráis por el simple hecho de proyectar” o que “suyo es un oficio muy vocacional”, como queriendo justificar los sueldos bajos.

Entiendo. ¿Y por qué os dedicáis principalmente a la obra pública? ¿Es una cuestión de prestigio, de tipología arquitectónica…?

De entrada, porque nos gusta hacerlos. Pero no sólo por el prestigio que te puedan aportar o por el hecho de que te permiten innovar un poco más y hacer cosas más ambiciosas —como el proyecto de Consell de Cent—, sino porque son los que suelen estar mejor remunerados y los que, principalmente, nos dan de comer.

Y, ¿aun así, dirías que Barcelona está en la élite de la arquitectura?

Sí, Barcelona es un referente mundial en el ámbito de urbanismo y arquitectura. De hecho, a nosotras, a raíz de este proyecto de las “superïlles” nos han contactado de varias entidades de todas partes (como, por ejemplo, la cadena ARTE) porque consideran que Barcelona está dando un impulso importante al plantear nuevos modelos ciudad, sin tantos coches, y más accesibles para sus ciudadanos

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