Ciudad

Después de la tensión vivida en las plazas durante las sesiones de investidura de este fin de semana, diversas voces destacadas como Arcadi Oliveres o Tica Font (ICIP) alertan de una polarización que responde a una frustración que se “vierte sobre los demás, no sobre los dirigentes”. Hablamos de esa jornada en que el escenario habitual de los improperios se trasladó de Twitter a las plazas y los salones de los Ayuntamientos

Los comunes no son los del 155 ni los de la uniteralidad; ni los de la judicialización de la política, ni los del bloqueo institucional; ni son los del “a por ellos” pero tampoco los hiperventilados que gritan “a por ella” contra la alcaldesa de Barcelona

Este sábado se han cerrado dos semanas intensas de negociación de las que, como las elecciones, se auguraba que no se sabría el resultado hasta el final. Con un apunte bien diferenciado: la noche electoral Colau prácticamente renunciaba a la alcaldía y hoy, la alcaldesa del cambio reedita un pacto con el PSC, con el apoyo de Valls, y relega a Maragall en la periferia del gobierno

El conjunto es espectacular en su sencillez y se complementa por otros elementos, como una fuente coetánea a la refundación y ese mágico arquito como epifanía para quien ande por el barrio sin esperar ese pequeño mundo, tan inusual por culpa de la especulación contemporánea

Colau supone un gesto contra la política de bloques más coherente con el ‘tenemos que hablar’ de Junqueras a Sánchez. ¡Menuda paradoja! No sé cómo terminará el embrollo, pero si Colau sale elegida alcaldesa, no será una mala noticia para quienes pretenden buscar una salida política a la crisis catalana.

Barcelona en Comú, el partido de Ada Colau, es un error del sistema porque ha conseguido poner en el centro asuntos que eran negados o silenciados. Y porque ha llevado a las instituciones otras maneras de hacer política. Ahora es necesario que se encuentren las opciones que quieran gobernar con estos criterios